Pluralidad o división
Por Gonzalo Dal Bianco
Después de la peor tormenta que debió transitar desde que llegó al Rectorado de la Universidad Nacional, Marcelo Ruiz pudo reingresar al predio luego de 72 horas en las que los accesos al campus permanecieron bloqueados por la protesta de los trabajadores no docentes, que rechazaban una resolución que permitía al sindicato de Ate participar como veedor en los concursos para sumarse o ascender en la planta de personal.
Pero además, la polémica Resolución 903 del 21 de septiembre dejaba abierta la posibilidad de equiparar a ese gremio con Aturc en todos los derechos sindicales salvo aquellos vinculados a la discusión en paritarias.
El gremio mayoritario reaccionó entonces con virulencia y declaró una batalla al Rectorado. Pero el origen de la disputa tiene su enclave lejos en el tiempo. Nada fue por generación espontánea. Incluso retrocede mucho más allá de lo que sugirió ayer una alta fuente universitaria mientras esperaba detrás de la barrera de ingreso al campus: “Esto no comenzó acá, viene del 5 de mayo”, murmuró. La referencia se vinculaba al día en que asumió su cargo la dupla Marcelo Ruiz - Javier Salminis, tras imponerse al oficialismo encabezado por Oscar Spada y Aníbal Bessone. La reñida elección, que llegó a segunda vuelta por el apretado resultado de la primera, terminó con el 49,25% de los votos para los ganadores y el 48,65% para los derrotados. En aquel momento, los docentes de Económicas fueron clave porque terminaron votando mayoritariamente a Ruiz y con eso le alcanzó para imponerse en los comicios, cuando pocos lo creían. El decano de Económicas, Roberto Tafani, se mostró en esta batalla cerca de las autoridades universitarias, al igual que la de Exactas, Rosa Catana.
En aquellas elecciones hubo fotos que marcaron respaldos. Por ejemplo, en el búnker del ganador se paseó toda la cúpula local, y hasta dirigentes nacionales, de la CTA.
Conducciones de gremios de base reunidos en esa central y hasta diputados nacionales de Proyecto Sur. La base para seguir los resultados fue aquella noche la Facultad de Ciencias Exactas, puntualmente el Departamento de Matemática, en la planta baja, de donde surgió el actual rector.
El oficialismo, como siempre, montó su central de monitoreo en la Secretaría de Economía. Y allí estaba el titular del sindicato de trabajadores no docentes, Eduardo Tello -actual secretario general de la CGT Río Cuarto-, junto a la conducción de la Federación Universitaria que lidera desde hace casi una década la agrupación estudiantil Espacio Independiente.
Como la ocupación de los lugares tampoco es casual, el 10 de octubre del año pasado el sindicato de Aturc encabezó la primera protesta contra la conducción de Ruiz. ¿El lugar del reclamo? La Secretaría de Economía, donde los trabajadores realizaron una toma del edificio. Pegados en los vidrios, los carteles de Aturc enviaban un mensaje: “Rector, con el convenio no”. En aquel momento la discusión fue más que llamativa: las autoridades dispusieron el pase a planta de 10 trabajadores que venían desempeñándose desde hacía más de una década como subrogantes. A partir de esa decisión, fueron confirmados en los cargos que ostentaban y por ende, mejoraron sus ingresos. Pero el gremio de Aturc cuestionó la modalidad, al ser por decreto. Pretendió que fuera por concurso, tal como lo establecía el Estatuto.
Fue un antecedente claro del conflicto que mantuvo en el centro de la escena esta semana a la Universidad. ¿Dónde permanecieron los no docentes durante la toma en estos días? También en la Secretaría de Economía, donde incluso se montó la conferencia de prensa que encabezó Eduardo Tello y el abogado laboralista Daniel Lacase.
Aún se puede viajar más atrás en el tiempo: también en octubre, pero de 2010. En ese momento, la elección fue en el gremio docente, del que Ruiz fue secretario general por dos períodos para luego dejarlo en manos de su adjunto, Jorge Adaro. En los comicios de hace dos años, el grupo que representaba al oficialismo acusaba al entonces rector Oscar Spada de colaborar con la lista de sus adversarios que proponía como titular a Ricardo Carrera. Incluso la denuncia apuntó también a la Intendencia de la ciudad. Sin embargo, Adaro logró la reelección.
