35 millones de pesos va a ser el costo aproximado del lujo que nos
daremos los riocuartenses. Son 3 cuadras de puente que sentiremos ver el mundo
desde California o Londres, toda una grandiosidad que aunque probablemente no
nos merezcamos, nuestro gobernador ha decidido servirnos bondadosamente. Algún
resentido social seguramente en vez de prestar atención a la majestuosidad
colgante aprovechará a observar desde arriba la villa de emergencia más grande
de nuestra ciudad que se destaca a pocos metros de allí. Detalles nomás de las
dos caras del sistema.
Los sucesivos gobiernos tomaron al pie de la letra la interesante
propuesta de John Maynard Keynes sobre la obra pública y la mezclaron con las
ideas faraónicas egipcias de fastuosidad (ni hablar si esto al final se traduce
en votos). No está mal pero es una lástima que continúen sin entender que el
mejor gasto es el más productivo, el más distributivo, prioritario y el que
genera mayor equidad social. Cuando la plata no alcanza me puede ayudar mucho
tener la casa con las más linda fachada de la cuadra, conservaré un buen
aspecto y atraeré a los pasantes más que cualquier vecino, pero si al mismo
tiempo los motores de mi fábrica están obsoletos u oxidados no llegaré a tener
una vida a la altura de mis apariencias. Quiero decir: es hora de gastar dinero
en obra pública directamente productiva: fábricas, industrias, tecnología,
maquinarias, tierra, transporte, etc. y ponerla en manos de los trabajadores
que no encuentran un modo seguro de sustentarse. Alguien se imagina cuántos
talleres de trabajo se podrían haber construido con 35 millones de pesos?;
Cuántos bolsones de mercadería, planes sociales, chapa y ladrillo se ahorrarían
finalmente con dichos talleres?, podría seguir. No es muy difícil, si necesitas
$20 para cambiar la cubierta de tu bicicleta para ir a trabajar y $20 para
cambiar la hoja de sierra q usas para cortar la madera y decidís gastarte los
únicos $40 que posees en la más cara y consagrada marca de cubierta el
resultado no se hace esperar: el viaje al trabajo es quizá el más satisfactorio
y vistoso, pero al llegar a la cortadora que te asegurará el sustento material
cada día pensas enseguida a qué amigo llamar para pedirle dinero. Este amigo
traducido en grandes necesidades poblacionales es el estado.
En el Nuevo Hospital de nuestra ciudad, Schiaretti mantiene
decenas de profesionales de la salud desde hace más de dos años trabajando y
cobrando en negro, recibiendo la mitad de sueldo que el personal de planta
permanente, sin derecho a vacaciones, aguinaldo, obra social, aporte
previsional, etc. Qué alegría deben tener ahora que podrán ahorrarse 6 cuadras
cada día y cruzar por el puente Brooklyn. Y así serán tantos casos. No nos
alcanza para vivir pero tenemos puente.
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