Los testigos Cecilio Salguero y Ana María Mohaded hicieron sus aportes en
la jornada de ayer 9 de abril en este juicio. Es muy
recomendable leer la síntesis de sus exposiciones por que ayudan a
entender un poco más esta compleja trama de la oscura historia vivida durante
la última dictadura militar en el país. Cecilio Salguero es escritor y
periodista independiente, licenciado en Comunicación Social y testigo-querellante
en esta megacausa, añade a su experiencia personal,el doloroso bagaje de tener
cuatro familiares desaparecidos. Sin escatimar detalles individualizó a sus
torturadores, entre los principales a Miguel Andel “el Gato” Gómez. Además
formuló un pedido especial a Su Santidad el Papa Francisco para que permita
acceder a los archivos del Vaticano y así poder investigar la información que
habría en poder de la Iglesia respecto al destino de los desaparecidos.
Leamos la nota periodística que publicó
el diario local:
La Perla: piden al Papa que
abra los archivos del Vaticano
En la
megacausa que se desarrolla en los Tribunales Federale de Córdoba, declaró el
escritor Cecilio Salguero, quien solicitó que se dé a conocer la información
que tiene la Iglesia sobre los desaparecidos
En una nueva
audiencia por la megacausa “La Perla”, el escritor Cecilio Salguero brindó su
testimonio como sobreviviente del ex centro clandestino de detención y elevó un
pedido para el papa Francisco para que “abra los archivos secretos del
Vaticano” y se den a conocer datos sobre los destinos de cuerpos de
desaparecidos. En tanto, brindó una dura descripción de cómo fue su paso por La
Perla y La Ribera, apuntando a Miguel Ángel “el Gato” Gómez como el principal
torturador de estos centros.
Cecilio Salguero, quien era integrante de la agrupación Montoneros, relató ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) que fue secuestrado el 9 de marzo de 1977 en las cercanías de la fábrica Perkins, en Córdoba, e identificó como responsable del operativo de su privación ilegal de la libertad al imputado Jorge Acosta y como uno de sus torturadores en La Perla.
“Gómez fue mi torturador, a Menéndez lo vi en la catedral en un tedéum junto al cardenal Francisco Primatesta”, dijo en su declaración sobre los imputados, en tanto que aseguró: “Manzanelli fue uno de mis torturadores en La Perla, Yanicelli me torturó a mí y a mi compañera en la D2 de Moreno, Lardone me torturó en la Perla y me sacó una foto.
Carlos Díaz me torturó en La Ribera junto con Gómez, eran los torturadores de la Ribera”.
Sobre los tormentos de los que fue víctima, detalló que recibió agresiones con “picana eléctrica, submarino, mojarrita, golpes y trompadas”, y agregó que igual situación vivió en dependencias del D2, teniendo como victimario a Yanicelli.
“Nos tenían atados, vendados, no podíamos movernos ni hablar. Nos daban comida con agua sucia y pan. Una vez por semana nos dejaban bañar y una vez por día nos dejaban ir al baño”, recordó Salguero.
La declaración de Salguero se realizó en el marco del juicio que comenzó el 4 de diciembre del año pasado, que acumula 16 causas e involucra a 42 imputados y 417 víctimas, de las cuales 162 lograron sobrevivir.
Los 42 imputados que tiene la causa afrontan cargos por privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, aplicación de tormentos seguidos de muerte, homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado, sustracción de menor de 10 años, abuso deshonesto y violación.
Salguero dio cuenta de cómo era la vida en “la cuadra”, espacio de La Perla donde estaban los detenidos: “Debíamos permanecer en posición horizontal y pasabamos hambre y sed. Vivíamos con incertidumbre las 24 horas, estábamos entre la vida y la muerte y los represores nos lo recordaban todo el tiempo”, indicó el testigo.
Plan Cóndor
“El plan de Videla no fue autónomo sino que funcionó dentro del Plan Cóndor; por primera vez las Fuerzas Armadas argentinas se subordinaron a las norteamericanas para reprimir al pueblo argentino”, dijo Salguero, que ha escrito libros respecto de la temática. Y agregó: “Nosotros requerimos que, así como el pueblo alemán tuvo que reparar los crímenes del nazismo, les pedimos a los norteamericanos y las multinacionales que reparen el daño que causaron en nuestro país los gobiernos totalitarios”.
Por su parte, Ana María Mohaded, otra de los testigos de ayer, comentó que al momento de ser detenida era estudiante de Cine, y participaba del Centro de Estudiantes, mientras que militaba en la Organización Comunista Poder Obrero.
Fue secuestrada por una patota que fingía un asalto el 11 de noviembre del ‘76. Ella estaba con dos amigos y al darse cuenta de la situación comenzó a gritar su nombre. A pesar de ello la encerraron en el baúl de uno de los autos, amordazada con los restos de un vestido que desgarraron para atarla. Dentro del vehículo pudo soltarse las ataduras y escapar corriendo por la Avenida Colón, pero la alcanzaron, la golpearon y amenazaron.
