Por Matías Bonamico
¿Progreso Económico? ¿Desarrollo Sustentable? ¿Pasivo ambiental? Quizás sean muchas preguntas y muy pocas las respuestas, con muchas opiniones a favor y otras en contra en lo que respecta al accionar de las grandes operadoras de petróleo (en su gran mayoría de capitales extranjeros) ubicadas principalmente en la provincia de Chubut y Santa Cruz.
Considero interesante exponer que las empresas necesitan no solamente crear valor económico para ser más competitivos en un mercado cada vez más complejo, sino también valor social, ético y ambiental, haciéndose cargo de la responsabilidad que tienen y el impacto que generan en el ámbito donde desarrollan sus actividades.
Actualmente, podemos ver en diferentes medios de comunicación debates intensos entre oficialistas y opositores. El líder de Proyecto Sur, Fernando Pino Solanas, basa su programa nacional pensando en las elecciones presidenciales del 2011 en cinco pilares estratégicos, de los cuales se desprende como eje principal y diferenciador “La defensa de los Recursos Naturales y el cuidado del Medio Ambiente”.
Me resulta necesario expresar y compartir mi sensación cuando vi, por estos lados de la Patagonia Argentina este inmenso deterioro y daño que le han producido y le siguen produciendo al medio ambiente. Es una realidad que la tenemos al frente de nuestros ojos y pareciera que no la queremos ver, actuando con indiferencia: cerros cortados, erosión del suelo, derrames de crudo, etc.
Pero seria muy simple y acotado en pensamiento buscar solamente como principal culpable de esto a las operadoras de petróleo y gas, creo que los responsable son varios: el gobierno nacional por no impulsar una política energética a largo plazo que ponga principal atención en el daño ambiental que generan, y en el impacto en las generaciones futuras; el gobierno provincial, por brindarle escasa atención y presupuesto a su secretaria de Medio Ambiente para que puedan auditar y hacer cumplir la ley cuando la misma no se respeta, etc.
Ahora… ¿Cómo enfrentamos esta realidad? Trabajando de manera mancomunada entre todos los actores sociales (empresas del sector privado, organismos públicos – nacionales, provinciales y municipales - , organizaciones del tercer sector, etc.) pero nada de esto tiene sentido si nosotros mismos como individuos no hacemos un análisis profundo desde adentro sobre el grado de contribución a esta realidad ambiental adversa que nos toca vivir…
Considero que estamos ante un cambio de paradigmas en el cual se han contrapuestos los roles, esta vez son los padres y abuelos quienes tienen que aprender de sus hijos y nietos…Siendo este ultimo grupo, verdaderos “Terroristas Verdes” manifestando conciencia ambiental y sensibilidad social en pos de alcanzar un mundo mejor para nosotros y las generaciones venideras…son ellos quienes tienen que repensar y cambiar ciertas actitudes en beneficio de nuestro medio ambiente…Sus hijos y nietos se lo agradecerán…
Por ultimo quiero compartir con ustedes un fragmento sobre la llegada de pingüinos empetrolados a la costa de Chubut, queriendo mostrar con esto un ejemplo puntual y demostrativo de la realidad ambiental suscitada en estos lados.
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