Cuando viajamos por el norte cordobés después de algunos años, el cambio del paisaje es
sorprendente. En las tierras de los
departamentos que cruza la ruta 9, camino a Santiago del Estero, se aprecia una
gran extensión de campos productivos que se han sumado a los cultivos agrícolas
especialmente de soja. Han quedado algunos remanentes de bosque nativos,
simples cortinas que no logran disimular el devastador accionar de las
topadoras para la reconversión
productiva
En una campaña cómo la que finalizó, que
dio magros resultados por factores climáticos podemos leer en una página especializada:
“Al
hacer una comparación interanual, solo en Colón, Totoral y Tulumba se obtiene
rendimientos provisorios superiores para la actual campaña.” (Todoagro.com.ar).
Veamos
para ubicarnos a que zona geográfica estamos haciendo referencia: la cabecera
del Dpto Colón es Jesús María y sus pedanías son Calera Norte,
Constitución, Las Cañas, Río Ceballos y San Vicente, el Dpto Totoral con
cabecera en Villa Totoral comprende: Candelaria, Macha, Río Pinto, Sinsacate y
Totoral y el Dpto Tulumba tiene las
pedanías de Dormida, Intihuasi,
Mercedes, Parroquia y San Pedro.
La expansión de la frontera agrícola es
tan evidente como su relación con el desmonte y la consecuente pérdida de
bosque nativo, por lo tanto y para seguir esta situación es interesante leer la
nota que bajo el título de: “El peor
desmonte de los últimos 2 años” publicada por Lucas Viano en La Voz con fecha
13 del corriente mes de Julio
El peor desmonte de los últimos 2 años
En junio desaparecieron 3.302 hectáreas de monte, la cifra más alta desde la sanción de la ley provincial en agosto de 2010.
En junio
pasado, Córdoba sufrió la peor racha de desmonte desde que se sancionó la ley
de bosques nativos, en agosto de 2010. Desaparecieron 3.302 hectáreas, según un
monitoreo satelital de la ONG Guyra Paraguay, en todo el monte chaqueño.
La cifra
equivale a 3.302 canchas de fútbol o un tercio del área urbanizada de la ciudad
de Córdoba (todo el noroeste de la Capital, por ejemplo).
Lo
sorprendente es que ocurre en plena vigencia de una norma que debe proteger
estos ecosistemas. A su vez, rige la ley 9.219, de 2005, que prohíbe el
desmonte total por 10 años.
Si bien
estas leyes son permisivas, deberían significar un freno a esta práctica. En los
últimos dos años, el monitoreo había detectado deforestaciones puntuales en
algunos departamentos cordobeses. El mes más grave había sido abril, con 87
hectáreas en Sobremonte.
Junio
trajo una cifra altísima y deforestaciones en varios departamentos. En un mes,
se desmontó 17 veces más que en el último año, y la tasa fue 222 veces más alta
que el promedio mensual del último año (14,8 hectáreas). Un cambio muy
llamativo.
El
informe detalla varios predios desmontados muy cerca de las localidades de Loma
Blanca y Barreal, en el departamento Sobremonte. También a 10 kilómetros de San
José de las Salinas (Tulumba) y a 25 kilómetros al sudoeste de Quilino,
departamento Ischilín, donde más bosque fue desmontado.
En estos
departamentos la pérdida de bosque nativo está asociada a la extensión de la
frontera agropecuaria. Por lo general, tras el desmonte se siembran especies
exóticas para criar ganado vacuno.
Algunas
deforestaciones ocurrieron a la vista, por ejemplo, en un predio a la vera de
la ruta nacional 38 a 10 kilómetros al noroeste de Villa de Soto.
En
Traslasierra hay predios deforestados cerca de San Rafael y Pozo de las Pampas.
Tienen formas circulares de más de un kilómetro de diámetro. Esta práctica está
asociada a pozos para riego. Otros desmontes más pequeños se deben a loteos
para urbanizaciones.
Para ese
mes, la Provincia hizo pública sólo una intervención. Según la página de
prensa, el 8 de junio un desmontador fue multado y se le secuestró la topadora.
Ocurrió en Cañada de Machado (Río Primero). Había derribado 45 hectáreas de
algarrobos, chañares, talas y quebrachos blancos.
“Si son
desmontes totales, son ilegales. De ninguna forma están autorizados. Todo lo
contrario, Ambiente sanciona estas prácticas”, dijo Federico Bocco, el nuevo
secretario de Ambiente de la Provincia.
Y aseguró
que en lo que va del año se detectaron desmontes ilegales, selectivos y
totales, por unas 7.400 hectáreas.
No
obstante, el funcionario entiende que la información de la ONG debe constatarse
en el terreno para determinar su veracidad. “No hemos podido chequear el
informe, pero probablemente algunos predios desmontados hayan sido ya
detectados por Ambiente. No obstante, a veces el sistema satelital toma un
aprovechamiento forestal controlado y de muy bajo impacto como desmonte”,
explicó.
El
funcionario aseguró que durante su gestión como secretario no se han autorizado
ni desmontes para riego ni intervenciones de pequeño impacto.
Algunos
procedimientos mencionados por Bocco están fuera de la región chaqueña (Las
Varillas, La Francia y Río Primero). Otros sí, como las tres mil hectáreas en
Guanaco Muerto, aunque fue una deforestación selectiva que el monitoreo
satelital no detecta.
Contexto
político. Mientras
más de tres mil hectáreas de bosque nativo desaparecían, una pequeña tormenta
política ocurría en la Secretaría de Ambiente de la Provincia.
El 20 de
mayo renunció Darío Sbarato a esta cartera. El ex funcionario quería reformar
la ley de bosques para destrabar los fondos de la Nación, estimados en 20
millones de pesos. Pero desde el Ministerio de Agua, Ambiente y Energía no
aprobaron esta iniciativa, por lo que Sbarato renunció.
Tras casi
un mes con el cargo vacante, el 14 de junio asumió Bocco. En esos días, desde
Río de Janeiro, el gobernador José Manuel de la Sota reconoció que la ley de
bosques es perfectible. Había viajado a la ciudad carioca para participar de la
cumbre mundial sobre ambiente y desarrollo sustentable, Río+20. Allí negó que
hubiera diferencias con la Nación por esta norma.
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