Slots: los números hablan

Las slots son realmente tragamonedas. Despiadadas e insensibles vacían bolsillos y billeteras de los más esperanzados laburantes o desocupados de clase media y media baja de acuerdo a las características de su concurrencia, y engrosan las ganancias de los grupos que aprovecharon el guiño de las autoridades de turno para desparramarse por la geografía cordobesa, léase José Manuel en nuestra provincia y Alberto Cantero en la ciudad, o sea el justicialismo.

Los números conocidos hoy reafirman las advertencias de todos los sectores que las cuestionaron. El paso del tiempo permite así evidenciar objetivamente con cifras este negocio ruinoso para la gente y alentador para los que invirtieron confiando en la seducción demostrada de las maquinitas ruidosas, que no solo dejan bolsillos flacos sino adictos y familias con serios problemas.

No dejemos  de observar estas cifras:

274 máquinas son las que están funcionando en la ciudad

237.000.000 de pesos se llevaron las slots de Río Cuarto desde diciembre del 2003

47.000.000 de pesos  facturaron durante el 2010

1.700.000 pesos recibió la ciudad de ese importe del 2010

4% de lo declarado por la empresa, como cifra total de apuestas, es lo que recibe el municipio

4.500.000 de pesos se jugaron durante junio del 2011

25%  significa de incremento con respecto a junio de 2010

148.200 pesos es el promedio diario jugado

40 a 65 años es la franja de edad de mayor concurrencia

Pero eso sí, Río Cuarto consiguió ubicarse en el ranking como la ciudad no turística con mayor recaudación. No estaremos primeros en otras actividades pero para hacer andar las maquinitas tenemos una buena pare de la población que ayuda a que ganemos posiciones en este rubro, porque estos adultos que vacían sus billeteras en pos de un milagro que los haga zafar de los apremios no son llevados a la fuerza, sino que solitos se encaminan hasta que tragan el anzuelo de la adicción y entonces sí, abren las puertas del descontrol y la obsesión. Entonces, cuando los conflictos son el paso siguiente y las crisis familiares requieren atención para los atrapados por el juego, los recursos del estado tienen que posibilitarles atención. O sea la sociedad pierde por lo que se llevan en efectivo, pierde también por los costos de la atención especializada que requieren los ludópatas, y lo que es peor envilece a una buena parte de su gente que queda prisionera de las redes de un vicio que se esconde detrás del  moderno espejismo en que se convirtió el  Casino de la costanera.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

Fuente: Puntal 26.08.11