Los pueblos vecinos, que alguna vez llamamos Hermanos son dignos de estudio y en lo personal los admiro. Vienen desde el fondo de los tiempos, cuando pertenecíamos al incario, en que nadie nos había puesto los límites ni nos había dominado hasta la esclavitud según los sabios arqueólogos, era Tiaguanaku la primera gran ciudad que se levantó en el Aby-.Ayala nuestro mundo.
Desde principios del siglo pasado se fueron desenterrando sus tesoros para que nos fuéramos enterando del grado de esa cultura formidable. Por allí anduvo Rex González, una gloria de la arqueología descubriendo tesoros, mejor que Indiana Jones por las ciudades sagradas. Así nos enseñó qué hicieron y adoraron los hombres antiguos, en la cresta de América.
Pero Bolivia aún guarda secretos milenarios, por eso la llaman " la esfinge Americana. Su gente sabe que sus idiomas y sus creencias vienen de siglos de luchas y bonanzas, vienen de la que fue llamada " la virreina India":Bartolina Sissa, que juntó 50.000 indios para protestar contra los conquistadores y la mataron como a Tupac- Amaru, el primer libertador de sud América. Tienen pues genes que no son de despreciar.
Quechuas y Aymarás son las culturas dominantes junto a los Uros que señorearon en el Titicaca. Pueblo trabajador, fiel a sus creencias, aguantador, sufrido, que ha dejado las huellas de sus cansadas ojotas en busca del trabajo que no quieren hacer los que prefieren rebajar su dignidad a cambio de la entrega del voto. ¡Resulta tan aliviado el mendrugo que los hará pobres para siempre!
Los bolivianos son buenos para albañiles, mineros, carpinteros, herreros, quinteros, jardineros, camioneros y mecánicos. Ellas son agricultoras, tejedoras magníficas, cocineras de sopas gloriosas y anticuchos soberbios. Aquí nomás hemos presenciado la caída de obreros de las construcciones de torres sin que nadie de sus compañeros desertara por duelo ni miedo, sin equipos de seguridad ni contención, ganando menos que los nuestros.Pero más los admiro porque supieron aguantar por más de 500 años, el yugo de la raza que produce conquistadores y magnates, no importa de dónde vinieron porque también los tenemos acá.
Después de más de 500 años de ser dominados y despreciados ahora los gobierna un nativo, el primer representante de los pueblos originarios que cruza su pecho con la banda presidencial con los colores de la flor de la cantuta o fulgor del Inca (una especie de clarín rojo, verde y amarillo con el cóndor que pasa).
Los que vienen a buscar trabajo, pronto lo encuentran así sea el de los explotadores que los encierran y esclavizan aprovechando la circunstancia.
Con sudores y lágrimas juntan los dólares para enviar a los que quedaron esperando en la seca meseta de origen. Aún sacan alegría cuando pueden mandar sus hijos a la escuela, pueden armar una casita, comprarse una quinta donde la buena tierra les devuelve flores, frutos y semillas.Las quintas de los bolivianos tienen la frescura y el solaz de los huaynos y la alegría del carnavalito.
Son dignas de respeto y admiración las cholitas con su guagua abrigado en el multicolor aguayo que lleva a la espalda mientras sube y baja la montaña llevando en sus manos la lana que va hilando mientras canta juntando su rebaño. Sólo descansa para darle a su niño la leche tibia de su apretado seno.
He recorrido Bolivia de norte a sur y del naciente al poniente, he conocido su historia de mártires por la libertad y admirado su áspera geografía. Sus gentes me han dado techo y he probado complacida sus anticuchos y sus ceviches. Cuando tuve frío una chola me prestó su poncho porque todos íbamos a Potosí, una noche en que las estrellas se veían grandotas como naranjas en el cielo purísimo del desierto.
Allá estaba yo, arriba de un camión admirando al chofer nativo cómo nos hacía bailar por las miles de curvas donde allá abajo el abismo se perdía en la niebla.¡ Impresionantes conductores-mecánicos avezados y creativos, mascando su acullico y rindiendo tributo a los que cayeron antes!.
En esto de salir a cazar historias, me fui a conmover con los ocho millones de mitayos que murieron por sacarle la plata al Cerro Imperial que desparramó monedas hasta en las Filipinas con la efigie de reyes insaciables y caducos. Ésta es la gente con genes de aquellos mineros que dejaron sus huesos en el Cerro que hizo de España un país de leyendas.
A los que quisieron echar de la Plaza de Mayo, que vienen en busca de un porvenir que les permita poderles mandar con qué vivir a sus padres e hijos que quedaron esperando, les pedimos un poco de sosiego y meditación.
Es hora que los invitemos a compartir de lo poco que nos va quedando después de lo que se mal negocia o se desperdicia. Hay tanto discurso hueco, tanta lata sin sentido, tanta soberbia y tanto desamparo, tanta codicia, tanta renuncia a la solidaridad y verdadero amor a la Patria.
Las que tenemos vergüenza ajena, les damos la mano para poder entrar a la Plaza que según tengo entendido es “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” y ese mandato es histórico, nos viene desde 1853, a ver si entre tantos arrebatos, también nos roban lo aprendido.
SUSANA DILLON
MADRE DE PLAZA DE MAYO.
RIO CUARTO - CORDOBA
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