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28 abr 2010

HISTORIAS, LEYENDAS Y FÁBULAS



Por Osvaldo Alfredo Wehbe


A lo mejor los protagonistas de estos tiempos ar­gentinos tienen la fortuna de que no se lea, que no se analicen sus hechos, que no se los juzgue jamás como viene ocurriendo por otra parte en la más de las veces.
Y si se lee se podrá hablar de una simple historia, de una leyenda y hasta de una fábula.
Si es historia será un relato verídico y cronoló­gico de los acontecimientos. Si es leyenda será porque la tradición superó a los hechos mismos y la época (que ojala dure lo menos posible) será una leyenda en sí misma. Y si es fábula podrá presentarse como una ficción que oculta una realidad, mas le agregará una conclusión moral o instructiva.
Esto último debería pasar. Y en el nombre de nuestra propia generación espero que así suce­da.
Que no sea sólo un cuento la manera en la que se hace política por estas comarcas del sur de Amé­rica. Que sea una ficción y no la verdad la forma en la que actúan los gremialistas, por ejemplo. Hace poco escuchaba a un importante sindica­lista uruguayo contar desde SU LUGAR DE TRA­BAJO (no la oficina del sindicato sino la fábrica) la manera en la que la central de trabajadores de­fendía los derechos de los laburantes orientales. Y de tan lógica que era su explicación nos pare­cía lejana y utópica.
imaginar a los gremialistas argentinos (con las honrosas excepciones que hay) ocupando el lugar de cada día en su oficio, sin privilegios, ca­minando codo a codo con sus pares por la vida, no sólo en algunas manifestaciones y además sin pertenecer a un partido político determinado, es imposible.
Que alguna vez quede una moraleja en el aireen un diario, en una grabación que rece que no es un héroe el concejal que por el buen saber y en­tender de un juez salió indemne de una compra "extraña" de un paquete de criollitos (paquete grande eh).
Que no debería aparecer en los medios aplaudi­do por sus pares e interrogado por la prensa con preguntas que son como centros de Riquelme, para que la empuje con su respuesta al arco de su conveniencia.
Que la moraleja nos haga preguntarnos cuántos bultos se facturan a favor de bolsillos amigos por la política. Cada día, a cada hora, en cada puente, en cada plaza, en cada licitación. Que la conclu­sión sea que los criollitos son unos pollitos en la jaula de las águilas.
Que alguien explique por qué los argentinos de estos tiempos somos capaces de aplaudir a un panqueque sólo por favorecer con sus delezna­bles actos a los intereses de pocos o muchos, pero no somos capaces de discernir que el fin no justifica los medios.
Que se cuente como fábula la historia de las mi­les de computadoras hacia colegios que no tie­nen enchufes ni bancos.
Que se escuche como leyenda pero que no se haga tradición (aunque tal vez sea demasiado tarde) la charla de una autoridad de tránsito en la ciudad ante decenas de alumnos de una escuela pública venida a menos y con muchas necesida­des. Que se levante el volumen cuando este fun­cionario explique que el cincuenta por ciento de lo que se recauda (y mire que lo están naciendo a paladas) es destinado a cartelería y señalización, con lo que si hacemos un cálculo inmediato, las calles deberían tener más letreros que Las Vegas en Estados Unidos.
Que la historia encuentre cada peso que se perdió en las idas y vueltas de las empresas de servicios en nuestra comunidad. La basura es de uno, después del otro, las costas del río una sociedad con la provincia, al otro día no. Llevan a los periodistas y amigos en un vuelo a Buenos Aires que será el que vendrá todos los días.Todo presentado por un político local.Y a la semana de vigencia, los aviones desaparecieron de nuestros cielos.
La leyenda dirá que fueron gastos administra­tivos. La verdad es que no hay quien responda por esa y muchas otras maneras de malgastar el dinero de los impuestos de la gente.
Si no hay quien lo cuente a manera de historia, leyenda o fábula, para cuando los tiempos hayan pasado, como siempre rápido y con el olvido a flor de piel, este cúmulo de disparates quedarán impunes para siempre.
La Argentina tiene en su historia varios tomos de expedientes nunca iniciados. Desde muertes nunca explicadas hasta una boleta equivocada por una bolsita de criollitos.
Es probable que si la mayoría de los juglares de hoy no lo dicen, estos personajes"ilustres trepa­dores de cargos, pisoteadores de las ideologías y principios éticos y morales, puedan lucir sus per­tenencias mal habidas a la luz del día.
Es probable también que la gente haya contraí­do ese virus argentino que hace que la meta sea ser como ellos.Y el banco de suplentes del equi­po del deshonor tenga muchos más integrantes de lo que pensamos.
Y entre gremios, bancadas, secretarias y afines hay para hacer varios campeonatos y lamenta­blemente muchos planteles.

Fuente: SEMANARIO

2 comentarios:

  1. como pueden poner a Wehbe en esta pagina cuando su familia cumplio funciones durante la dictadura militar, toda la carrera de Wehbe fue hecha a puertas habiertas por punteros ultra derechistas, a base de mentiras democratis que nunca tubieron siempre fuertemente relacionalos con fuerzas militares. capaz de crear una imagne que no era real pregunte que haciala familia de Wehbe durante la dictadura militar

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  2. como pueden poner a Wehbe en esta pagina cuando su familia cumplio funciones durante la dictadura militar, toda la carrera de Wehbe fue hecha a puertas habiertas por punteros ultra derechistas, a base de mentiras democraticas que nunca tubieron, siempre fuertemente relacionados con fuerzas militares. capaz de crear una imagen que no era real, preguntne que hacia la familia de Wehbe durante la dictadura militar, fueron y son entregadores

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