La frecuencia de estas desgraciadas
noticias son abrumadoras, entonces engrosando las estadísticas y sumiendo en el
dolor a más familias en este sábado gris
contabilizamos la pérdida de otras tres personas en las rutas de nuestra región.
Dos jóvenes de 17 y 21 años que circulaban por la ruta vecina
a Las Higueras, entre esa localidad y Chucul fueron embestidos por una camioneta que conducida por otro joven de 24 años según
las primeras informaciones volvía desde Río Cuarto a su pueblo luego de
participar en una fiesta en el Club Pucará con motivo de su reciente egreso
como profesional de la carrera ingeniería agronómica.
Mientras otro accidente con saldo fatal, se produjo en
la ruta 30 a la altura del cruce que se dirige hacia Las Albahacas, cuando colisionaron
un automóvil y un vehículo de carga dejando el saldo de una menor de 14 años fallecida.
Las fallas humanas son de importancia al
considerar estos accidentes, así como las condiciones climáticas en una mañana
de visibilidad dificultosa por la niebla, pero las características y el estado
que presentan las rutas, especialmente la que conduce al circuito turístico
vecino a nuestra ciudad contribuyen a que estos accidentes se repitan con una
frecuencia aterradora.
El reiterado y precario bacheo que se realiza en la ruta
30 es una manifestación más de lo mal que se mantiene una red vial que
desprestigia a una provincia de tránsito fluido por ubicación estratégica en la
que el turismo debería empezar a ser cuidado desde el momento mismo que ingresa
al territorio cordobés brindándosele caminos por lo menos en buenas
condiciones.
Las posibilidades de que se revierta
esta situación con las mejoras que podrían brindarse a partir de los fondos
aportados por el incremento en el precio de los combustibles con la
controvertida tasa vial, son escépticamente aceptadas por la sociedad que ve en
este cúmulo de impuestos una forma más de hacer sentir la presión impositiva
sobre los bolsillos de los contribuyentes que mientras tanto siguen aportando
nada menos que vidas, como en estos
casos de jóvenes, que engrosarán la lista nefasta de las estadísticas fatales.
La responsabilidad de todos debe
hacernos comprometer para que seamos más responsables en el manejo de nuestros
vehículos, pero es imprescindible que más allá de las disputas entre
gobernantes sean de una vez por todas destinados los fondos necesarios para que
los caminos sean transitables como corresponden a la cantidad y calidad de
vehículos que por ellos transitan.
Necesitamos que el cuidado de la
población se traduzca en acciones efectivas a la hora de gobernar, tener rutas
en buenas condiciones es una de ellas, porque la negligencia al respecto que
venimos arrastrando desde hace demasiado tiempo está causando mucho pesar a tantísimos hogares argentinos. Por eso, basta de emparchar caminos, como hacen
habitualmente con la ruta 30 y a
trabajar con seriedad porque no tenemos porque seguir pagando tan alto precio como
es el de accidentes fatales.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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