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18 ago 2010

El resguardo de los recursos naturales y medio ambiente









Va tomando progresivamente importancia el conocimiento de parte de la ciudadanía del manejo de los recursos naturales con que cuenta nuestra generosa geografía. Pioneros en el tema los entrerrianos desde Gualeguaychú desplegaron una sostenida resistencia a la contaminación del  río Uruguay, y en el conflicto de larga data no está dicha la última palabra, con respecto a la actitud ante la presencia de la pastera UPM, ex Botnia.
Eso por el este del país, mientras  en la zona cordillerana se despliega una no menos intensa y sostenida defensa especialmente de las cuencas hídricas de la zona cordillerana, ante la embestida fenomenal de los intereses ligados a la minería, que han demostrado el avasallamiento de cualquier resistencia que se oponga a la explotación que más le convenga a las megaempresas multinacionales. 

 Por eso recibimos con beneplácito el saber que la Cámara de Diputados aprobó en particular la propuesta conocida como la ley de glaciares que resurgió a partir de un acuerdo entre Bonasso y el senador Daniel Filmus, que ahora pasa al Senado con el compromiso de la presidenta que  prometió no vetar la ley, como  ya sucediera. 

Hasta aquí si algo apreciamos es que los reclamos más sostenidos ante el avance de los intereses corporativos  no han sido precisamente los que se dieron en las instituciones de la democracia y del juego de intereses queda como testimonio la conducta  de los gobiernos de las provincias mineras y del propio poder ejecutivo de la Nación. Decimos entonces que los reclamos y voces más airadas se elevaron desde las asambleas populares. Pobladores de regiones distantes de los grandes centros urbanos, alzaron sus voces, fueron objeto de represión silenciada y sin contar con el apoyo masivo de difusión, se ingeniaron para hacer conocer su problemática. Su labor tesonera fue sembrando conciencia entre la población del país, acerca de la necesidad de participar para defender los recursos naturales de los fabulosos lobby empresariales que embisten cooptando dirigentes en todas las esferas.

Lo que sucedió en Córdoba con la ley de bosques es otro ejemplo de subestimación de la voluntad popular, dado que mientras se elaboró un proyecto con la participación de pobladores, entidades intermedias y orientadores científicos, en una comisión creada por el propio gobierno, se sanciona desde la Unicameral una Ley  que merece el repudio de las partes  con calificativos tan duros como los expresados desde la Federación Agraria que señala:  …” Asusta la “ligereza” con la cual han aprobado esta Ley, e invita a dudar sobre si solo se trata de un problema de desconocimiento (combinada con acrítica obediencia partidaria) o lisa llanamente fueron comprados…”

En Córdoba también vivimos el culebrón del desembarco frustro de la empresa Innviron que sedujo rápidamente a los intendentes de sus tres principales ciudades: la ciudad capital, Villa María y Río Cuarto, con las promesas de reconvertir la basura en energía invirtiendo muchos millones de dólares para tal fin , proponiendo un interesante como sospechoso negocio,  que entre otras cosas no dejaba claro  el cuidado del medio ambiente.

En nuestra ciudad fue necesaria un firme cuestionamiento al proyecto hasta tanto se conocieran y verificaran las promesas vertidas por Innviron. Es de destacar que funcionaran los mecanismos de la democracia:  la oportunidad de participar en Audiencia Pública, la oposición destacada de los partidos minoritarios cumpliendo su rol  y    la opinión pública  alerta   lograron poner paños fríos a un apresurado  negocio que se desplomó cuando Giacomino el propio intendente de la ciudad de Córdoba, no bien llegó de su viaje a Estados Unidos al efecto de corroborar los pergaminos de la empresa, le bajara impiadosamente el pulgar.

El  preciado bien  del país que constituye nuestro suelo y sus recursos está evidenciando en su camino legislativo, quien es quien a la hora de elaborar las normas que regulen su uso y cuidado. Y también nos está ayudando a entender que los canales de participación popular siguen sin existir en gran cantidad de casos , o lo que es más grave aún que las decisiones de la gente no se respetan como lo demuestra lo sucedido con la ley de bosques de Córdoba.
Conclusión: la clase dirigente no aprendió la lección del 2001 al repetir sus errores, mientras la población participando de las asambleas continúa defendiendo los intereses de las futuras generaciones, ante el avasallamiento de las inescrupulosas corporaciones, y sus aliados en el poder.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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