Kraft: conflicto no resuelto

El conflicto  entre los trabajadores  y la empresa Kraft  (ex- Terrabusi)  que se inició en el invierno pasado, concretamente en Julio en plena epidemia de gripe A, y a raíz de las demandas de los empleados, lleva ya varios meses sin que se avizore la definición del mismo.

La destapada de olla se dio a partir de las maniobras de la empresa por limitar a la dirigencia gremial de la planta de General Pacheco,  aprovechando así las condiciones generadas por los reclamos sanitarios para despedir a delegados  por sectores afines a la comisión interna enfrentada a la empresa y al Sindicato de Trabajadores de la industria de la Alimentación, que conduce  Rodolfo Daer, ex Secretario General de la CGT.

En el transcurso de estos meses pasó de todo, pero lo más importante para llegar a buen término  fueron las conciliaciones obligatorias en donde se acordaron decisiones  que no se cumplieron de parte de la patronal, aunque quizás lo más significativo fue la represión que se desencadenó en el interior de la fábrica en donde setenta detenidos fueron interrogados, golpeados y amenazados en dependencias de la empresa, según refiere la crónica periodística de fines de setiembre.

A dos meses de esos hechos y con la fábrica medianamente en producción, vuelve a trascender la protesta de los trabajadores con una metodología que impusieron en su momento más turbulento: los cortes en la autopista Panamericana. El reclamo es nuevamente  el incumplimiento de los acuerdos firmados que establecían la reincorporación de 8 trabajadores despedidos  y  que la empresa  impidió  según lo asevera el propio Ministro de Trabajo Carlos Tomada.  Hay más despedidos en esas condiciones, y más lana para hilar…

La raíz del conflicto está reseñada en esta nota que le aconsejamos leer, así quizás mejoramos en el análisis que hacemos de los conflictos laborales. Y pensar que la Presidenta Cristina de Kirchner dijo que la crisis mundial no nos iba a afectar….

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

El “modelo americano”

Kraf Foods es una empresa de capitales estadounidenses instalada en Argentina en el año 2000, cuando adquiere Nabisco propietaria a la vez desde mediados de la década anterior de la antigua  empresa de capitales nacionales Terrabusi. Kraft posee fábricas en General Pacheco, en Tres Arroyos (provincia de Buenos Aires) y en Villa Mercedes     (provincia de San Luis). Emplea a 3.700 trabajadores, 2.600 en la planta de General Pacheco donde el salario medio de un obrero se ubica entre 2.500 y 3.000 pesos. A partir del 2004 la empresa  impulsa un plan de reducción de costos, que contempla el cierre de  20 plantas y el despido de 10.000 trabajadores a nivel mundial, lo que da lugar a conflictos laborales en Colombia, Venezuela y España.

Durante la primera mitad del 2009, y a pesar de la crisis económica internacional, Kraft exhibe una ganancia de  1.487 millones de dólares (un 10,8% de aumento respecto a 2008) de los cuales 470 millones corresponden a Argentina. Como parte de   esa “reducción de costos” la empresa ya  impuso en Villa Mercedes el plan de “turnos americanos” consistente en jornadas de trabajo de 12 horas, con francos compensatorios y pretende ahora imponerlo en la planta de General Pacheco, lo que eliminaría un turno completo: 750 trabajadores.

La anulación de la organización sindical en el lugar de trabajo es característica de otros monopolios de capital estadounidense. El caso emblemático es el de la cadena de supermercados Wall-Mart, la mayor empresa del mundo y el primer empleador privado. “Combates contra los sindicatos, deslocalizaciones, utilización de una mano de obra sobreexplotada que la desregulación del trabajo y  los acuerdos de librecambio hacen cada año más prolífica, ese es el modelo Wall-Mart”. En el 2007 se hacen públicas en Argentina denuncias sobre sistemáticas presiones de Wall-Mart contra los trabajadores, dirigidas a coartar su derecho a organizarse, y  las penosas condiciones de  trabajo y bajos salarios, todo ello acompañado de una permanente campaña para lograr una identificación de los empleados (“asociados”, pretende llamarlos) con los intereses de la empresa. Este mecanismo de  construcción de consenso se encuentra articulado con un  dispositivo de control y vigilancia, a cargo de personal especializado: las denuncias señalan la contratación de ex militares sospechados de participar en la campaña de exterminio masivo de militantes populares entre 1974 y 1983. Aún con estas dificultades, los trabajadores de Wall-Mart de Avellaneda lograron conformar un cuerpo de delegados, que en diciembre del 2008, llevó adelante un paro en reclamo del pago de un bono, y logró el apoyo del Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús-Avellaneda.

Otro ejemplo es Praxair, empresa química que se instala en Argentina en 1992, abriendo 14 sucursales y comprando varias empresas locales. Desde un principio Praxair impide la organización obrera en sus fábricas y despide a los delegados, mientras “flexibiliza” el trabajo, hasta que la resistencia de los trabajadores logró consolidar la comisión interna. 

Artículo de: Nicolás Iñigo Carrera. Fabián Fernández. Historiadores. Publicado por Le Monde diplomatique.