Osvaldo Bayer en la Feria del Libro junto a Félix Díaz y Nora Cortiñas compartiendo la presentación del libro sobre los QOM de Néstor Elías. Es interesante conocer las reflexiones de Bayer que publicara en Página 12, bajo el título de La ética siempre triunfa.
La ética siempre triunfa
Por Osvaldo Bayer
Estos últimos días han servido para ratificar aquello
tan sabio de que finalmente la Ética triunfa en la Historia. La eliminación del
nombre de los atroces coroneles Falcón de la Escuela de Cadetes de la Policía,
y del de otros policías conocidos delincuentes contra los derechos humanos
básicos de otros institutos policiales, es un paso delante de nuestra
democracia. Todos nombres impuestos por dictaduras y aceptados servilmente por
los gobiernos que le siguieron. Basta recordar que el coronel Ramón Falcón –el
mejor oficial de Roca en el genocidio de los pueblos originarios llamada
Campaña del Desierto– fue quien ordenó la masacre de Plaza Lorea del 1º de
Mayo, el Día de los Trabajadores, de 1909. Y están sus declaraciones ante la
prensa justificando que dio la orden de abrir el fuego contra las columnas
obreras que recordaban a los Mártires de Chicago –aquellos luchadores
increíbles por las jornadas de las ocho horas de trabajo– “porque los obreros
en vez de llevar la bandera azul y blanca llevaban la bandera roja”. Qué delito
para el señor coronel argentino. Lo que hay que saber es que en aquellos años
la bandera roja era la bandera del gremialismo. Pero para el bestia uniformado
eso ya era un delito. Lo más increíble fue que su nombre se exhibió hasta hace
pocos días como patronímico de la Escuela de Cadetes de la Policía, lo que nos
dice qué ejemplo tenían esos cadetes en cuanto a la ética de la vida.
Pero el señor coronel asesino de obreros y de
pobladores originarios de estas tierras todavía tiene un monumento en las
calles Callao y Libertador, de esta Capital. Justo el lugar donde se ha
dispuesto que se levante el monumento al gran Astor Piazzolla. Algo muy
merecido porque este músico fue un genio que revolucionó el tango. Todos
aplaudimos esta resolución porque ésos son los modelos que merecen estar en el
bronce. También los músicos, los poetas, los científicos, los maestros y todos
aquellos de mano abierta que lucharon por un mundo con niños sin hambre y
familias con techo. Y no siempre los uniformados, como acostumbramos. Y lo
bueno del monumento al gran Astor es que tendrá nada menos que esta leyenda:
“Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao
No ves que va la luna rodando por Callao;
Que un corso de astronautas y niños, con un vals,
Me baila alrededor...¡Bailá! ¡Vení! ¿Volá!”
La letra de Horacio Ferrer, que alguna vez cantamos
todos.
Pero ahora viene lo más importante. Nadie quiere que al
lado de Piazzolla esté el monumento a ese coronel asesino de obreros. Sería un
insulto a la memoria del músico. Así como se tuvo el coraje civil de quitarles
el nombre a instalaciones policiales de enseñanza, de la misma manera habría
que mandar ese bronce a una fundición para que con ese metal se haga en un
barrio bien proletario un monumento a los obreros asesinados aquel 1º de mayo
de 1909. De otra manera sería manchar el arte tan profundo de ese músico genial
poniéndolo al lado de un fusilador del pueblo. Nos gustaría que el gremio de
los músicos diera varios conciertos en ese lugar como protesta ante la
presencia del coronel manchado de sangre al lado de ese músico que comprendió
tan profundamente la música de Buenos Aires. Entonces sí que vamos a ir a
gritar allí: “¡Viva la música, mueran las balas!”.
Y ya está naciendo una conciencia popular de revisar
la historia y no aceptar lo que siempre dictaron los dueños del poder económico
y político. Por ejemplo esto: en Belén, Catamarca, sí justo allí, los
pobladores han comenzado a apoyar un proyecto de cambiar el nombre del asesino
Julio Argentino Roca por el del poeta local Luis Franco. Un poeta con todo el
sabor de esas regiones de cielos tan azules y montañas que nos observan.
Eso, podríamos decir, es amar la vida.
