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27 may 2011

Alcohol y drogas en un IPEM de Villa María, situación que expone su directora



Una situación que se reiteraría en las escuelas secundarias hizo eclosión en la vecina ciudad de Villa María. Allí su directora Mirtha Karpow, concedió el pasado 25 del corriente, una entrevista a El Diario del Centro del País y comentó la situación vivida en el establecimiento público bajo su mando cuando ocho alumnos que consumían fernet fueron amonestados. Cómo es una problemática común de una gravedad increíble que desestiman  u ocultan las propias autoridades o los padres, es interesante leer los párrafos relevantes de la publicación, porque una directora se atreve a exponer la situación que vive en su establecimiento.

Por cierto los alumnos están en asamblea desde entonces y repudian la actitud de la docente, pero lo interesante sería que las autoridades del Ministerio acudieran a verificar  la situación  y   actuaran en consecuencia con la gravedad de lo que la docente expone. ¿Ud. cree que en nuestra ciudad  esto no sucede? ¿Por qué no le preguntan a los servicios de emergencia que acuden por llamados  a las escuelas, a los padres y a los mismos alumnos?  A lo mejor si se animan, cuentan y corroboran estos datos qué sacó a la luz una docente preocupada por el tema, que desde entonces está padeciendo las consecuencias de haber actuado como corresponde.

Mirtha Karpow, la directora del Ipem 147 Manuel Anselmo Ocampo de Villa María, dejó su testimonio en el reportaje mencionado y entre otras cosas:

Confirmó el hecho y dijo que se colocó amonestaciones y se llamó a los padres de los alumnos, aunque advirtió que “la sanción de por sí sola, sin diálogo ni reflexión, no sirve para nada”.

Cuestionó al quiosquero que les vendió alcohol a los adolescentes al señalar que “siempre lo hace”, pero acto seguido advirtió que “de estas problemáticas somos responsables todos en esta sociedad”.

Se lamentó, “Yo no quiero decir que todo está mal, porque no es así, pero puedo advertir que el consumo de drogas, como el alcohol y la marihuana, es cada vez más alto”, confirmó. “En esta escuela creo que hay chicos que venden drogas y otros tantos que consumen. Yo no soy policía ni fiscal entonces no puedo hacer una investigación, pero me cuentan, me dicen que acá hay quienes venden”.

“Lo que ocurrió con el hallazgo de fernet no es nuevo, hemos descubierto petacas detrás de los inodoros de los baños, esto ocurre desde hace años y en todos lados, pero los directivos callan, este sistema parece diseñado para pensar que si los docentes hablamos se van a caer los muros”

“Los chicos tienen en claro los efectos del alcohol y de la marihuana, pero no les importa, y esa actitud de indiferencia para cuidar la vida también la noto en las relaciones sexuales”. “Saben cómo cuidarse y sin embargo cuentan que no lo hacen, no le temen a las enfermedades y también se evidencia en los embarazos, con chicas de tercer año que están esperando un bebé. Y un hijo siempre es vida, pero también hay que advertir que afrontar la tenencia de un hijo no es fácil”,

Estoy preocupada por la convivencia. No hay tolerancia en nada, no saben dialogar, escucharse ni respetarse. Yo puedo pensar que es coherente que no nos escuchen a los adultos porque nos ven ‘viejos’ pero no puedo comprender que no se escuchen entre ellos”

“Hay violencia verbal, física y simbólica. Mire, lo que ocurre con los teléfonos celulares es increíble: filman las peleas, lo que se dicen y todo va a parar a las redes sociales. Eso hace que los mismos padres se metan a opinar y este cuadro vuelve a la escuela como un bumerán. Y es triste decirlo, pero nosotros atajamos el problema acá, así lo siento”, reveló. “Si no detenemos peleas terminan encontrándose para eso en el centro de transferencia o en la plaza”, añadió.

Los alumnos en su descargo, señalan:

“No queremos que nos meta a todos en la misma bolsa”, señaló una de las alumnas. Si bien algunos admitieron que “en todos los colegios pasa algo”, el rechazo apuntó principalmente al hecho de hacer pública una situación que, entienden los chicos, los estigmatiza como alumnos de ese colegio y los perjudica frente a la sociedad.

“Siempre pasa algo, pero se oculta o se habla en el colegio. No que se diga así y lo sepa toda la ciudad, además que no es verdad”, sostuvo una de las alumnas, de 14 años, en medio de la protesta.

Las medidas deben tomarse para que una escuela funcione como lo que pretendemos que sea un establecimiento al que acuden alumnos a educarse e instruirse. La problemática adolescente que desborda cualquier sistema disciplinario es una alarma que mete miedo, y no sólo a una directora de escuela, sino a toda la sociedad que padece sus consecuencias. Los pibes también tienen que entenderlo… Al fin y al cabo el gran pueblo argentino hace un enorme esfuerzo para sostener una educación pública gratuita, se merece que de las aulas salga algo mejor que vahos alcohólicos y jóvenes drogados. 

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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