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25 mar 2010

Derechos Humanos: Cuentas pendientes



Transcurrido la conmemoración de un nuevo aniversario del golpe de estado de 1976, el país vuelve a su rutina y a sus problemas cotidianos. Entonces en ese retomar de las actividades surge una realidad difícil que nos enrostra cuán lejos estamos de haber cumplido con los objetivos de defender los Derechos Humanos. Hacemos referencia concreta a una situación que se da en la cárcel local adonde hacinados están una cantidad de personas que esperan se resuelva su situación judicial o cumplen condenas. Surge así de acuerdo a las más veraces estadísticas que la pueblan personas de las más desprotegidas de la comunidad por  sus orígenes y posibilidades de inserción laboral y que habiendo delinquido o en sospecha de haber cometido ilícitos, son recluidas para su rehabilitación.

La situación  en las cárceles del país motivan cada tanto motines con los que salta a la luz las condiciones de vida imperantes en ellas que dejan no mucho sino demasiado que desear para no pensar que son un calvario y no un centro de recuperación. Esto se estaría dando también en nuestro medio, adonde los internos adolecen por ejemplo de falta de atención médica, la que se suple por personal paramédico y según refieren esta situación no sólo causa problemas menores sino que compromete la vida de los afectados . Nada de eso trasciende a la comunidad, y ante la presencia de un índice elevado de delitos, antes de analizar las causas, se toma como un tema menor  cómo se vive allí adentro, dado que es más fácil pensar que a los internos les cabe este trato por sus antecedentes. Nos olvidamos que un día son reincorporados a la sociedad y si la rehabilitación no se dio, como no se da en muchísimos casos pasamos a generar un círculo vicioso del cual difícilmente podamos recuperar un ser socialmente adaptado, dado que el índice de reincidencia en el delito también es altísimo.

La violencia desde el estado sigue vigente en el entramado  social, lo prueban entre los hechos más recientes la pueblada que generó el accidente de Bragado ante la actitud de los inspectores de tránsito que costaron la vida de dos adolescentes el 21 de marzo pasado y  en nuestro medio las denuncias que han determinado la imputación de agentes policiales en la UR 9  por el trato en la Alcaidía adonde se investiga la venta de drogas y presunto abuso sexual hacia una detenida es otro ejemplo. 

Esta falta elemental de atención médica en una cárcel colmada de detenidos, en su mayoría gente pobre excluida del sistema por sus condiciones sociales de origen que sufren desempleo y pobreza y que en muchos casos son empujados a delinquir  habla que estamos lejos de cumplir con el objetivo de formar ciudadanos para una plena vigencia de la  democracia en un estado de derecho, y que aún nos falta mucho por lograr en el tema de los Derechos Humanos

Pretendemos que nuestros centros de detención sean lugares de recuperación, no escuela de delincuentes ni cuevas de adictos, y que la realidad que se vive entre rejas trascienda a la opinión pública no sólo cuando hay motines dado que mal que nos pese son ciudadanos argentinos los que padecen los rigores del sistema carcelario que están esperando se abran las puertas para volver a vivir en sociedad con dignidad. Si las condiciones  de detención ,son infrahumanas poco podemos rehabilitar y recuperar.

Por lo tanto necesitamos saber que pasa en la cárcel, es una demanda de buena parte de la ciudad que ignoramos, esa que habita las periferias y no figura en las páginas sociales de ningún medio, pero que conforma tanto como todos el gran Río Cuarto.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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