POR LAS BATEAS
“Tumbamores”
Hace aproximadamente dos años, Victoria "Pepi"
Dillon sorprendió a propios y extraños, menos a los más
allegados, claro, mostrándose en un recital que se realizó en
el Viejo Mercado, como cantante principal y líder de un grupo
llamado “Tumbamores”.
El silencio que se extendió luego de aquella presentación acerca de sus actividades, al menos para los riocuartenses que disfrutamos placenteramente de aquella noche, se rompe ahora con la aparición del primer disco del grupo.
Integrado además por Silvina "Pina" González, guitarra y cuatro; Rita Resano, percusión; Diego Soler, bajo y voz; Fernando Schaeffer, cuatro, saxo, gaitas colombianas, maracas y voz; Rodrigo González, arpa y gaitas colombianas, vuelve a mostrar sensibilidad y sentido rítmico contundentes.
Merengues venezolanos, boleros, rancheras mexicanas, serenatas y cumbia colombiana brillantemente versionados, casi todos ellos con un toque de humor rondando las referencias menos explícitas, a la que aporta mucho el estilo de Pepi, es difícil por aquí llamarla de otra manera, no sólo potente sino también insinuante.
La intensa alegría que despliega el grupo en la superficie no esconde una especie de melancolía en esos temas que suenan abiertos y se despliegan sin desconocer los entresijos melancólicos de las historias que cuentan por detrás del ímpetu rítmico.
No es posible permanecer indiferente ante versiones de “Macorina”, “La Llorona”, “María Candela”, “Nayla”, las originalísimas “La vuelterita” y “Serenata en cubierta” y las exquisitas tensiones de ritmo que descubren en la folclórica “El cosechero” y “La Malagueña”.
El silencio que se extendió luego de aquella presentación acerca de sus actividades, al menos para los riocuartenses que disfrutamos placenteramente de aquella noche, se rompe ahora con la aparición del primer disco del grupo.
Integrado además por Silvina "Pina" González, guitarra y cuatro; Rita Resano, percusión; Diego Soler, bajo y voz; Fernando Schaeffer, cuatro, saxo, gaitas colombianas, maracas y voz; Rodrigo González, arpa y gaitas colombianas, vuelve a mostrar sensibilidad y sentido rítmico contundentes.
Merengues venezolanos, boleros, rancheras mexicanas, serenatas y cumbia colombiana brillantemente versionados, casi todos ellos con un toque de humor rondando las referencias menos explícitas, a la que aporta mucho el estilo de Pepi, es difícil por aquí llamarla de otra manera, no sólo potente sino también insinuante.
La intensa alegría que despliega el grupo en la superficie no esconde una especie de melancolía en esos temas que suenan abiertos y se despliegan sin desconocer los entresijos melancólicos de las historias que cuentan por detrás del ímpetu rítmico.
No es posible permanecer indiferente ante versiones de “Macorina”, “La Llorona”, “María Candela”, “Nayla”, las originalísimas “La vuelterita” y “Serenata en cubierta” y las exquisitas tensiones de ritmo que descubren en la folclórica “El cosechero” y “La Malagueña”.
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