En el Día de los
Derechos Humanos, compartimos con Uds una nota que Pepi nieta se Susana Dillon,,
publicó este 9 de diciembre en Facebook, dado que se cumple un aniversario más
de la desaparición de sus padres. Es un conmovedor relato que nos mueve a la
reflexión de lo que vivimos durante los años de plomo, y de la fuerza que
aportaron las familias de las víctimas para continuar su vida sin cesar en la búsqueda de verdad y
justicia.
"Hace
34 años un día como hoy, 9 de diciembre fueron secuestrados por un grupo de
tareas perteneciente al 3er cuerpo del ejercito en un pueblo de las sierras de
Córdoba, Rio de Los sauces, Rita Alés de Espíndola (33) y Gerardo Espíndola
(33), Rita estaba embarazada de mí, tenía seis meses de gestación. Fue a las
17hs después de volver del río. Llegaron dos Ford Falcón con varios tipos
disfrazados, cuando la suben al auto a mi mamá, me cuenta un amigo vecino, que
tenía los ojos llenos de lágrimas. Yo nací tres meses después en el Hospital
Militar de Córdoba. Ellos estuvieron mas o menos un mes juntos en La Perla, mi
papá no llegó a conocerme, mi mamá sí, después del parto la fusilaron.
Los extraño"
Pepi Dillon
Rita Alés de Espíndola (33) y Gerardo Espíndola (33) |
Los extraño"
Pepi Dillon
Dentro del largo camino recorrido por Susana Dillon
nos enseñó y mucho sobre que son los Derechos Humanos, reproducimos las primeras páginas del Manual de
su autoría, del año 2003 porque además
de ilustrarnos acerca de lo que son los mismos, sintetiza en sus pensamientos
una conducta de vida que adoptaron quienes como ella, que sufrieron la pérdida
de sus seres queridos no pretendieron sino esclarecimiento de las aberraciones
que se cometieron desde el terrorismo de estado, y aún buscan con su nieta a 34
años de la desaparición de su hija y yerno que la justicia le brinde respuesta.
Los
Derechos Humanos y la Democracia
Las
primeras palabras
“¿Sabes Fontanes lo que más admiro? Es la
Impotencia de la
fuerza para conservar algo.
No hay sino dos
poderes en el mundo, el sable y el espíritu.
A la larga, el
sable es siempre vencido por el espíritu”
Napoleón
Bonaparte
Pareciera un
absurdo que en época en que el individualismo, el materialismo, la corrupción y la imposición de doctrinas
económicas que crean las mayores injusticias y la competencia más feroz entre
los miembros de nuestra sociedad,
tuviéramos que insistir en programar el estudio de los Derechos Humanos. Pero
no es un acto inútil, es una necesidad básica, el saber defendernos con la ley
en las manos de los atropellos, de la ignorancia, de la prepotencia y de la
falta de solidaridad de quienes, por su papel social o político debieran dar
buenos ejemplos.
Por naturaleza
propia, los Derechos Humanos siempre se plantarán ante la dicotomía que existe
entre lo que enuncian y lo que la realidad nos muestra a cada paso.
En el devenir
dramático de la historia de los pueblos pareciera que los contrasentidos son lo
único que se avizora: por un lado están las leyes y enfrentándose, los
conflictos de los hombres con los distintos valores, distintas formas de vida,
distinta moral y distintas costumbres.
Es estar
enterados de que son los Derechos Humanos nos faculta a una mejor defensa de
nuestros valores, por eso educar desde los valores nos marca la senda segura
distinguiendo a los que pueden ser nuestros compañeros de ruta por la vida, de
los que pueden ser nuestros adversarios y enemigos.
Si conocemos los
valores por los cuales la vida resulta digna de vivirse, ya tenemos el camino
trazado, avizoramos el norte, adelantamos el pie para avanzar. Lo demás será la
lucha de llegar a la meta, servir valientemente a eso que alguna vez llamamos
ideales o sueños, u utopía, que al decir de Eduardo Galeano, “Es lo que nos
hace caminar”.
Pero no caminar
solos dándonos de golpes a cada instante, errando y desandando. Ir con otros
participando de las contingencias, siendo solidarios, refundando la cultura del
amor al otro, al distinto, al débil, al triste, al que sufre.
Recordar las
palabras de Jacques Carpentreau en “Le Romancero Populaire”:
“El primero que
tomó una flor para dársela
a una mujer,
El primero que
acarició un rostro en
Lugar de
golpearlo,
El primero que
ofreció agua en el cuenco
de sus manos,
el primero que
compartió su comida con
el hambriento,
el primero que
alzó en sus brazos a un
niño cansado
ésos son los
nuestros”.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
Me encantó!!!
ResponderEliminarPalabras bellísimas y reales, humanas, cálidas, de contenido más valioso que el oro y todas las piedras preciosas del mundo.
FELICITACIONES!!!!!
Que bueno que reconozcan el valor de las palabras !!! Gracias por expresarlo
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