La disputa, entonces, se vino dando en varios planos entre los dos sectores. Porque no era la primera vez que la oposición intentaba un frente para quedarse con ese estratégico cargo de la Asociación Gremial Docente. Porque siempre se supo la especial relación entre Spada y el titular de Conadu, Carlos De Feo. O entre este dirigente nacional y la conducción del Espacio Independiente. En cambio, Ruiz y Adaro siempre se presentaron como férrea oposición a la conducción de la Federación que lidera el histórico kirchnerista De Feo. Por ese motivo, convocaron a innumerables medidas de fuerza que su federación no sólo no acompañó, sino que cuestionó con severidad. En Río Cuarto los docentes realizaron en los últimos años decenas de días de paro sin que Conadu moviera un dedo. Es más, perteneciendo a la Conadu, muchas veces el gremio de base riocuartense trabajó en tándem con la Conadu Histórica. Cosa que aún sigue haciendo.
Pero hay más. A partir del capítulo más trágico de la Universidad, como fue el de la explosión en la Planta Piloto, ocurrida el 5 de diciembre de 2007, las principales acusaciones por la falta de medidas de seguridad evidentes, y la carencia de controles, surgieron de la conducción del gremio docente, que por esos días lideró las multitudinarias asambleas en el campus y la Plaza Roca. Hoy, el gremio aparece cuestionado por un sector docente al continuar como querellante en la causa que fue elevada a juicio, aún sin fecha.
“Esto se veía venir, sólo hacía falta saber cuándo ocurriría”, fue en lo único que coincidieron esta semana las voces de ambos sectores políticos. Porque fue una batalla política que encontró esta vez una excusa gremial. Y que además contó con la anticipación de sus dos máximos protagonistas. Ruiz avisó que caminaría hacia la pluralidad sindical en su camino como rector. Tello, el 24 de abril de 2011, conociendo ya quién se haría cargo de la Universidad en los años siguientes le dijo a PUNTAL: “Hay un solo empleador que es la Universidad, una sola relación laboral que es el convenio, y un solo sindicato que es la Aturc”.
Nada ocurre por generación espontánea, y menos en el terreno político.
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Exceso en la
defensa del modelo sindical argentino
Por Luis
Reinaudi, Profesor de Derecho del Trabajo en la UNC
La contumaz negativa
de algunos sectores a reconocer que algo ha cambiado en el modelo
sindical argentino se expresa en distintos niveles y ámbitos, a veces
con un dogmatismo que se parece mucho a la sobreactuación.
Lo dicho viene a
cuento de lo ocurrido en la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde
una decisión administrativa virtualmente irrelevante en materia
de representación sindical ha generado una reacción virulenta y estimulado
la reiteración de conceptos que en el estado actual de la legislación
y la jurisprudencia parecerían superados.Las críticas contra
el sistema estructurado en torno al privilegio para el sindicato
con personería gremial se mantuvieron durante mucho tiempo en el marco
de la discusión teórica pero hoy, como consecuencia de los pronunciamientos
dictados por la Corte Suprema a partir de 2008, puede decirse que
aquel sólido barco ha sido perforado bajo su línea de flotación.Se ha relativizado
la importancia de estos pronunciamientos jurisdiccionales y, sobre
todo, se ha recordado de manera tajante que los fallos judiciales
no modifican las normas, por lo que quien discrepe con ellas, aunque sea
en coincidencia con el más alto tribunal, debe resignarse a transitar
una vez más el largo y lento camino judicial para llegar a él.Veamos cómo se entronca
este debate con la situación en la UNRC.La Asociación Trabajadores
del Estado, seccional Río Cuarto, afilia a trabajadores de la Universidad.
