Cristina se reúne en Canadá con la minera Barrick - La Presidenta tiene agendado un almuerzo en Canadá con Peter Munk, el CEO de la minera Barrick Gold acusada de contaminar con cianuro en San Juan. El lobby para concretar el encuentro lo hizo Mariana Llorente, cuñada del renunciado canciller Taiana. También contribuyó el empresario Santiago Soldati, habitual operador de la minera canadiense.
Fuente:
La Política Online.- Info No a las Minas, del 20.06.10
18/06/20009.
Cristina Kirchner es una mujer audaz. En medio de un nuevo pico de la
polémica por Botnia, que tiene sumergido a su gobierno en una de las tareas
políticas más delicadas de su historia: esto es convencer a los asambleístas
de Gualeguaychú de que impulsarán un control férreo de la papelera acusada de
contaminación, no tuvo mejor idea que aceptar un almuerzo con Peter Munk, CEO
de la denunciada minera Barrick Gold.
El encuentro
está agendado para la semana que viene en Canadá, durante la visita de
Cristina Kirchner, que aprovechará para combinar algunos compromisos
internacionales con el descanso, en ese agradable país de base
agroindustrial, que alguna vez tuvo a la Argentina como modelo.
El
almuerzo con el CEO de la Barrick Gold, el inglés Peter Munk, es la única
actividad extraoficial de la Presidenta, que primero asistirá en la
franco-parlante Vancouver al Congreso Internacional Sindical donde podrá
hacer gala de la fibra obrerista del peronismo -claro que acaso soporte algún
mal trago por la demora en reconocer a la CTA- y luego se trasladará a
Toronto para asistir a la cumbre del G 20 y despecharse con sus
conocidas arengas contra el FMI, la especulación financiera global y demás
pestes del siglo XXI -y anteriores-.
Cristina
Kirchner ya recibió a Peter Munk en la Casa Rosada, en abril del 2009.
Lidiar
con la agenda poco edificante del encuentro es el primer desafió que
enfrentará el flamante canciller Héctor Timerman. Se trata de un regalo
envenenado que deja la gestión Taiana y que se selló gracias a la acción
coordinada de dos lobbystas eficaces. La hasta ahora poderosa jefa de
Gabinete de la Cancillería, Mariana Llorente -cuñada de Taiana- y conocida en
el Ministerio de Relaciones Exteriores como la "cuñadísima" por el
amplio poder que desplegaba rompiendo sin mayores miramientos con las
jerarquías de esa alambicada estructura burocrática.
Mariana
Llorente, que solía incidir sobre el destino, el ascenso y la caída de embajadores
con años de experiencia, es la contratara femenina de la otra pata sobre la
que Taiana asentaba su poder en el mundo diplomático y que también enfrentará
ahora la mirada escrutadora de Timerman: el implacable secretario de
Coordinación, Rodolfo "Tojo" Ojea Quintana.
Opinóloga
en cuanta discusión de política internacional se le cruce por el camino,
Llorente sufrió en los últimos tiempos un veto parcial de la Presidenta que
ordenó a Taiana que no la lleve más en los viajes en el Tango 01, al parecer
molesta por ciertos escándalos que protagonizó en la aeronave.
Sin
embargo, en este caso, para introducir la cita con la Barrick en la agenda
presidencial, Llorente contó con una ayuda inestimable: el empresario
Santiago Soldati, amigo personal de Munk y conocido lobbysta de la Barrick.
Con esa plasticidad que tiene el kirchnerismo para tomar lo que le conviene
de la demonizada década del 90, Soldati logró penetrar en el núcleo duro del
Ejecutivo.
Acaso
su relación con los Kirchner se haya afianzado cuando le vendió Sociedad
Comercial del Plata al zar del juego Cristóbal López.
Como
sea, Soldati fue clave para destrabar la última gran apuesta de la Barrick en
la región, el proyecto binacional Pascua Lama, que se expande entre San Juan
y la Tercera Región de Chile, y tiene reservas declaradas por 17 millones de
onzas de oro. La gestión, que incluyó encuentros directos con Cristina
Kirchner, le deparó la gratitud incondicional del gobernador José Luis Gioja,
uno de los más fanáticos defensores de la actividad de esta minera, que le
depara gruesos dividendos a San Juan.
De hecho,
el gobernador Gioja también ofició de mediador para que en abril del año
pasado Cristina recibiera en la Casa Rosada a Munk; y no sólo eso, tan
fuertes son los lazos que unen a los Kirchner con esta minera, que semanas
después la Presidenta volvió a recibir -otra vez junto a Gioja- a los
directivos de la compañía, esta vez sin Munk.
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Pero el inconveniente de la nueva cita, que exigirá a Timerman que
agudice sus dotes diplomáticas, estriba en que vuelve a colocar a la Presidenta
al frente de la agenda anti medio ambiente, con una coherencia que es justo
reconocerle. Así como vetó la ley de glaciares y ahora puja porque Botnia pueda
operar sin inconvenientes, siempre fue una abanderada del desarrollo minero,
posición que seguramente incidió para que el octogenario Munk la agasaje con un
merecido almuerzo canadiense.
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