De acuerdo a lo que conocemos por la prensa escrita, concretamente el diario digital de Jorge Lanata nos interioriza como desde la cumbre del poder político se diseña y dispone de las instituciones para utilizarlas acorde a las necesidades de quienes mandan.
El caso que señala es el de la AFIP que de acuerdo a la descripción que adjuntamos actuaría como un elemente de presión con el cual se castiga o premia a quienes decida la suprema voluntad de los poderes ejecutivos de turno, ahora es el momento de los K, quienes desde la disponibilidad de poder decidir quien dirige la entidad y actuando a través de gente de su confianza, tiene en las manos una herramienta verdaderamente maquiavélica con la cual apretar al más díscolo o hacer entrar en razón al más retobado de los adversarios. Por ejemplo con el campo en la vereda del frente recibieron disposiciones no prescisamente favorables desde la entidad y una persecuta que no disminuye justamente para los pequeños y medianos productores. Como en estos días se vuelve a hablar de cartas de Porte, empecemos por conocer algo del tema, acercándonos a la AFIP
Desde la cima en política todo es posible, y de allí que los de abajo todo lo veamos como increible. Otro hallazgo más que nos brinda el periodismo para entender de como funciona el país K. Así lo demuestra la nota:
La máquina de apretar
El director del organismo es es el santacruceño Ricardo Echegaray, un kirchnerista paladar negro y fiel ejecutor de los caprichos de Néstor.
El titular de la AFIP es nombrado habitualmente por el ministro de Economía con el consentimiento del presidente de la Nación, si es que no lo nombra directamente éste. Kirchner tuvo en su gobierno a Alberto Abad, un hombre de bajo perfil y con algunos procedimientos explosivos en su haber, sobre todo a ricos y famosos. Eyectó del cargo producto de una interna entre los “pingüinos” y el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Lo sucedió el también albertista Claudio Moroni y cuando éste renunció por “razones personales” –o sea, medidas exigidas que no estaba dispuesto a tomar– asumió en su lugar Ricardo Echegaray, un kirchnerista paladar negro y fiel ejecutor de los caprichos de Néstor.
Echegaray promovió las embestidas contra el campo y fue el ideólogo del desfinanciamiento de la Federación Agraria volviendo gratuita la Carta de Porte. Desde el órgano de recaudación monitorea toda la información sobre el control comercial y las exportaciones de la agroindustria que manejan dos organismos que lo supieron tener al frente: la Dirección General de Aduanas (DGA) y la ONCCA. La información nos retrotrae a aquellas épocas inolvidables de Carlos Saul, en que el modus operandi no variaba mucho pero si el nombre de la entidad que era entonces nuestra conocida DGI, y entonces nos enteramos que el vigoroso Tacchi no se despidió de la función pública sin mancha. Siga leyendo... para enterarse por que:
Otro hombre que ha pasado por la AFIP, cuando se llamaba DGI, y dejó sus huellas fue José María Peña. El creador de “Los intocables” se hizo famoso por los procedimientos espectaculares durante el gobierno de Carlos Menem.
Previamente, el organismo tomó notoriedad bajo las riendas de Tacchi. Eran tiempos en que dependía de la Secretaría de Ingresos Públicos. El fallecido economista fue denunciado luego por haber pagado sobresueldos e investigado por los contratos por los servicios de informatización de IBM y Banelco.
Fuente Crítica digital 17.03.09
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