Por estos tiempos se acepta que la economía está en recesión y no es poca cosa. Esa crisis mundial que parecía lejana, está golpeando y los bolsillos argentinos la sienten. Así no es de extrañar que las ventas navideñas estén flojitas, y si no lo dicen los indicadores lo dicen los comerciantes.
Si se considera que los planes con que se ayuda a los desprotegidos del sistema no son una cara más del clientelismo y le darán un leve aliento a la economía, buscan ser captados por las grandes firmas de hipermercados, que tienen sus estrategias confusas para lograrlo, como la que determinó que la cola de beneficiarios esperara pacientemente frente a Carrefour, pensando que les iban a “duplicar” el monto asignado…. Una ingenuidad de aquellas, de nuestro pueblo que en realidad malinterpretó lo que se adelantaba por medio de la tarjeta. No han aprendido aún que nadie regala nada, y menos estos pulpos que si se instalaron en el país es para ganar y no para hacer beneficencia.
Distribuidos por toda la superficie nacional, los hipermercados nos venden fundamentalmente los alimentos, esos que producimos en cantidad y que faltan en la mesa de muchos argentinos. Captan de acuerdo a lo referido por las entidades del sector el 70% del mercado local, y van por más. Así pretenden por ejemplo instalar anexos, que bajo otras firmas son en realidad apéndices de esas entidades matrices que extienden sus tentáculos para copar el 30% restante de la población.
Esto es lo que sucedería en nuestra ciudad con el Día %, vinculado con Carrefour, que espera en la gatera para abrir sus puertas en el local de Av. Sabattini.
Esto es lo que sucedería en nuestra ciudad con el Día %, vinculado con Carrefour, que espera en la gatera para abrir sus puertas en el local de Av. Sabattini.
Los hipermercados adonde se instalaron dejaron las secuelas como fueron los cierres de los comercios pequeños que están en una desequilibrada situación para competir, a tal punto que en la ciudad se calcula que alrededor de 400 negocios chicos cerraron, desde que éstos abrieron sus puertas. Responden a intereses foráneos, el dinero que facturan se va a destinos lejanos ya que poco queda en esta plaza, pero… con tal de que generen puestos de trabajo los dejan instalar sin muchos miramientos. Prometen lo que no cumplen, ya que de acuerdo a los datos del presidente del Cecis, Wal-Mart se comprometió a tomar 300 empleados y hoy sólo tiene entre 120 y 150. Ellos saben que en este país todo se arregla, si el lugar elegido no es apto para la instalación, de alguna forma se consigue. Sus góndolas no siempre tienen mercadería en las mejores condiciones, y si no pregúnteles a los clientes, pero… también saben que los controles son light por estos pagos. Y así siguen creciendo.
De condiciones laborales mejor no hablar, porque basta pasar a altas horas para ver a los jóvenes empleados en sus tareas, podemos recordar que públicamente fueron denunciadas aberraciones al respecto, y es conocido que el amparo gremial no es precisamente bien visto por ninguna de estas empresas. Hay demasiada juventud buscando trabajo como para que no les sobre postulantes a estas megaempresas, que tienen así una abundante oferta para cubrir sus demanda, imponiendo sus condiciones.
Estratégicamente ubicados en nuestra amplia región, desde Río Cuarto abastecen a una amplia zona que tentó y tienta la presencia de los hiper a cual cada vez mayor, y por lo visto también menores asociados.
Los comercios chicos, de los barrios que aguantan la libreta cuando falta el peso para fin de mes, son débiles contrincantes que además también tienen que competir en la forma de pago contra las tarjetas, ese dinero plástico que no se da gratuitamente porque se come jugosos intereses que termina pagando el consumidor, pero eso…no se ve, simplemente se siente en el bolsillo.
Eslabones necesarios de la sociedad consumista, de la mano de la publicidad y el crédito venden lo que quieren y como quieren. Y además también influyen sobre nuestros hábitos y nos están enseñando a alimentarnos con lo que no precisamente necesitamos contribuyendo a fomentar los crecientes problemas de nutrición que podemos apreciar en nuestras poblaciones.
Ahora en lo que se aprecia como una nueva etapa como por si fueran pocos, viene por el resto de la población que no puede acceder a sus locales, y piensan expandirse en la ciudad.
¿Reflexionarán seriamente alguna vez las autoridades municipales que son las encargadas de cuidar a nuestra gente desde distintos aspectos, si es necesario seguir fomentado esta alternativa comercial?
Si así lo consideraran esperamos que nos ilustren con sus razonamientos a la hora de debatir el tema de autorizar la instalación de más hipermercados aunque vengan disfrazados, y que la decisión esté debidamente fundamentada, para que nos demuestren que realmente los habitantes estamos primero a la hora de disponer qué le conviene a la ciudad.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
coincidimos plenamente con ustedes.Consideramos suficiente la cantidad de hipermercados en esta ciudad y no queremos que se perjudiquen mas a los mercados pequeños que siempre han estado en rio cuarto,reformando zonas de radicacion como hicieron con Wall-Mart y Makro y con promesas de pavimentos y puestos de trabajo que no se cumplieron como los 2 mencionados.Quisieramos saber ¿Porque no se cumplio con lo prometido por esos 2 hipermercados mencionados?
ResponderEliminarLos felicito, sigan adelante