Río Ceballos
Dice que fue chocado en su moto por un patrullero / Afirma que los uniformados dijeron que iban a violarlo / La fuerza se defiende.
"Se abusaron. Me chocaron con el móvil y me tiraron al piso. Cuando me tuvieron ahí, me sacaron el casco y me empezaron a pegar con los borceguíes. Me pisaban como un perro. Los médicos dijeron que de suerte no me mataron". El muchacho habla con dificultad. Las palabras le brotan pastosas de la boca. Tiene una colección de hematomas en el rostro y no deja de ponerse hielo sobre uno de sus pómulos. Los calmantes le han aminorado un poco el dolor.
Es Nicolás Federico Medina, un muchacho de 17 años que denuncia que fue brutalmente golpeado por policías de la comisaría de Río Ceballos, ciudad ubicada a 33 kilómetros de la Capital.
Además, denunció que uniformados le robaron dinero y otras pertenencias y que hasta amenazaron con abusar de él, mientras le exhibían "linternas y preservativos" en la dependencia policial ubicada en avenida San Martín 4544.
Representantes del Inadi (Instituto Nacional Contra la Discriminación la Xenofobia y El Racismo) ya se contactaron con su familia. Hoy, Nicolás y sus padres se presentarán en Tribunales II para hacer la denuncia. "Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Esto no puede quedar así", disparó Luisa Monsalve, la madre de Nicolás, quien autorizó a este diario a divulgar la identidad e imagen del muchacho.
Chilena de nacimiento y exiliada a la Argentina a fines de la década de 1970, la mujer conoció la crueldad de Carabineros. "Me fui de allá y me encuentro con una Policía capaz de comportarse de igual forma que los carabineros", dijo indignada.
Nicolás relató que todo sucedió ayer a las 3. A esa hora salió del hogar de su novia y emprendió la vuelta a su casa, en El Manzano, población próxima a Agua de Oro. El incidente se registró en la avenida principal que cruza Río Ceballos.
"Un móvil se me apareció de atrás. Me hizo cambio de luces y llevaba la baliza encendida, no así la sirena. Los policías no me dijeron nada. Yo empecé a frenar y me chocaron", contó el joven y dijo que voló a la calle, y el casco, que llevaba puesto, se rompió. Indicó que los uniformados se lo sacaron. "Uno era un oficial hombre que comenzó a pegarme y pisotearme. La otra era una mujer que no hacía nada", contó, y aclaró que así como "ella no pegaba" tampoco intercedía para defenderlo.
A la comisaría. Nicolás dijo que lo llevaron a un centro de salud y de ahí a la sede policial. "No me atendieron en ese dispensario. Luego me llevaron a la comisaría y me sentaron en una silla, donde cuatro policías, entre los que estaba el que me chocó, comenzaron a pegarme, a escupirme, a insultarme", afirmó el muchacho, quien junto a sus padres y hermanos trabaja en una empresa de apicultura.
Según su relato, estuvo horas en la dependencia policial, sin atención médica. "Me pegaban cachetadas. Me decían que tenía olor a marihuana. Yo sólo había tomado un poco de vino", dijo Nicolás y agregó: "Luego aparecieron con unas linternas y unos preservativos y decían que iban a violarme. Fue algo tremendo. Yo pedí que llamaran a mi casa y no querían". El joven vomitó varias veces en la comisaría.
"Un accidente". La madre de Nicolás relató que recién a las 10 la Policía llamó a su casa. "Me dijeron que Nico había tenido un accidente y que estaba un poquito golpeado. ¡Cuando fui a la comisaría, comencé a insultar a todos! ¡Mi hijo no se había accidentado! ¡Lo habían molido a golpes!", remarcó. Indicó que el muchacho no paraba de sangrar y que "nunca" había sido atendido por médicos. La mujer no recuerda si llegó a firmar una planilla. Lo concreto es que se llevó al hijo, luego de insultar a todos.
En Córdoba, Nicolás fue atendido en el Hospital de Urgencias, donde le hicieron una tomografía. "Los médicos me dijeron que se salvó de milagro", dijo la madre, con sus ojos lacrimosos. "Siempre hay violencia policial en Río Ceballos. Hace unos años, golpearon muy mal a otro chico".
David, hermano de Nicolás, remarcó que el joven es trabajador y que nunca había tenido problemas con la Policía.
Claudio Gleser
Es Nicolás Federico Medina, un muchacho de 17 años que denuncia que fue brutalmente golpeado por policías de la comisaría de Río Ceballos, ciudad ubicada a 33 kilómetros de la Capital.
Además, denunció que uniformados le robaron dinero y otras pertenencias y que hasta amenazaron con abusar de él, mientras le exhibían "linternas y preservativos" en la dependencia policial ubicada en avenida San Martín 4544.
Representantes del Inadi (Instituto Nacional Contra la Discriminación la Xenofobia y El Racismo) ya se contactaron con su familia. Hoy, Nicolás y sus padres se presentarán en Tribunales II para hacer la denuncia. "Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Esto no puede quedar así", disparó Luisa Monsalve, la madre de Nicolás, quien autorizó a este diario a divulgar la identidad e imagen del muchacho.
Chilena de nacimiento y exiliada a la Argentina a fines de la década de 1970, la mujer conoció la crueldad de Carabineros. "Me fui de allá y me encuentro con una Policía capaz de comportarse de igual forma que los carabineros", dijo indignada.
Nicolás relató que todo sucedió ayer a las 3. A esa hora salió del hogar de su novia y emprendió la vuelta a su casa, en El Manzano, población próxima a Agua de Oro. El incidente se registró en la avenida principal que cruza Río Ceballos.
"Un móvil se me apareció de atrás. Me hizo cambio de luces y llevaba la baliza encendida, no así la sirena. Los policías no me dijeron nada. Yo empecé a frenar y me chocaron", contó el joven y dijo que voló a la calle, y el casco, que llevaba puesto, se rompió. Indicó que los uniformados se lo sacaron. "Uno era un oficial hombre que comenzó a pegarme y pisotearme. La otra era una mujer que no hacía nada", contó, y aclaró que así como "ella no pegaba" tampoco intercedía para defenderlo.
A la comisaría. Nicolás dijo que lo llevaron a un centro de salud y de ahí a la sede policial. "No me atendieron en ese dispensario. Luego me llevaron a la comisaría y me sentaron en una silla, donde cuatro policías, entre los que estaba el que me chocó, comenzaron a pegarme, a escupirme, a insultarme", afirmó el muchacho, quien junto a sus padres y hermanos trabaja en una empresa de apicultura.
Según su relato, estuvo horas en la dependencia policial, sin atención médica. "Me pegaban cachetadas. Me decían que tenía olor a marihuana. Yo sólo había tomado un poco de vino", dijo Nicolás y agregó: "Luego aparecieron con unas linternas y unos preservativos y decían que iban a violarme. Fue algo tremendo. Yo pedí que llamaran a mi casa y no querían". El joven vomitó varias veces en la comisaría.
"Un accidente". La madre de Nicolás relató que recién a las 10 la Policía llamó a su casa. "Me dijeron que Nico había tenido un accidente y que estaba un poquito golpeado. ¡Cuando fui a la comisaría, comencé a insultar a todos! ¡Mi hijo no se había accidentado! ¡Lo habían molido a golpes!", remarcó. Indicó que el muchacho no paraba de sangrar y que "nunca" había sido atendido por médicos. La mujer no recuerda si llegó a firmar una planilla. Lo concreto es que se llevó al hijo, luego de insultar a todos.
En Córdoba, Nicolás fue atendido en el Hospital de Urgencias, donde le hicieron una tomografía. "Los médicos me dijeron que se salvó de milagro", dijo la madre, con sus ojos lacrimosos. "Siempre hay violencia policial en Río Ceballos. Hace unos años, golpearon muy mal a otro chico".
David, hermano de Nicolás, remarcó que el joven es trabajador y que nunca había tenido problemas con la Policía.
Claudio Gleser
Fuente: La Voz del Interior
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