Las próximas elecciones municipales están dando que hablar desde el controvertido anuncio de la fecha en que se llevarían a cabo, hasta los aprontes de cada uno de los partidos para colocar a sus candidatos en la grilla, pasaron a ser el tema destacado de los medios locales en el verano que transcurre entre la abulia de la gente hacia las noticias políticas y los intereses de los sectores partidarios por encaminarse hacia la conducción de la ciudad.
Los ciudadanos esperamos, como siempre la solución a los problemas cotidianos.Solemos tener una visión de la ciudad de acuerdo a nuestras necesidades, la del sector en el que vivimos, lo que podemos apreciar de lo que recorremos a diario y la opinión que nos acercan los medios. Por eso consideramos interesante leer la editorial del diario local Puntal, de hoy 25 de enero para analizar si coincidimos o no con las apreciaciones del estado en que se encuentra Río Cuarto por estos días. ¿Ud. está de acuerdo?
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
Una ciudad descuidada
No se ve linda Río Cuarto. El eslogan que promociona la ciudad y la gestión municipal podría ser al revés, pero la única verdad es la realidad: la ciudad aparece descuidada.
Las calles pavimentadas no están limpias y a muchas les falta mantenimiento; ni que hablar de las de tierra, que están en muy mal estado. Hay lugares en que, a falta de cordón cuneta, quienes tienen vehículos deben rellenar la calle ellos mismos para poder salir o entrar a la casa Y no se trata de calles de poca circulación, sino de arterias con gran densidad de tránsito como la Payró que une Obispo Buteler con el puente colgante.
Las referencias y la señalización para el ordenamiento del tránsito no están en condiciones, como tampoco las sendas peatonales. Igual estado tienen las veredas y rampas para discapacitados y el entorno de los edificios públicos.
Lo mismo se puede decir de las plazas, que no son solamente las del microcentro, las hay también en los barrios, como así también el arbolado urbano.
Hay sectores baldíos de la ciudad en los que las malezas gozan de buena salud, y ese estado de abandono parece estimular a los indolentes de siempre para usarlos como basurales alternativos. Allí se pueden encontrar importantes trozos de mampostería, heladeras, lavarropas, colchones, cubiertas de automóviles, cajones con restos de frutas y verduras, entre tantas otras cosas.
Hay animales sueltos en la vía pública; a cualquiera llama la atención la cantidad de perros abandonados en las calles. Nunca hubo tantos como en la actualidad, con toda la secuela de suciedad y transmisión de pestes entre ellos.
Los caballos sueltos son un peligro latente para quienes circulan en motocicleta o en automóvil.
Nos animamos a señalar estas deficiencias porque otras ciudades, incluso más pequeñas, son más ordenadas y tienen más cuidado por el estado de sus espacios públicos. Seguramente habrá ciudades que tendrán déficits más profundos que los de Río Cuarto; pero nosotros vivimos aquí y es nuestra aspiración tener una ciudad prolija, ordenada y linda. La solución a lo señalado precedentemente no implica mayor endeudamiento ni afectar el presupuesto municipal. El gasto para atender lo que señalamos ya se hace, partiendo de la base de que lo que más se necesita es personal, recurso que a la Municipalidad no le falta.
Es una cuestión de actitud, de planificación, organización y distribución de las diferentes acciones. Es la vocación de ponerle voluntad y encanto a la tarea para que las cosas luzcan mejor, para que se patentice el afecto que sentimos por el lugar donde vivimos. No todo es dinero, una buena parte de esto está dentro de cada uno.
Vamos a elegir autoridades nuevamente, éste es entonces el momento indicado para manifestar lo que anhelamos.
Fuente:Editorial del diario Puntal de Río Cuarto, 25 de enero de 2012
Me parece que la clase dirigente no tiene bien claro lo que es mantenimiento básico. Toda vez que se hace una obra ésta requiere en el tiempo mantenimiento, sumado a las ya existentes. Esto no es cuestión de hacerlo si se rompe algo o si sobra dinero, son tareas que se tienen que realizar si o si. El no practicarlas debería ser causal de un llamado de atención al ejecutivo bajo procura de juicio político por negligencia. Pero estamos en Argentina ¡Viva la pepa!
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