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19 jul 2009

El caso del profesor Tenaglia y los criterios de la conducta

No puede menos que sorprendernos la información periodística que compromete la actitud del conocido ex docente de Río Cuarto profesor Héctor Tenaglia, Ciudadano Ilustre de nuestro medio a quien le reclaman la devolución de 1.656.622,24 pesos por el cobro de dos jubilaciones. El profesor Tenaglia, de acuerdo a la información percibe dos haberes jubilatorios uno de estos provienen de la Nación desde el ANSES por su actividad de ex docente de establecimientos educativos nacionales y la UNRC y otra de las arcas provinciales debido a que se desempeñó como Ministro de Educación de la provincia de Córdoba durante la gestión del gobernador de facto comandante Roberto Huerta en 1969, o sea durante el gobierno que a nivel nacional encabezaba Onganía el emblemático año del Cordobazo.

No es una suma menor la que percibe por haber accedido a este cargo: son 10.514 pesos mensuales, la Caja de Jubilaciones de la Provincia le reclama la deuda mencionada de 1.656.622,24 pesos a marzo último por el cobro indebido, aunque el caso todavía no está resuelto por la presentación de una medida cautelar en la Justicia, interpuesta por el doctor Jorge Gentile, abogado de Tenaglia, quien negó que se trate de un cobro indebido y estimó que la Justicia esclarecerá la situación.

También en esta situación hay otras personas como fue el caso de la ex diputada nacional peronista Ana Richter (2003-2007), quien durante su mandato cobró su jubilación como docente provincial y la dieta como legisladora.

La Justicia se expedirá y dirá qué es lo que corresponde de acuerdo a la Ley que rige el destino de nuestra sociedad.

Pero independientemente de lo que disponga la Justicia está el otro y gran interrogante y es el de valorar la actitud del afectado por este reclamo, que como todos tuvo y tiene a lo largo de su vida una variedad de criterios orientadores para elegir su propia conducta. Así, por lo tanto con todo derecho desde el punto de vista de la gente común podemos cuestionar si esta actitud es una actitud ética, dado que no es una situación impuesta sino que es un beneficio al que se accede basado en el razonamiento personal que cada uno se impone de acuerdo a los valores que rigen nuestro andar por la vida en sociedad, por más que la ley lo permita.

El simple hecho de compartir nuestra sociedad no le pueden haber limitado la visión de la situación especial en que estaba, así como tampoco ignorar la situación de sus pares que distan mucho de tener semejante beneficio y sobreviven con ajustados haberes, y como educador lo que significa su conducta como referente social a tal punto que fue distinguido por los representantes de una comunidad, con el más alto honor que se le concede a una personalidad destacada.

Educar significa también predicar con el ejemplo, así como nos enseñaron nuestros padres y significa además conducir o guíar, de acuerdo a principios que dicta la ética bajo cuya tutela cada uno elabora y diseña su patrón de conducta a seguir. El camino que recorremos en cualquier ámbito en que nos toque desempeñarnos está basado en esos principios que acuñamos, es de nuestro patrimonio, y nos muestra socialmente cómo somos, de acuerdo a cómo actuamos. No siempre lo que hacemos al amparo de la Ley, constituyen la esencia del valor moral, y en este caso podemos concluir señalando que si bien no desconocemos la trayectoria del profesor Tenaglia, este hecho por el que se lo cuestiona, empaña la imagen de un referente.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

Fuente: Puntal 18.07.09

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1 comentario:

  1. Este "señor" Tenaglia siempre fué un delincuente, lo conocí en los años 1959-60 en el bario A.T.E. un verdadero mafioso por sus negociados con las viviendas de ese barrio

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