¿Qué pasa en la ciudad de Córdoba?

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La situación en la ciudad capital de la provincia es un signo de alarma y evidencia las dificultades que la intransigencia de dos sectores pueden llegar a generar alterando la convivencia de la población. Desde hace 40 días, o sea en la etapa preelectoral comenzó a tensarse la cuerda del conflicto entre el intendente Giacomino, y Rubén Daniele del SUOEM (Sindicato de Obreros y Empleados Municipales), así se llegó a una etapa de desenlace con una total falta de acuerdo y se generaron los hechos de violencia que conocemos a través de los medios capitalinos, como estos videos que reflejan lo que sucedió en el día de la fecha.

Daños, destrozos del Palacio Municipal, fue el saldo que ayer 20 de Julio dejó el accionar de un grupo de personas entre ellos encapuchados que expresaron así su fuerte oposición al recorte de horas extras, bonificaciones y prolongaciones de jornadas de parte del Intendente. Cuando una columna de gente, todos del “alto”, tal como se les llama a los que trabajan en las áreas operativas municipales, o sea empleados de Obras Viales, Señalamiento, Alumbrado Público, Parques y Paseos y demás dependencias llegaron hasta la sede del Municipio, la Guardia de Infantería, reaccionó y así se produjo un enfrentamiento que dejó 23 detenidos y dos policías heridos. Los reproches son de los dos sectores pero las declaraciones son de tal dureza que no hacen prever un desenlace favorable a corto plazo. Así Rubén Daniele expresa que “todo es culpa del Intendente” así como dice que hoy 21 que “Vayan preparando todas las cárceles de Córdoba” luego de que en un nuevo enfrentamiento se contabilizaran otros 11 detenidos y añadió "Este conflicto se va a poner más duro. Amenazan con echarnos (...) Seguí echándole leña al fuego Giacomino, pero hacete cargo de las llamas porque nosotros también le vamos a echar leña a este fuego”

Como consecuencia, los servicios municipales no se cumplen, por paros de importantes sectores y la atención al público en el Palacio 6 de Julio y los CPC fue casi nula, la actividad se limitó a las guardias mínimas ordenadas por la Justicia en áreas como Salud, Redes Sanitarias y Cementerios.

En resumen: persiste un conflicto por un reajuste en gastos de personal que incluye la disminución de las horas extras, que el gremio rechaza de plano y el intendente insiste en llevar adelante como vía para destinar recursos a obras y servicios públicos, conflicto que creció amparado en las diferencias de la campaña electoral y de la interna justicialista de la que ninguno de estos protagonistas están excluidos.

Situación de violencia que fue ganando terreno y hoy compromete el funcionamiento de un centro urbano de gran complejidad, en medio de una epidemia de gripe que nos tiene a maltraer y que poco parece importarle a los dirigentes de toda índole, que defienden sus derechos en el caso sindical de la peor manera que recordamos en el pasado del país: con violencia, y que desde el poder no es controlada desde la razonabilidad y con las instituciones de la democracia, sino a través de las armas, con la represión que nos retrotrae a los peores momentos no tan lejanos de la historia de Córdoba y del país.

Parece que inevitablemente estamos en un círculo vicioso adonde siempre terminamos enfrentados pobres contra pobres, con el perjuicio y riesgo de la integridad de todos, y la falta de servicios esenciales para los cuales la ciudadanía paga sus impuestos.

Esto sucede en Córdoba, no es un dato menor, es la cuna del Cordobazo, y de los más importantes reclamos de los movimientos sindicales, es de esperar entonces que no sea una señal de alarma, frente a la grave situación económica de los municipios y gobiernos de provincias, que entrampados en la caja de los K, no pueden dar respuesta a los reclamos sectoriales, en una creciente situación de crisis económica tapada con los datos pintados de las estadísticas fraudulentas.

Si los empleados públicos son muchos, la máquina política se encarga de alimentar esta burocracia, y ahora los mismos que crean este monstruo tienen el deber de dar respuesta pacífica a los reclamos, no sólo por los que dependen del salario sino también por responsabilidad ante los ciudadanos que deseamos vivir en democracia y en paz.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO