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15 abr 2009

Reflexiones acerca del Impuestazo: Que nos enseñó hasta hoy

Hace tres meses y medio que estamos reclamando por lo que consideramos un abuso en la política local como es un aumento desproporcionado de tasas municipales. Se fue así consolidando un grupo de personas que si bien mermó en número, ganó en constancia y convicción. No es poco para una población reticente a participar, a poner la cara y exponerse públicamente. Lo sorprendente de esta reunión de vecinos es que siendo heterogénea en su constitución mantiene la firmeza de su demanda, con una solidaridad conmovedora, dado que no buscan precisamente, salvarse solos. Sin ser conocedores de las ciencias sociales en virtud de nociones prácticas que tenemos de las conductas ciudadanas, fuimos advirtiendo desde el 2001 en adelante que este proceso previsiblemente tendría que darse y lo señalamos en reiteradas oportunidades. Es decir que la carencia de representatividad de nuestra gente haría que se buscaran espontáneamente otras formas de participación mediante las cuales se lograrán hacer oír lo que la clase dirigente no quiere expresar en los recintos. Ese fue el punto que nos impulsó a demandar la Reforma Política local, para que en casos como el de nuestra comunidad la representación barrial se hiciera a través de los vecinos de un sector elegido justamente por los habitantes de ese lugar. En la reunión del lunes 13 en el despacho del intendente Jure cuando un participante expresó que hablaba en representación de las 200 o 300 familias de su barrio, estaba avalando esa hipótesis, que oportunamente fue desoída desde la conducción política tradicional. La Reforma Política fue impulsada a piaccere y así nos va. La hicieron los expertos, no la gente común y los expertos como en la crisis global que cursamos, nos demuestran que también se equivocan. Demandamos básicamente canales de participación ciudadana, para que las políticas de interés comunitario como la impositiva que motiva el reclamo, fueran analizadas previamente. No se entendió este análisis, o no se quiso atender por no perder la centralización del poder verticalista que todo lo puede según la convicción de nuestra clase dirigente. Conclusión: ahora hay que revisar lo que improlijamente se implementó desoyendo los elementales principios de sentido común. Las expresiones del Concejal Daita en Puntal del día 14/04, referidas a modificar la rezonificación en siete sectores de la ciudad, nos dan la razón. Entonces hay que reconocer desde el Poder que el trabajo que sirvió de base al Impuestazo estuvo mal hecho. En consecuencia, tenemos todo el derecho de preguntarnos qué aval legal tiene el mencionado Impuestazo. Y no es un tema menor, que en la reunión con el Intendente, éste no lo pudo dejar suficientemente aclarado, dado que establece en qué marco de referencia estamos conviviendo. Cuando mayor es el poder y la importancia de la tarea , más precavidos debemos ser al asumir el compromiso de conducir, y en esos menesteres la opinión de la gente común importa. Es una democracia, se deben buscar los consensos y no imponer porque como lo dice Jure:“yo no quiero j... a la gente pero la municipalidad necesita”. También la población necesita informaciones veraces de qué pasó con sus recursos, cómo llegamos a esta situación de desequilibrio fiscal, por responsabilidad de quiénes se cometieron o no corrigieron a tiempo los errores, y muchos otros puntos que reclaman desde los hogares comunes. Esos que hoy se ven afectados por subas abusivas de impuestos de los cuales los municipales son sólo la punta del iceberg. Ya con la llegada de las boletas de las tarifas eléctricas y de gas nos van a ir colmando la capacidad de asombro. Esta situación que vivimos en Río Cuarto, se repite en la escala provincial y nacional. El tema central de la administración el Estado, que centraliza, y después distribuye a su antojo siendo la coparticipación un bien negociable y no claramente definido y ejecutado por leyes neutrales, nos están colocando en un difícil callejón. Y es también una de las razones generadoras del impuestazo que nos mantiene en la calle, porque alguien tiene que poner el dinero que la nación o la provincia no envía, y como siempre lo más accesible es el bolsillo más próximo, en este caso el del vecino. Sepa el poblador de esta ciudad, sacar sus conclusiones especialmente los que con mucha voluntad mantienen desde hace 16 marchas el reclamo. No sólo es un ejercicio social el reunirnos, es una advertencia para los políticos que sepan leer el lenguaje de los vecinos, que en el despacho municipal sorprendieron con sus casos al intendente Jure, de quien rescatamos que nos recibiera. Eso sí, para que las puertas del municipio se abrieran necesitamos muchas caminatas de reclamo... y una visita a su domicilio. CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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