En muchas oportunidades se ha hablado de evitar la revictimización de los sobrevivientes de los centros de detención en sus declaraciones. A esto hizo referencia Mohaded al decir: “¿Por qué a 30 años de democracia yo tengo que estar pasando por esto otra vez?
¿Por qué, después de haber tenido que declarar once veces? Quiero aclarar que estoy acá por propia voluntad. Estoy aquí porque quiero estar, porque tengo el deber de testimoniar, porque tengo el derecho de testimoniar, porque tengo la gracia de estar viva y porque vengo rodeada de amor en mi vida, el amor de tantos hermanos. No reniego de ello, pero espero que sea la última vez, porque duele”.
Hoy continuará el juicio y se espera que hablen algunos imputados.
Cecilio Salguero, quien era integrante de la agrupación Montoneros, relató ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) que fue secuestrado el 9 de marzo de 1977 en las cercanías de la fábrica Perkins, en Córdoba, e identificó como responsable del operativo de su privación ilegal de la libertad al imputado Jorge Acosta y como uno de sus torturadores en La Perla.
“Gómez fue mi torturador, a Menéndez lo vi en la catedral en un tedéum junto al cardenal Francisco Primatesta”, dijo en su declaración sobre los imputados, en tanto que aseguró: “Manzanelli fue uno de mis torturadores en La Perla, Yanicelli me torturó a mí y a mi compañera en la D2 de Moreno, Lardone me torturó en la Perla y me sacó una foto.
Carlos Díaz me torturó en La Ribera junto con Gómez, eran los torturadores de la Ribera”.
Sobre los tormentos de los que fue víctima, detalló que recibió agresiones con “picana eléctrica, submarino, mojarrita, golpes y trompadas”, y agregó que igual situación vivió en dependencias del D2, teniendo como victimario a Yanicelli.
“Nos tenían atados, vendados, no podíamos movernos ni hablar. Nos daban comida con agua sucia y pan. Una vez por semana nos dejaban bañar y una vez por día nos dejaban ir al baño”, recordó Salguero.
La declaración de Salguero se realizó en el marco del juicio que comenzó el 4 de diciembre del año pasado, que acumula 16 causas e involucra a 42 imputados y 417 víctimas, de las cuales 162 lograron sobrevivir.
Los 42 imputados que tiene la causa afrontan cargos por privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, aplicación de tormentos seguidos de muerte, homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado, sustracción de menor de 10 años, abuso deshonesto y violación.
Salguero dio cuenta de cómo era la vida en “la cuadra”, espacio de La Perla donde estaban los detenidos: “Debíamos permanecer en posición horizontal y pasabamos hambre y sed. Vivíamos con incertidumbre las 24 horas, estábamos entre la vida y la muerte y los represores nos lo recordaban todo el tiempo”, indicó el testigo.
Plan Cóndor
“El plan de Videla no fue autónomo sino que funcionó dentro del Plan Cóndor; por primera vez las Fuerzas Armadas argentinas se subordinaron a las norteamericanas para reprimir al pueblo argentino”, dijo Salguero, que ha escrito libros respecto de la temática. Y agregó: “Nosotros requerimos que, así como el pueblo alemán tuvo que reparar los crímenes del nazismo, les pedimos a los norteamericanos y las multinacionales que reparen el daño que causaron en nuestro país los gobiernos totalitarios”.
Por su parte, Ana María Mohaded, otra de los testigos de ayer, comentó que al momento de ser detenida era estudiante de Cine, y participaba del Centro de Estudiantes, mientras que militaba en la Organización Comunista Poder Obrero.
Fue secuestrada por una patota que fingía un asalto el 11 de noviembre del ‘76. Ella estaba con dos amigos y al darse cuenta de la situación comenzó a gritar su nombre. A pesar de ello la encerraron en el baúl de uno de los autos, amordazada con los restos de un vestido que desgarraron para atarla. Dentro del vehículo pudo soltarse las ataduras y escapar corriendo por la Avenida Colón, pero la alcanzaron, la golpearon y amenazaron.
En muchas oportunidades se ha hablado de evitar la revictimización de los sobrevivientes de los centros de detención en sus declaraciones. A esto hizo referencia Mohaded al decir: “¿Por qué a 30 años de democracia yo tengo que estar pasando por esto otra vez?
¿Por qué, después de haber tenido que declarar once veces? Quiero aclarar que estoy acá por propia voluntad. Estoy aquí porque quiero estar, porque tengo el deber de testimoniar, porque tengo el derecho de testimoniar, porque tengo la gracia de estar viva y porque vengo rodeada de amor en mi vida, el amor de tantos hermanos. No reniego de ello, pero espero que sea la última vez, porque duele”.
Hoy continuará el juicio y se espera que hablen algunos imputados.
Fuente:
Puntal 10.04.13
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