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6 mar 2010

Kindergarten, un mundo de fantasía K


UNA FÁBULA SOBRE EL TRASFONDO DEL USO DE RESERVAS





Si Alicia vive en el País de las Maravillas, Mercedes vive en el País de las Ilusiones y Cristina vive en el País de los Fantasmas.
Estos tres personajes convergen en un escenario común: un mundo de fábulas y fantasías.
Ese mundo imaginario está lleno de puertas por donde se accede a lo inesperado.
El último viernes de febrero, Mercedes accedió por una puerta a la Casa Rosada con la ilusión de que habría un proyecto de ley que sustentaría legalmente el uso de las reservas para pagar la deuda. Sin embargo, el domingo salió por la otra puerta imaginaria de la Quinta de Olivos donde, en medio de su sorpresa y estupor, el matrimonio presidencial le anticipaba el contenido del nuevo DNU que presentaría en sociedad el lunes ante la Asamblea Legislativa.
Ahora Mercedes está abandonada y es acechada por todo tipo de peligros.
El otro personaje, Cristina, se repite en una lucha oratoria frente a los fantasmas, una suerte de diminutos monstruitos que le acechan a toda hora. Fantasmas de destitución, fantasmas en la justicia, en el parlamento son algunos de los malos de esta fábula.
Pero más allá de la fantasía literaria ¿cuál es el trasfondo de la pelea por el uso de las reservas?
Ni más ni menos que un enorme agujero fiscal que orilla los 25.000 millones de dólares.
Según la argumentación de la Casa Rosada, el dinero proveniente de las reservas se utilizará para pagar los servicios de la deuda que operan en parte durante 2010. Sin embargo, el dinero destinado al pago de la deuda pública ya está contemplado en el presupuesto.
¿Qué hay detrás de todo esto? Un manejo discrecional de los fondos del Presupuesto Nacional tal como ocurrió durante toda esta década.
En la tesis oficial, pagando los vencimientos con las reservas se liberarían los recursos presupuestados mediante las ilimitadas facultades otorgadas al Poder Ejecutivo, a través de los "Superpoderes" y la Ley de Emergencia Económica, instrumentos que fueron aprobados por el Congreso, previo al recambio del 10 de diciembre.
Con ambas facultades delegadas, la administración Kirchner puede cambiar el destino de los fondos y las partidas presupuestarias a su antojo y aplicar los recursos de acuerdo con sus apetencias políticas de cara a 2011.
Ni la institucionalidad, ni la autonomía del Banco Central y mucho menos el orden constitucional. Lo que está en discusión es como se manejan esos recursos y como se aplican. No es que la oposición política está en contra del uso de las reservas sino como se distribuyen. Es más, hasta hubo negociaciones entre funcionarios y miembros de la oposición, para sancionar un proyecto de ley que legitimara el uso de las reservas y que fracasó debido a la codicia oficialista.
Mientras esto ocurre en el mundo de fábula de la pueril dirigencia política, la inflación está horadando los bolsillos de la población.
La lentitud de una oposición fragmentada amplía peligrosamente el margen de maniobra del oficialismo que, entre la provocación del DNU ante el Congreso, y la paranoia destituyente, busca crear un ambiente de mayor confusión que alimenta la expectativa inflacionaria.
En los dos primeros meses del año, la inflación real -no el índice Cantinflas, elaborado por Mario Moreno-, supera largamente el 4 por ciento y proyecta el costo de vida para 2010 hacia el 30 por ciento. ¿Qué pasará en la próxima discusión salarial?
Ahora, como en el cuento de Carroll, el gobierno se asemeja al Humpty Dumpty y se encuentra en un delicado equilibrio. ¿Terminará igual?

Miguel Ángel Rouco
DyN

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