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9 dic 2011

10 de diciembre : Día de los Derechos Humanos


En el Día de los Derechos Humanos,  compartimos con Uds una nota que Pepi  nieta se Susana Dillon,, publicó este 9 de diciembre en Facebook, dado que se cumple un aniversario más de la desaparición de sus padres. Es un conmovedor relato que nos mueve a la reflexión de lo que vivimos durante los años de plomo, y de la fuerza que aportaron las familias de las víctimas para continuar su vida  sin cesar en la búsqueda de verdad y justicia.


Rita Alés de Espíndola (33) y Gerardo Espíndola (33)
"Hace 34 años un día como hoy, 9 de diciembre fueron secuestrados por un grupo de tareas perteneciente al 3er cuerpo del ejercito en un pueblo de las sierras de Córdoba, Rio de Los sauces, Rita Alés de Espíndola (33) y Gerardo Espíndola (33), Rita estaba embarazada de mí, tenía seis meses de gestación. Fue a las 17hs después de volver del río. Llegaron dos Ford Falcón con varios tipos disfrazados, cuando la suben al auto a mi mamá, me cuenta un amigo vecino, que tenía los ojos llenos de lágrimas. Yo nací tres meses después en el Hospital Militar de Córdoba. Ellos estuvieron mas o menos un mes juntos en La Perla, mi papá no llegó a conocerme, mi mamá sí, después del parto la fusilaron.
Los extraño"
                                                                                        Pepi Dillon


Dentro del largo camino recorrido por Susana Dillon nos enseñó y mucho sobre que son los Derechos Humanos,  reproducimos las primeras páginas del Manual de su autoría, del año 2003  porque además de ilustrarnos acerca de lo que son los mismos, sintetiza en sus pensamientos una conducta de vida que adoptaron quienes como ella, que sufrieron la pérdida de sus seres queridos no pretendieron sino esclarecimiento de las aberraciones que se cometieron desde el terrorismo de estado, y aún buscan con su nieta a 34 años de la desaparición de su hija y yerno que la justicia le brinde respuesta.

Los Derechos Humanos y la Democracia

Las primeras palabras

“¿Sabes  Fontanes lo que más admiro? Es la
Impotencia de la fuerza para conservar algo.
No hay sino dos poderes en el mundo, el sable y el espíritu.
A la larga, el sable es siempre vencido por el espíritu”
Napoleón Bonaparte

Pareciera un absurdo que en época en que el individualismo, el materialismo,  la corrupción y la imposición de doctrinas económicas que crean las mayores injusticias y la competencia más feroz entre los miembros de  nuestra sociedad, tuviéramos que insistir en programar el estudio de los Derechos Humanos. Pero no es un acto inútil, es una necesidad básica, el saber defendernos con la ley en las manos de los atropellos, de la ignorancia, de la prepotencia y de la falta de solidaridad de quienes, por su papel social o político debieran dar buenos ejemplos.
Por naturaleza propia, los Derechos Humanos siempre se plantarán ante la dicotomía que existe entre lo que enuncian y lo que la realidad nos muestra a cada paso.
En el devenir dramático de la historia de los pueblos pareciera que los contrasentidos son lo único que se avizora: por un lado están las leyes y enfrentándose, los conflictos de los hombres con los distintos valores, distintas formas de vida, distinta moral y distintas costumbres.
Es estar enterados de que son los Derechos Humanos nos faculta a una mejor defensa de nuestros valores, por eso educar desde los valores nos marca la senda segura distinguiendo a los que pueden ser nuestros compañeros de ruta por la vida, de los que pueden ser nuestros adversarios y enemigos.
Si conocemos los valores por los cuales la vida resulta digna de vivirse, ya tenemos el camino trazado, avizoramos el norte, adelantamos el pie para avanzar. Lo demás será la lucha de llegar a la meta, servir valientemente a eso que alguna vez llamamos ideales o sueños, u utopía, que al decir de Eduardo Galeano, “Es lo que nos hace caminar”.
Pero no caminar solos dándonos de golpes a cada instante, errando y desandando. Ir con otros participando de las contingencias, siendo solidarios, refundando la cultura del amor al otro, al distinto, al débil, al triste, al que sufre.
Recordar las palabras de Jacques Carpentreau en “Le Romancero Populaire”:

“El primero que tomó una flor para dársela
a una mujer,
El primero que acarició un rostro en
Lugar de golpearlo,
El primero que ofreció agua en el cuenco
de sus manos,
el primero que compartió su comida con
el hambriento,
el primero que alzó en sus brazos a un
niño cansado
ésos son los nuestros”.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

2 comentarios:

  1. Me encantó!!!
    Palabras bellísimas y reales, humanas, cálidas, de contenido más valioso que el oro y todas las piedras preciosas del mundo.

    FELICITACIONES!!!!!

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  2. Que bueno que reconozcan el valor de las palabras !!! Gracias por expresarlo

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