Temor a una tensión social
Rosendo Fraga (Analista político. Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría)
En mi opinión, la inflación es la mayor amenaza para el modelo económico y social del Gobierno, y por ende también para el político. Pero el oficialismo no lo ve así y prefiere repetir la receta que le resultó exitosa entre 2003 y 2007: tomar el riesgo de mayor inflación para tener más crecimiento. La tensión social está aumentando. Los gremios están comenzando a pedir 25% de aumento salarial. Pero el problema social central son los desempleados y los indigentes, cuya situación se torna crítica si el precio de los alimentos sigue subiendo. El mismo líder piquetero oficialista, Luis D’Elía, dijo públicamente el 9 de febrero que, si no se distribuye más ayuda mediante dinero, en marzo el Gobierno tendrá entre 70 mil y 80 mil personas en las calles reclamándolo. Aunque luego lo matizó, es una señal de lo que puede venir. El mayor riesgo de la inflación, en mi opinión, es el social. Con un nivel de pobreza por encima del 30% y un desempleo que supera el 10% –cifras reales, no las oficiales–, un brote inflacionario puede generar fuertes tensiones sociales. El Gobierno debería disminuir el incremento del gasto, pero prefiere aumentarlo a costa de incrementar el déficit y el endeudamiento. Es un camino que en la Argentina ha fracasado más de una vez en las últimas décadas, pero se insiste en transitarlo, aunque la historia contemporánea es elocuente en cuanto a su fracaso.
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