El gobernador ya mira a 2015 y prepara una campaña. Los números de la provincia. Seguridad, educación, los fondos públicos que usa para candidatearse, su relación con el campo, el ajuste y las promesas incumplidas.
José Manuel de la Sota está jugando fuerte para liderar al PJ anti-K y convertirse en 2015 en el candidato presidencial del votante de centroderecha. En los últimos días magnificó sus diferencias con la presidenta Cristina Kirchner, se mostró con el Peronismo Federal y con Mauricio Macri, y se sentó con Adepa para reclamar por la “libertad de expresión”. No todo es foto y retórica: también está gastando millones de los fondos estatales (tenía autorizados $ 326.000.000 hasta el 20 de julio pasado) en publicitar fuera de la provincia su imagen y su gestión.
De la mano del publicista Ramiro Agulla y sus asesores locales, De la Sota se presenta como el defensor del “cordobesismo”, que traducido al lenguaje de campaña nacional, refiere al “federalismo” con que quiere oponerse al kirchnerismo.
Adentro. El “país” de De la Sota es el de un peronista conservador, con una fuerte alianza con el sector rural, buena llegada al establishment y poca sintonía electoral en los sectores medios urbanos.
Después de casi trece años consecutivos del PJ en el gobierno, Córdoba es una de las provincias más endeudadas del país, con un pasivo consolidado de alrededor de $ 17 mil millones y una deuda flotante de otros $ 4 mil millones, según estimaciones del economista Salvador Treber, ex director del Banco Central. Con esos datos, la oposición coincide en general. El gobierno de De la Sota sólo reconoce una deuda de $11 mil millones, contra los $ 2.500 millones que debe Santa Fe. Meses atrás, el cordobés tomó nueva deuda por otros 105 millones de dólares, a una tasa del 9,5%, a lo que se sumó una emisión de Letras por $ 90 millones, que se destinarían a pagar contratistas y proveedores del Estado.
Hasta el momento, viene pagando sueldos y aguinaldos sin complicaciones. Pero para paliar las cuentas fiscales, creó hace un mes un nuevo impuesto a los combustibles que grava el consumo de gasoil, naftas y GNC, e impulsó un ajuste provisional que difiere seis meses el pago de los aumentos a los pasivos. Eso ocasionó la movilización y protesta de los gremios estatales, que fueron reprimidos.
Sin embargo, en pos de conservar su buena relación con el campo, decidió no subir los impuestos al sector rural, cuyos inmuebles, aún los ubicados en las zonas más productivas, no han sido revaluados desde 1993, como sí ha sucedido con las propiedades urbanas. Además, el biólogo Raúl Montenegro, Premio Nobel Alternativo 2004, dice que Córdoba tiene el índice de desmonte más alto del país –sólo queda el 5% de bosque nativo– y las mayores superficies de cultivo de soja transgénica de la Argentina, otro gesto de “permisión” del gobierno.
Seguridad y educación. Según el informe de la Bolsa de Comercio, a Córdoba le va mal en seguridad, donde ocupa el puesto 18 sobre 24 provincias. Este índice mide delitos por cada mil habitantes, y deja a la provincia debajo de Santa Fe, pero mejor que Mendoza y Capital Federal. El ítem seguridad integra el rubro “Gobierno”, donde se computan gastos e ingresos del sector público, en el cual Córdoba se mantiene desde 2010 a la fecha en el modesto puesto 19. En el factor “Personas”, que incluye educación, salud y atención a los sectores más vulnerables, la provincia se mantiene en el sexto puesto, considerado entre los “medios altos” de la tabla nacional.
En relación a la obra pública, De la Sota se lució con el programa de las “100 escuelas” de su primera gestión, pero en la actualidad su gobierno tiene poco para mostrar. En su última campaña, el mandatario prometió la autovía Córdoba-Río Cuarto, sobre la ruta 36, pero hasta el momento “no consiguió fondos” para esa obra.
El programa estrella del gobierno cordobés es el Boleto Educativo Gratuito, que alcanza a casi 200 mil estudiantes y docentes. Ese beneficio, más la ley que prohíbe los prostíbulos en la provincia, con el objetivo de luchar contra la trata de mujeres, son dos “platos fuertes” de esta tercera gestión.
La provincia no tiene medición propia de costo de vida. Según el Indec, en agosto la inflación fue del 1,1% en relación a julio, contra el 0,9% que computó en el orden nacional. Estimaciones privadas hablan de un IPC de 2% para las provincias.
En relación al resto de las provincias, Córdoba ocupa el octavo lugar en el ranking de competitividad, según el Indice de Competitividad provincial. Esto la coloca en 2012 debajo de Capital Federal, Santa Fe, La Pampa, Chubut y San Luis, entre otras. Además, el estudio indica que Córdoba cayó al noveno lugar (estaba séptima en el año 2010) en infraestructura (viviendas, rutas, etc.), al igual que en productividad y finanzas empresariales, en el mismo período.
Fuente: Perfil
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios publicados son de responsabilidad exclusiva de quien los envíe. No siempre refleja nuestra opinión.