Desde 2009 ejerce el derecho de percibir la cuota sindical por nómina,
esto es mediante descuento por planilla de haberes, y desde principios
del corriente año, por resolución rectoral, tiene reconocimiento
gremial con la sola excepción de la participación en los mecanismos
de negociación colectiva. Con base en dicho reconocimiento, la asociación
sindical de que se trata elige delegados que son reconocidos, realiza
asambleas y reuniones, sin que ello haya sido objetado por otra entidad
sindical ni por la autoridad de aplicación.Por el contrario,
la reciente decisión rectoral que admitió la designación de veedores
de ATE en los concursos para personal no docente descerrajó un sorprendente
conflicto gremial que, en principio, aparece como desmesurado atento
a la menor trascendencia de la resolución que se cuestiona. En efecto,
tales veedores no integran los Tribunales de concurso, no ejercen
función vinculante alguna, no constituyen una representación específicamente
sindical y ni siquiera implican un privilegio para el gremio que los
designa ya que, por definición, el sistema concursal es público y
abierto a la asistencia de quienes tengan interés legítimo. Tal parece, entonces,
que la resolución tan fuertemente cuestionada, hoy suspendida en su
ejecución, no ha sido sino un pretexto para volver sobre las modificaciones
registradas en el panorama de la representación sindical. Ante todo, en el
sector público la pretendida unicidad promocionada por el sistema
legal vigente nunca fue tan inexpugnable como se pretende. La superposición
de sindicatos con personería ha sido moneda corriente tanto en los
ámbitos nacional, provincial y municipal cuanto en reparticiones
del mismo ámbito (ANSeS, PAMI, entre otros) desde larga data, como necesario
e inevitable reconocimiento de una realidad que, según escribe Arese,
“superó a la norma desde antaño, lo que resultó luego desbordado
desde otro costado por la Ley 24.185 que estableció en materia de negociación
colectiva la concurrencia de sindicatos con personería gremial”,
dejando “plasmada la representatividad plural y simultánea de los
trabajadores del sector público”.La resolución
255 dictada por el ministro Tomada en 2003 vino a reconocer esa realidad,
al expresar que “la personería gremial que se otorgue a asociaciones
sindicales representativas del sector público no desplazará en el
colectivo asignado a las personerías gremiales preexistentes”. En
sus fundamentos, se reconoce que la Ley 24185 ha receptado en el sector
“la realidad histórica de la representación de este colectivo de
trabajadores (que) corresponde simultáneamente a más de una asociación
sindical con personería gremial”. Fue con base en
ese decreto que la Procuradora General, al dictaminar en la causa
“ATE c/Ministerio de Trabajo” sugirió a la Corte Suprema que la resolución
del conflicto entre el gremio que agrupa al personal civil de las Fuerzas
Armadas (PECIFA) y ATE, por la elección de delegados en el Consejo Supremo
de las FF.AA., pasaba por compartir la representación entre ambos sindicatos.
Sin embargo, el tribunal cimero desechó la alternativa propuesta
y, avanzando contra la visión ortodoxa del modelo, fijó claramente
algunas precisiones que los defensores de aquél se niegan a aceptar.
Recordó que, según la Comisión de Expertos de la OIT, la personería
gremial “no debería implicar para el sindicato que la obtiene, privilegios
que excedan de una prioridad (no la exclusividad, advierto) en materia
de representación en las negociaciones colectivas, en la consulta
por las autoridades y en la designación de los delegados ante los organismos
internacionales”. Y no es ocioso señalar
que, para fundamentar su fallo, la Corte Suprema nos hizo recordar
que en realidad ha cambiado la legislación en la materia, a partir de
la incorporación al plexo constitucional (reforma del 94) de los tratados
internacionales sobre libertad sindical y la consecuente vigencia
de su interpretación por los organismos internacionales con jurisdicción
para ello.En definitiva:
la casi inocua autorización para designar veedores concursales
aparece como una facultad indiscutible de la autoridad universitaria.
No obstante, si se insiste en cuestionarla desde la óptica de la representación
sindical, se está remando contra la corriente. Si me equivoco, me
equivoco en la buena compañía de la Corte Suprema y de los más prestigiosos
organismos internacionales.Fuente: Puntal-05-10-12 y 13-10-12
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