A poco más de una semana de la muerte de Néstor Kirchner, lentamente desde al análisis político de los medios se empieza a considerar la situación planteada con la desaparición del ex presidente. La provincia de Santa Cruz , fue el terruño natal de Néstor Kirchner, y el sitio desde donde el matrimonio iniciara su dilatada carrera política ocupando ambos todos los cargos significativos ya conocidos. Por lo tanto consideramos interesante leer lo que opinan desde su pago chico con respecto a este especial momento generado a partir de la desaparición del líder del kirchnerismo, desde una editorial de OPI Santa Cruz.
El voto emotivo, herederos y huérfanos
Toda vez que muere alguien notorio y
más aún cuando se trata de una persona tan especial como Néstor Kirchner, en
ejercicio pleno del poder, comienzan a tejerse innumerables teorías sobre los
“sucesores” de su obra política y/o de sus principios; lo cierto es que
Kirchner hay uno solo y como la publicidad dice: podrán imitarlo, pero
igualarlo, jamás.
Es cierto que la presidenta, por su
vínculo familiar, por su estrecha cercanía en las decisiones políticas de su
marido y por estar en este momento ejerciendo la máxima magistratura del país,
atesora enormes posibilidades de ser la continuadora natural de la obra de
Néstor (buena o mala según el enfoque partidario que se le dé), sin embargo no
es vara para medir en estos momentos la aceptación pública de un candidato,
cuando existe una sociedad ciertamente sensibilizada ante la muerte del hombre
que en plena batalla política, murió dejando más huérfanos que herederos.
Sin duda hoy una elección general le
acarrearía a Cristina, a través del voto emotivo, no menos de un 60% de las
preferencias, pero esa no es la realidad de hoy ni la será por mucho tiempo.
Falta un año para las elecciones y la máquina política ya está en marcha, la
oposición despiadada hará estragos en los restos del krichnerismo y el gobierno
vivirá una diáspora previsible, de aquellos que si ven agotarse en sí mismo el
proyecto, se prenderán de cuanta propuesta pase a su lado para salvarse de cara
al día después del 2011.
Los hasta ayer dominados y limitados
por la avasallante personalidad del líder muerto, toman una relevancia
inusitada, por ejemplo Scioli y otros que medraban en el ascenso como Moyano
(peligro inminente para la presidenta) o la figura agazapada de Eduardo Duhalde
que a no dudarlo le abrirá los brazos a los capos del conurbano bonaerense, que
se pasaron a comer al otro plato cuando, como corresponde, el sol calentó en el
patio del kirchnerismo.
Es comprensible que los amigos
directos de la familia presidencial o los militantes de lider muerto, hayan
puesto el grito en el cielo ante alguna prensa y opositores políticos que
faltaron a obligación moral de llamarse a silencio, cuando el cadáver aún tibio
del fundador del FPV, reposaba en su domicilio sin que pudiera ser visto por
nadie. Pero no es menos cierto que la utilización política que hicieron (y
hacen por estas horas) personajes cercanos al círculo del poder como Zuleta
Puceiro, aprovechando su condición de “investigador social”, es tan baja como
la esgrimida por la oposición que habló durante las exequias; pues el
“encuestador” largó una notable operación de prensa para instalar la reelección
de Cristina, que si bien es posible que así sea, no era el momento para
señalarlo. En ese contexto, el consultista, sin ningún tipo de rigor científico
largó cifras antojadizas para decir lo que todos sabemos, que hoy Cristina
tiene asegurada la simpatía pública, ante la sensibilidad que despierta en la
gente ver a un poderoso debilitado ante lo irreparable de la muerte.
Huérfanos
y herederos.
Otra historia se escribe en el
escenario político provincial y nacional a partir de hoy. Los adeptos al FPV
están desolados con la muerte de su creador y buscan agiornar las condiciones
inigualables de conducción que tenía Néstor (incluyendo su falta de
escrúpulos), con alguna figura prototípica y no la encuentran, sencillamente
porque no hay. Kirchner se encargó de no dejar cuadros políticos que lo
sucedan, de ello ya tenemos sobrada experiencia en esta provincia. Si él no
estaba, nada se podía hacer y si Kirchner decidía quién iba a ser el candidato,
todos lo votarían. Así se manejó durante muchísimo tiempo y desde el 2007 a
esta parte, al menos en Santa Cruz, la fórmula pereció.
Kirchner no dejó herederos políticos,
dejó huérfanos. Algunos medios nacionales que vuelven a colocar a Máximo en las
primeras planas como futuro sucesor, desconocen absolutamente todo alrededor
del hijo del ex presidente. Solo capaz de manejar en parte la fabulosa fortuna
que amasó inexplicablemente en estos años su padre, Máximo no tiene ni una
pizca de la viveza, la visión, el empuje y la perversidad que tenía Néstor para
manejar a su entorno.
El hecho de que el padre nunca lo
hubiera impulsado a la arena política es un elemento más que significativo para
entender que es un inmaduro (o inepto) en este sentido y solo la voluntad de
Rudy y Zanini lo hicieron aparecer forzadamente como el dirigente de la
Cámpora, estructura a la que solo perteneció en los papeles pero no en cuerpo y
alma. Máximo se constituirá desde hoy, indudablemente, en el sostén espiritual
y emocional de su madre y tal vez responda en un tiempo más a las afiebradas
pretensiones de quienes pretenden usar su imagen por empatía, pero como dicen
sus vecinos “no tiene madera” para enfrentar responsabilidades del tipo que sí
enfrentaba su padre.
Los
pilares
Ahora Cristina deberá apoyarse en
dos soportes como De Vido y Zanini, sin embargo ninguno de ellos tiene el peso
específico para manejar a los barones del conurbano, negociar con los
gobernadores y mantener encolumnada a las fuerzas de choque como un D`Elìa,
Pérsico, Bonafini, entre otros y mucho menos Hugo Moyano. Tanto uno como otro
posee poder internamente en el partido, pero no gozan ni de simpatías ni de
prestigio en la sociedad; y De Vido, puntualmente, está sospechado de integrar
varios ilícitos de lo cual la Justicia deberá dar cuenta.
Solo una revisión política de la
presidenta, que le permita buscar otra línea de conducta y procedimientos para
encaminar un gobierno propio, sin confrontación y más diálogo, le ayudará a
capitalizar honrosamente este duro momento en el que el partido gobernante
perdió su mayor timón. Proseguir con la política de choque, tal como lo hacía
Kirchner y sin Kirchner, es exponerse a otros problemas mayores, dado que
Kirchner murió, ya no hay quien pelee en el barro como él lo hacía y las
espaldas de Cristina Fernández se han hecho vulnerables a los pases de facturas
de tantos heridos que dejó el kirchnerismo en su tránsito durante estos siete años.
Si en este contexto alguien piensa
que Máximo por pegarle dos gritos al policía que se dejó desbordar por la gente
en el cortejo, tiene el carácter, el mismo ímpetu y las condiciones de su padre
para seguir su obra, es no haber entendido nada de lo que ha pasado hasta hoy
bajo la tutela de Kirchner y lo que es peor, no haberlo conocido.
Lo mejor que nos puede pasar es otro periodo de Cristina en el gobierno,la oposicion es de terror,fueron los que nos llevaron al desastre y ahora quieren salvar al pais,realmente verlos hablar me da verguenza ajena y risa,no existen
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