Nuestro país vive de crisis en crisis. Todavía no sabemos si pasó la anterior que ya estamos en la siguiente y así sucesivamente. Por eso quizás, nos sorprende menos que en pleno enero, estemos palpitando la crisis con que debuta este recién nacido 2010. Y el tema de esta benjamina pero vigorosa crisis último modelo no es menor porque afecta fundamentalmente al orden institucional con la sospecha grave de una conspiración que se oculta entre bambalinas, de acuerdo a las presunciones que se transmiten desde el Ejecutivo.
El nudo de la cuestión es la creación del Fondo del Bicentenario por medio de Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), destinado al canje de deuda externa que motivó la resistencia de Martín Redrado, Presidente del Banco Central, a la transferencia de recursos para tal fin. Se desencadenaron así pleitos que van y vienen ante la decisión de no abandonar el cargo de parte del funcionario a pesar del decreto presidencial exigiéndoselo y que encontró un fallo desfavorable al gobierno nacional de parte de la Justicia. También un fallo judicial adverso al país en Nueva York se suma a la disputa, al embargarse cuentas del Banco Central de la Argentina en la Reserva Federal que corresponden a las “cuentitas pendientes” por el default del 2001/2002.
Si se pueden calificar de fondos “buitres” o no a los que solicitan el embargo de las cuentas del país es cuestión de semántica, el problema central que subyace es que tenemos deuda porque demasiados inescrupulosos nos empeñaron y si estamos en manos de los especuladores o usureros de turno, éstos no van a agotar recursos para cobrar y sacar los mejores dividendos, cueste el hambre de quien sea. Y tomar posiciones al respecto merece más información y discusión . No lo ignoran los políticos de hoy y de ayer que ese es un debate pendiente que nos deben al gran pueblo argentino, desde que recuperamos la democracia.
Así planteadas las cosas, con una creciente complejidad, se suceden las informaciones de diferente índole. Y cada uno expresa lo suyo por ejemplo, el Ministro de Justicia Julio Alak denuncia una “formidable maniobra contra la Rosada”, equiparando la situación a la de la rebelión carapintada del 87. Si es así y lo dice nada menos que un funcionario con esa investidura :
¿No correspondería como siempre aconsejan los políticos, denunciar la situación con las pruebas al canto ante la tan cuestionada Justicia ?
¿O no nos corren siempre a los simples ciudadanos con que si tenemos presunción de un ilícito, lo denunciemos?
¿Habrá realmente fundamentos para hablar desde los círculos que gobiernan el país aseverando una situación de tamaña gravedad? Porque a esta película de la teoría conspirativa ya la vimos durante la crisis del campo, y esto se parece al cuento del pastor mentiroso.
La democracia, ese bien tan preciado no es de los Kirchner, ni del justicialismo, ni de la oposición sino de todo el pueblo argentino, que lo ganó con demasiados sufrimientos. Este mismo pueblo argentino que se merece un poco más de seriedad en las consideraciones con que se lo informa, desde el gobierno y desde los medios.
Si hay una conspiración, la democracia está en peligro y no es poca cosa. Pero si no la hay y se la inventa para justificar maniobras que burlan el respeto por las instituciones de la República es una torpe manera de asustar con el “cuco” a la población.
Hasta el lenguaje empleado deja que desear, porque en afán de descalificar se tornan torpes. ¿Cómo se pude interpretar que la Presidenta de la República se refiera a una jueza, como “jueza delivery”, dado que la magistrada hizo lugar a los pedidos de la oposición en tiempo record, y así califica la Sra. Presidenta a la Dra. María José Sarmiento que falló desfavorablemente para el Gobierno?
¿Y cómo entender que el Ministro de Economía Amado Boudu, en su arremetida mediática contra el Juez de Nueva York, Thomas Griesa lo denomine “embargador serial”, porque dispuso un embargo contra fondos argentinos depositados en Estados Unidos, cuando hay antecedentes de este magistrado que falló en otros momentos favorables al país y en realidad impidió múltiples embargos de acuerdo a lo que refieren referentes que también tendremos que pensar que están en el “complot” contra el modelo K, de acuerdo a esta línea de pensamiento oficial? El ministro que dice: "Siempre pongo la cara y arreglo los quilombos", parece que nos ha metido en un lío grande.
De lo que hemos visto, escuchado, observado de la teoría conspirativa no se salva ningún analista, porque o se está con los K, o se está conspirando.
Desde nuestro razonamiento popular entendemos que si estos temas se hubieran debatido en el Congreso, con los representantes de todas las fuerzas políticas algo mejor hubiera salido que este enredo que ofusca hasta la irracionalidad a la pareja presidencial, que se olvidó de la división de poderes no sólo en esta oportunidad.
Si de acuerdo a la definición de conspiración se están uniendo contra algo o alguien en el país, y tan luego contra un gobierno democrático, el pueblo que supo ganar la democracia créanlo que también la va a saber defender.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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