Qué nos dejó el 25 de Mayo de 2010

 
El 25 de Mayo en el año del Bicentenario, no fue un aniversario más. El sello distintivo, la impronta de este aniversario, fueron la serie de espectáculos públicos que hicieron que el pueblo del país saliera a participar en las calles. Por cierto, la mejor tajada se la llevaron, una vez más, los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el resto del país… lo mira por TV. Como  en todo evento de tal magnitud, digamos que hubo, cara y ceca, así como pasa siempre en las fiestas. Porque como dice doña Rosa: “no se puede dejar conforme a todo el mundo”, y doña Rosa de enredos y festejos, sabe un montón.

El nivel de las manifestaciones artísticas y tecnológico desplegado en las calles porteñas, fue deslumbrante; la participación de la gente, multitudinaria. Los actos se repitieron en todo el país, con igual fervor también en las pequeñas comunidades y en las ciudades del interior. Por un día, estuvimos hermanados los argentinos, bajo una sola bandera y vivando a la Patria, por una razón mucho más trascendente que un Mundial de fútbol.  Todo un anhelo hecho realidad.

Pero, no faltaron los desencuentros entre  la clase dirigente, que se evidenció en las ausencias oficiales  en distintos actos de indudable relevancia no sólo cultural. Entonces estas actitudes reflotaron, las siempre vigentes antinomias del pasado que las generaciones posteriores vienen heredando como las tradiciones familiares, y la utilización de estas circunstancias ensombreció la fiesta de todos.

El trasfondo político emblematizado en el slogan que promociona la candidatura de Néstor Kirchner para el 2011, apareció no tan inocentemente al son de los candombes y al compás de los contorneos de la Presidente. La gratitud que partió del flamante secretario general de la UNASUR a ese gesto oportuno en medio de la multitud, es una cordialidad elemental de la que no se privaron el ex presidente y su esposa. 

También en nuestra ciudad,  se festejaron los 200 años de la Revolución de Mayo, y entonces bajo las ráfagas inclementes del viento que agitaba no sólo banderas e irritaba gargantas, los dirigentes de los partidos mayoritarios se subieron al palco, para participar de la inauguración del nuevo puente colgante. Participaron las actuales autoridades provinciales, encabezadas por el gobernador Juan  Schiaretti, pero no se privó de estar el ex gobernador De la Sota, que mientras sonreía a la multitud, escudriña con su mirar el futuro 2011. Tantas veces peleó por la gobernación, José Manuel , realmente con la tozudez y empecinamiento de un gallego ¿Por qué no, una vez más? ¿No le dio tantas obras a la ciudad, y al sur de Córdoba? ¿Cómo desperdiciar semejante ocasión, para ir posicionándose en la gatera?  Si lo reciben con honores los Rodríguez Sa en San Luis, y el ministro Randazzo desde el gobierno nacional le hace un guiño para atraerlo a sus filas, se frota las manos y no sólo por el frío sino para preparase a agrupar gente que lo apoye en las urnas.   De la Sota, participa del acto  con el intendente Jure que zigzaguea entre los embates kirchneristas y los justicialistas de Córdoba, todo sea por mantener su frente de gobierno. Y para no fomentar los rencores, se abraza Juan Jure al Defensor del Pueblo, Eduardo Mugnaini …después de todo el puente lleva el nombre de su padre Julio Humberto Mugnaini  y se olvida por un rato que le están poniendo miguelitos en el camino, con el tema de Innviron, junto al  ex gobernador y su gente.…. 

Mientras tanto el nuevo  puente,  soberbio y reluciente se levanta como un emblema de que se pueden lograr grandes obras. Y está bien que así sea, que las obras se hagan, pero lo reiteramos: somos partidarios   que  primero se solucionen las carencias  de la población que tantos déficit padece especialmente  en fuentes  genuinas de trabajo  y viviendas. No es muy alentador que  los índices de pobreza, bajen por subsidios y  engalanemos nuestras ciudades con puentes magnánimos cuando por ejemplo el Parque Industrial de la ciudad, no deja de ser una promesa remanente, que va pasando de gobierno a gobierno, y ni siquiera tiene la instalación de gas natural, mientras el Casino que cosecha silenciosamente, es una palpable realidad que también heredamos del pasado gobierno justicialista. 

Pero lo más contrastante de esta realidad fue evidenciado por los jóvenes de Un Techo Para Mi País que se sumaron este fin de semana patrio a construir 27 viviendas en los barrios más carenciados de la ciudad, como el conocido Cola de Pato   vecino al puente inaugurado (ver video) Con estas son 100 las casas levantadas en Río Cuarto  Pueden los políticos hacer todos los cuestionamientos que quieran, pero muchos conciudadanos acceden a condiciones de vida algo mejor gracias a la solidaridad de estos jóvenes que dejan de disfrutar del descanso de estos días , para darle una mano a los más necesitados, esos que son separados de  los accesos al puente colgante por un vergonzante alambrado  que rodea " la obra de arte" en el acceso norte.

Y así entre tanto festejo, luces, espectáculos, comidas típicas y reuniones multitudinarias, llegó el 26 de Mayo y cada uno vuelve a su rutina con las imágenes de los festejos flotando en la mente, mientras los problemas personales y colectivos, que quedaron entre bambalinas, aparecen lenta pero inexorablemente en escena, para devolvernos al país real, ese que los índices distorsionados pretenden pintar como mejor de lo que es. Nosotros, los ciudadanos comunes nos sentimos, por un instante mágico, más hermanos de lo que demostramos en la vida diaria, nos alegramos con nuestra música y comidas, recuperamos la visión del país del interior y compartimos con los amigos latinoamericanos este momento de jolgorio.

Pero no nos olvidemos, entre tanto festejo que en los puntos más olvidados de nuestra geografía, y más desamparados de nuestras ciudades muchos compatriotas carentes de todo,  a esta fiesta ni siquiera la vieron por TV.

Porque entre tantas facetas de esta enorme Patria nuestra, todavía la gran cuenta pendiente es la de hermanarnos auténticamente en el equilibrio social, que genere una sociedad adonde todos podamos participar de los beneficios y disfrutar realmente de una fiesta para todos. No sólo con el chocolate y los pastelitos, sino con los recursos que garanticen una vida digna. Pueda ser que lo logremos camino al Tricentenario

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO