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14 jun 2009

Dengue vs. Gripe A

Varias opiniones y un comentario imperdible sobre el manejo de recursos entre el dengue y gripe A

Estas opiniones fueron vertidas en abril de 2009 cuando el país no presentaba ningún contagiado por H1N1 causante de la influenza A pero había 5 muertos y 23.000 infectados de dengue por Aedes aegypti, que planteó entre las autoridades sanitarias y los infectólogos diferencias de opiniones acerca de la distribución de los recursos para hacer frente a estas dos situaciones generadas por las enfermedades mencionadas.

De Gonzalo Basile presidente de la Asociación Médicos del Mundo y coordinador de la red de América del Sur:

“Es extraño que Argentina haya hecho todo para prevenir una enfermedad importada como la gripe porcina cuando no teníamos ningún caso y no se hizo ni un cuarto de esto para combatir la epidemia de dengue, con más de 50 mil casos y más de 10 muertes. El dengue no viaja ni en ejecutiva ni en turista”.

De Serio Massa, jefe de Gabinete de Argentina, en conferencia de prensa:

Anunció que se ampliaría el programa de médicos comunitarios “para acrecentar la capacidad de consulta de hospitales, salas de primeros auxilios y diversos centros de atención”, además de la suspensión de los vuelos de y hacia México, el cierre de algunos locales del aeropuerto internacional de Ezeiza, y un refuerzo presupuestario al Ministerio de Salud de 66 millones de pesos. A comienzos de ese mismo mes, el gobierno nacional y las autoridades chaqueñas calculaban un gasto aproximado de 1.200.000 pesos para combatir el mosquito Aedes aegypti en esa provincia, que albergaba la mayor cantidad de infectados del país.

De Felipe Calderón, presidente de México:

Comparó la respuesta “oportuna” de su país para combatir la gripe con las acciones que no llevó a cabo la Argentina para matar el Aedes aegypti: “Evidentemente las medidas preventivas pudieron haber aportado mucho a la humanidad”, dijo el funcionario, a quien se le sumaron voces a favor y en contra.

Del Dr. Guillermo Benchetrit, jefe de Infectología del Centro Gallego y el Instituto Alanari de la UBA:

“Los países subdesarrollados nos caracterizamos por eso: gastamos mucho y mal”, quien agregó una salvedad: “El mundo reprocha la inoperancia con el tema del dengue, pero está bien que ahora con la gripe se tomen precauciones. Esto no es impulsado por la Argentina sino por un alerta exterior de la Organización Mundial de la Salud. Nos llama la atención porque no estamos acostumbrados a adelantarnos a los hechos”.

Del Dr. Tomás Orduna, infectólogo del Hospital Muñiz

“Cuando llegó el dengue estábamos todos muy relajados y se creía que no causaría muertes. Por supuesto, no es lo mismo el relajo de un médico o un ciudadano que el de los sistemas de salud, que deben prever las cosas. No se generó un programa intensivo contra el vector.

De Edgardo Trivisonno, médico sanitarista, ex subsecretario de Salud del gobierno porteño), a quien pertenece el siguiente comentario

La gripe A tapó todo

La Argentina sigue siendo un país poco serio, a pesar de la creación de un comité de crisis y una conferencia de prensa con medidas heroicas para evitar la gripe porcina. Al gobierno nacional, la alerta emitida por la OMS sobre el peligro de una pandemia le vino como anillo al dedo para tapar otros males endémicos que son igual o tan peligrosos. La epidemia de dengue más importante de la historia de la Argentina, con 22 mil casos y más de una decena de muertos, parece haber quedado en la frágil memoria de los que nos gobiernan. ¿Por qué ahora se toma todo tipo de medidas, teóricamente necesarias para prevenir la posible circulación del virus de la gripe porcina, en las que se involucró todo el gobierno nacional, y por qué no se hizo lo mismo frente al dengue –un mal epidémico, autóctono y nacional– para evitar la enfermedad de miles de compatriotas? Parece que, de repente, el Gobierno tomó noticia de palabras como “prevención” y “salud pública” para proteger a los argentinos de las epidemias que nos azotan de afuera. Tras el papelón del dengue, no iban a repetir lo mismo, sobre todo desde un punto de vista político. Pero los problemas estructurales y cotidianos de los argentinos que enferman y mueren en su tierra no reciben tratamiento. Montar una sobreactuación implica la posibilidad de una mayor cosecha de votos para que puedan seguir en el poder. La vocación de poder es tan voraz que no se desestima ningún medio para lograr el fin. Nuestra esperanza es que el pueblo no caiga en la trampa. No es real la preocupación por cuidar la salud de los argentinos, de lo contrario, no hubiésemos sufrido semejante epidemia de dengue y el resto de los males sociales que nos aquejan. Ésta es una medida más, de las tantas argucias del poder para ganar una elección: el adelantamiento electoral, las listas testimoniales, la gobernabilidad y el Apocalipsis de 2001, son parte de una misma estrategia. Parece que la gripe porcina de América del Norte llegó en el mejor momento para matar al maldito mosquito nacional.

Fuente : Crítica digital

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