Sentido homenaje de la UNC a referentes de los Derechos Humanos en Córdoba
En una ceremonia profundamente
emotiva, la Casa de Trejo distinguió a más de 70 personas por su labor y
compromiso sostenido en defensa de los derechos humanos. Fue un momento de
reencuentro para quienes, desde sus trágicas experiencias personales y desde
sus lugares de familiares, académicos, profesionales, intelectuales y
dirigentes sociales o sindicales forman parte de un colectivo que jamás
claudicó en su demanda de memoria, verdad y justicia. “Detrás de cada uno de
ustedes hay una historia, una trayectoria y un aporte concreto que agradecer”,
valoró la rectora Carolina Scotto.
En el marco de las actividades
organizadas para recordar el Día de los Derechos Humanos, que se conmemora el
10 de diciembre, la Universidad Nacional de Córdoba distinguió a 77 personas
por su denodado esfuerzo en la defensa y promoción de los derechos humanos en
el ámbito provincial. Se trata de integrantes de distintas organizaciones
sociales, familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas, de
víctimas de la represión y ciudadanos comprometidos con el reclamo por la
memoria, la verdad y la justicia.
A ellos se les concedió la
distinción por haber contribido a crear conciencia sobre la temática e impulsar
los juicios a los responsables de las violaciones de los derechos humanos
durante la última dictadura en Argentina.
El acto, realizado en el Patio de
las Palmeras “Rector Arquitecto Luis Rébora”, en el corazón del Pabellón
Argentina, tuvo un sentido tono emotivo, principalmente porque posibilitó el
reencuentro de quienes –desde distintos lugares y desde hace décadas– transitan
un camino común, comparten una convicción, una historia similar y aún sienten
el dolor infranqueable de las ausencias.
En las palabras de apertura Emilia
D´Ambra, de Familares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas
(Córdoba), agradeció el reconocimiento y aclaró: “Nunca trabajamos para tener
premios, sino impulsados por el amor, el dolor y la necesidad de saber qué
había pasado. Pero que de vez en cuando alguien nos recuerde y nos diga que
merecemos un premio es un regalito para el alma”.
Luego, recordó a Inés Valdez, cuya
hija se encontraba entre los invitados. “Ella nos representa a todos, no sólo a
los abogados que trabajaron tanto en épocas duras, cuando salir a la calle y
decir que se era abogado de los derechos humanos era casi como firmar una
sentencia de muerte. Inés no está y se fue sin recoger ni siquiera una sospecha
de que su trabajo iba a tener este premio. El solo hecho de haber visto a
Videla sentado en el banquillo de los acusados a mí me premia por todo lo que
hice; lo que lamento es que no todos los compañeros lo hayan visto”, compartió.
A su tiempo, la rectora Carolina Scotto recordó que desde hace unos años la UNC ha encarado un compromiso institucional activo con la promoción y protección de los derechos humanos, tanto para la propia comunidad universitaria, como para aportar iniciativas y reflexiones a una transformación cultural profunda en la sociedad, para que la igualdad de derechos y la dignidad humana estén cada vez más garantizadas.
A su tiempo, la rectora Carolina Scotto recordó que desde hace unos años la UNC ha encarado un compromiso institucional activo con la promoción y protección de los derechos humanos, tanto para la propia comunidad universitaria, como para aportar iniciativas y reflexiones a una transformación cultural profunda en la sociedad, para que la igualdad de derechos y la dignidad humana estén cada vez más garantizadas.
Sobre el reconocimiento, explicó que
intenta distinguir a quienes con su testimonio de vida, su trayectoria y su
dolor hicieron tanto a favor de una causa que los ha excedido como individuos,
en la construcción de una cultura donde la memoria, la verdad y la justicia
tengan armónica integración.
La titular de la UNC reconoció que
la idea de la ceremonia surgió de Silvia Plaza y Eduardo Garbarino Pico, los
representantes del Consejo Superior en el Consejo Provincial de la Memoria.
“Ellos nos propusieron hace unos meses distinguir a todos los militantes
históricos de cada uno de los distintos organismos de derechos humanos, quienes
con una militancia personal hicieron algo más que solamente padecer la pérdida
trágica de un familiar o sufrirla de cerca. Creo que ni ellos mismos podían
advertir cuánta hermosa gente debíamos convocar a este acto. Son más de 70. Me
conmueve, porque detrás de cada uno de ustedes hay una historia, una
trayectoria, un aporte concreto que agradecer”, puntualizó.
En esa línea, subrayó: “Lo que
ustedes nos han dejando, lo que nos han enseñado, lo que nosotros tenemos la
obligación de continuar a través de ustedes y lo que la UNC se ha sentido en
obligación de reconoce es una lucha que ya no es más sólo de los militantes y
de las organizaciones. La universidad pública no puede dejar de decir y hacer
todos los esfuerzos para que todas las jóvenes generaciones que se forman aquí
tengan una vigorosa conciencia de la necesidad de promover y proteger los
derechos humanos de todos, siempre”.
Posteriormente, se entregó a cada
uno de los homenajeados el diploma y un libro de la Editorial de la UNC. Cuando
Eduardo D´Ambra fue convocado para recibir el que se le otorgaba a nombre de su
padre, Emilia D´Ambra compartió una reflexión: “Este acto me recuerda una frase
que él decía siempre: ´Cuando la gente común de la calle reconozca que lo que
nos pasó a nosotros, nos pasó a toda la sociedad, habremos cumplido nuestra
tarea”.
También fueron homenajeadas las
siguientes personas que, por haber fallecido, serán representadas en el acto
por sus familiares: Glauce Baldovín, María Angélica Olcese de Moller, Carmen
Cornes de Castiglione, Otilia Lescano de Argañaraz, Santiago D'Ambra, Inés
Aquin de Nadra, Raúl Nadra, Artemia Aparicio de Funes, Rosa de Kogan,
Encarnación Rubio Bustillo, Arturo Rufa, Ricardo Salas, Juan Borgogno, Osvaldo
Martín Onetti, Pablo José Chabrol, Obdulia de Casas, María Saleme de Burnichón,
Ernesto Torres, Sebastián Emilio Llorens, Anselmo Assalez, Gloria Irma Chabrol,
Enriqueta Espeche de Motta, Inés Valdez, Norma Elena Britos, Olga Alfaro y
Manuel Luna.
En el pasado, también recibieron este
reconocimiento los integrantes de la Delegación Córdoba de la Comisión Nacional
de Desaparición de Personas (CONADEP), el Arq. Luis Rébora y el músico León
Gieco.
Por eso no podemos ni debemos confundir que las Madres no solo lucharon en soledad durante la dictadura, sino que muchos que miraron para otro lado ,ahora estan colaborando con la causa de los derechos humanos ,que nos implica a todos los Argentinos.Es un logro mas que un sueño compartido. Gracias Susana Dillon.
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