Y de Catamarca a Quilmes: allí se acaba de publicar el
proyecto de ordenanza municipal para cambiarle el nombre a la avenida 12 de
Octubre por el de avenida Pueblos Originarios. Luego de explicarse los
fundamentos jurídicos, culturales e históricos se añade que el nombre de 12 de
Octubre es “un homenaje a una fecha que inauguró el genocidio étnico y cultural
más importante de la historia de la humanidad, y luce obsoleto y dañino
respecto a los pueblos originarios. Que, por el contrario, se considera
oportuno reparar a las naciones que son nuestros orígenes desde su
incorporación a la nomenclatura pública municipal”.
Es un justo pedido porque los españoles no llegaron al
nuevo continente para traer paz, cultura y libertad. Todo lo contrario: los
pueblos originarios fueron sometidos a las formas más brutales de esclavitud,
como la mita, el yanaconazgo y la encomienda. Lo dice Manuel Belgrano en su
proclama a los pueblos originarios en la que les dice: “He venido a
restituirles los derechos de libertad, propiedad y seguridad, de que por tantas
generaciones han estado privados, sirviendo únicamente a las rapiñas de los
(españoles) que han gobernado”. Y como a los conquistadores europeos no les
bastaba la esclavitud de los originarios, trajeron miles de esclavos africanos
bajo el yugo del látigo y el arcabuz. Por eso es lamentable que, en vez de
tener a un héroe de nuestra independencia frente a la Casa Rosada, tengamos
nada menos que a Colón. En vez de estar allí un gaucho de nuestra independencia
o el abrazo de nuestros dos grandes libertadores: San Martín y Bolívar. Es
exactamente lo mismo cuando vemos las mejores calles arboladas de Belgrano con
el nombre de los virreyes españoles mientras el gran héroe libertario Túpac
Amaru tiene una callecita de pocas cuadras.
Y en eso tiene razón Demián Konfino cuando propone que
el continente americano no lleve el nombre por Américo Vespucio –uno de los
tantos “descubridores”– sino que debería llamarse Tupacamaria, en nombre del
hombre que quiso liberar estas tierras de sus esclavizadores y por eso fue
condenado a la más horrible de las muertes cometidas por los seres humanos.
Occidentales y cristianos.
Pero el ser humano no se rinde. Lo demuestran los
trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba, quienes ante la quita del nombre de
Agustín Tosco a la avenida de circunvalación de la capital cordobesa por las
autoridades se pusieron a preparar una pieza teatral-musical en honor a ese
inolvidable dirigente gremial en la cual trabajan 80 músicos, cantantes y
coreutas. La letra de las canciones las escribió el secretario del sindicato,
la música es de quien dirige el taller musical del gremio. Esta forma artística
será tal vez la mejor forma de recordar a ese luchador infatigable que fue
Tosco y el mejor homenaje a su memoria.
Y otro triunfo también, en la Feria del Libro. En
estas contratapas escribimos que el ministro Torres, de la provincia de La
Pampa, había prohibido la presentación de los libros Pampa Libre, de Jorge
Etchenique, y las poesías de ese poeta grande del sur que se llama Edgar
Morisoli, en una obra de Ana S. Galván. Pues bien, la Casa de Santa Cruz, a
cargo de Mario Metaza, anunció que ellos estaban dispuestos a que, en su stand
se presentaran esos dos libros tan representativos de la cultura pampeana. Eso
se llama decir un rotundo no a toda censura que creíamos terminada con la caída
de la dictadura militar. Mientras tanto, esos libros serán presentados en la
editorial Acercándonos, el 6 de mayo, a las 17 horas, en el stand 138, pasillo
1, del pabellón Azul.
Triunfos de la democracia. Triunfos de los que piensan
en la libertad y la solidaridad. Como fue la fiesta en Azul, en la escuela 503,
cuando allí se cambió el nombre del genocida Julio Argentino Roca por el
hermoso apodo de Arbolito, el ranquel que vengó a sus hermanos ranqueles. Fue
algo inolvidable, como tocar el cielo con las manos, una fiesta con la alegría
espontánea de los alumnos, la nobleza de sus docentes, el apoyo del propio
intendente y el pueblo, puro pueblo. Sí, fue como si todos los perseguidos de
nuestra historia, lo repito, pudieran tocar el cielo con las manos.
Pero
todo esto no tendría valor si no se soluciona el problema de los Qom que
acampan en la 9 de Julio y la Avenida de Mayo: los nombres de nuestros días de
Libertad. No se puede ignorar su situación. Nos está mirando el mundo. Los
responsables tienen que pensar que si no se hace justicia, esto pasará a la
historia nuestra. Vuelvo a repetir: la Etica siempre triunfa. No se puede
ignorar el drama de estos legítimos hijos de la tierra.
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