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5 jun 2010

La usurpación de terrenos en la ciudad






La actualidad política de la ciudad está bastante alterada, con los ánimos crispados por lo que sucede desde hace unos días, cuando entre gallos y medianoche, vecinos de barrio Alberdi, se  posicionaron en una amplia franja de terrenos baldíos dispuestos a tomar posesión de los mismos.
Apremiados por su necesidad, y según los comentarios oficialistas alentados por punteros políticos, ocuparon terrenos que se presuponen fiscales o por lo menos eso es lo que argumentaron en sus declaraciones  a los medios.
Las consecuencias del accionar, comenzaron departe de la intendencia, por la búsqueda de responsables entre los dirigentes de la ciudad y la toma de medidas tendientes a evitar que tal acción se propague a otras zonas como el loteo de calle Castelli.
El Justicialismo, que aparecía  como el principal protagonista de la instigación de acuerdo a los trascendidos, fue a la Justicia a ponerse a disposición del fiscal para aclarar su situación, que de acuerdo a lo que expresara el jefe de la bancada de concejales  Víctor Núñez y el Dr. Abraham, lo perjudican y mucho al partido.  
Las sospechas deberán fundarse  en pruebas que determinen quién movilizó a la gente, si es que así fue. Esa es la lectura obligada del caso, pero hay además una realidad que se evidencia por más que del tema no se hable y son las muchas y apremiantes necesidades de un tercio de la población que vive en la pobreza e indigencia. Para solucionar estos déficits no bastan las ayudas sociales que se destinan desde distintas reparticiones de orden municipal o provincial. Ni tampoco los subsidios que dispuso la Nación, que alivian pero no alcanzan sino sólo para superar el día a día.

Las fuentes de trabajo genuino, que le permita dignificar la vida a los que menos tienen, son una lejana utopía en su realidad y en la de las generaciones futuras que nacen y se desarrollan con demasiadas carencias como para que puedan  en algún futuro incorporarse a la vida social útil y esperanzadora, o sea convertirse en verdaderos ciudadanos.

En ese contexto de pobreza y necesidades básicas insatisfechas, el sueño de tener una vivienda está totalmente alejado de las posibilidades reales de muchos ciudadanos  no sólo de Río Cuarto sino del país. Y así mientras pasa el tiempo el tener  un techo digno se convierte  para tantos argentinos  cada día más en algo irrealizable, mientras se vive en una precariedad dolorosa. En ese entorno, cualquiera pudo ser el caudillo que movilizó a la gente hasta los terrenos desocupados para empezar a soñar con un techo propio. Las necesidades son muchas, así como las diferencias de calidad de vida  en una sociedad que por un lado hace ostentación de su bienestar ante los ojos sorprendidos de los que menos tienen y saben que poco van a lograr de los bienes  que esta sociedad de consumo les propone como trampolín a la felicidad.

El  tratamiento de la pobreza debe ser una política de estado, que convoque a la dirigencia para su solución a fin de aunar voluntades y planificar su abordaje ejecutando un esquema y no dando pasos según las prioridades coyunturales.  No sólo es un tema privativo de la Iglesia que recurrentemente insiste con el mismo,  por lo que llama la atención que en la toma de los terrenos se presenten dirigentes de la Democracia Cristiana avalando la conducta de los vecinos.

Leemos que : “Las políticas aplicadas en América Latina por los poderes públicos para solucionar el problema de las villas  y asentamientos precarios son generalmente de tres tipos: la erradicación, característica de los gobiernos de facto, que no aporta ningún tipo de solución o alternativa a los ocupantes; la relocalización y la consolidación que, en cambio, implican cierta negociación o consenso con la población del asentamiento y son las que se han venido aplicando últimamente con la recuperación de gobiernos democráticos(1).
 
A la erradicación la vimos durante el Proceso en su mayor expresión, también recientemente observamos la relocalización como alternativa más frecuente ante el avance de las obras públicas. La relocalización con la población aledaña al nuevo puente colgante, dejó sus secuelas al no ser de toda la población ribereña a la obra la beneficiada. En esta instancia de esta situación planteada en el bario Alberdi la solución  deberá definirse con un acuerdo entre partes dado que si es poco  posible que se consolide un asentamiento, alternativa que desde el municipio se niega desde que ni siquiera está esclarecida la pertenencia de los terrenos,  es poco probable que los que estuvieron dispuestos a ocupar la zona se vuelvan sin una propuesta alternativa.

En definitiva  esta usurpación es otro llamado de atención a la clase dirigente y  no sólo local para que desde el poder se planifiquen y ejecuten  las  políticas sociales y no sólo se piense que con el paliativo de los planes de ayuda fundamentalmente “arrrimavotos”, se puede lograr solucionar los graves problemas   que padecen tantos compatriotas que viven en la pobreza.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
(1)   Revista Geo Notas. Oct. 2000 El proceso de legalización de la tierra de un asentamiento ilegal, históricamente consolidado: Barrio San Martín , Mendoza. Argentina. Alejandro Sáenz. Dr. en Geografía. (Univ Autónoma de Barcelona)

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