Masacre de Pompeya: La Corte Suprema revocó la condena a Fernando Carrera

Fernando Carrera

La Masacre de Pompeya conmovió a la opinión pública, por el saldo de la tragedia, que dejó tres muertos. Sucedió   en el verano del 2005 en  la ciudad de  Buenos Aires cuando  un Peugeot 205 blanco conducido por Fernando Carrera que iba a mas de 100 km/h en contramano por la avenida Sáenz del populoso barrio de Pompeya  atropelló y mató a un niño de 6 años, su mamá de 35 y otra mujer de 41, además una mujer embarazada también resultó lesionada. Cuando el vehículo detuvo su marcha fue literalmente quemado a balazos por la Policía Federal.

Carrera fue condenado porque presuntamente, tras asaltar con un secuaz a un empresario en el gran Buenos Aires, habría emprendido la fuga por el barrio porteño de Pompeya, donde fue sorprendido por los policías. Las confusas circunstancias del hecho, que fueron minuciosamente analizadas por el cineasta Enrique Piñeiro en el film El Rati Horror Show, plantean la posibilidad de que un error cometido por la fuerza pública haya provocado primero la lesión que dejó al conductor en estado de inconsciencia y luego el luctuoso saldo al haber circulado fuera de control.

La causa judicial determinó la prisión de Fernando Carrera, quien está desde hace siete años en prisión. Hoy La Corte Suprema de la Nación, en el día de la fecha revocó la condena a 30 años de prisión El tribunal, con el voto coincidente de cuatro de sus cinco ministros presentes, remitió las actuaciones al tribunal de origen, la Cámara de Casación, para que dicte un nuevo fallo.

Carrera podría recuperar la libertad de inmediato, pues lleva siete años preso sin condena firme, un plazo largamente excedido de los tres años como máximo que contempla la ley y los tratados internacionales en materia de derechos humanos incorporados a la Constitución. "El fallo recurrido carece de la debida fundamentación", dijeron los jueces, al revocar la condena confirmada por la Casación. La Corte se expidió y por esta posición Carrera podría recuperar la libertad de inmediato, pues lleva siete años preso sin condena firme, un plazo largamente excedido de los tres años como máximo que contempla la ley y los tratados internacionales en materia de derechos humanos incorporados a la Constitución.

La decisión del Alto Tribunal corrobora lo que muestra Piñeiro en su film. Así si se verifica que esta resultó  una “causa armada”, realmente estamos en peligro y no sólo por la violencia de los delincuentes que padecemos en toda nuestra geografía y que es tema permanente de los medios. No basta que Carrera recupere su libertad, la demanda de Justicia de parte de los deudos de los fallecidos sólo cesará si los verdaderos responsables son sentados también en el banquillo. ¿Será posible qué esto suceda y cuanto habrá qué esperar para conocerlos?