En un difícil 1995 Córdoba, catalogada la “isla” por su envidiable situación económica lograda por el entonces gobernador Eduardo Angeloz, se sumió en una atroz pesadilla. ¿Qué pasó? Los cordobeses empezamos a sufrir el “efecto peperina” debido a que el estado financiero no era tan brillante como nos pretendía hacer creer “el Pocho” y cuando se cortaron los créditos que mantenían este estado de ilusión , y se multiplicaban los enredos entre el entonces presidente Menem y su súper ministro Cavallo con el ejecutivo cordobés, en un mundo sacudido por el cimbrón del “efecto tequila”, acá en estas tranquilas y prósperas tierras empezamos a zozobrar, y rápidamente tuvo que hacerse cargo de la gobernación Ramón Mestre, electo entre angustias y espanto.
La dureza de esta gestión para sacarnos del pozo, es aún una herida abierta en la sociedad cordobesa dado que como siempre fue el pueblo quién pagó los platos rotos, imposible olvidarnos como : cierre de los Jardines de Infantes de 4 años, cierre de escuelas rurales, y el plato fuerte que fue el comprometer los haberes de los activos y jubilados, con la debacle consiguiente, para terminar empapelándonos con los inolvidables Lecor.
Pasó el tiempo, los juicios contra el Estado provincial reparando estas arbitrariedades siguen esperando , y los sufridos ciudadanos como siempre perdedores, fuimos recomponiéndonos guardando una oscura desconfianza hacia esa estirpe de políticos que nos trataron tan mal, defraudándonos con actitudes tan viles.
De la Sota esperaba su oportunidad para acceder al cargo tan anhelado de Gobernador que el destino se empeñaba en negarle, pero le llegó su turno. Lo vimos durante 8 largos años contándonos las bondades de su plan de gobierno, inútil fue preguntarle desde todos los sectores por la situación financiera real de Córdoba, por que el que se quema con leche...Pero... el Gallego, astuto, parlanchín, jovial, minimizó el problema y llevó a sucederlo a Schiaretti quién cargó con la pesada herencia. Como el cuento es largo y los pícaros sobran, a la primera de cambio y con una enorme cintura política el flamante conductor cordobés, aprovecha la crisis del campo sobradamente conocida por aquí, se granjea la simpatía del agro con su posición frente al conflicto, y ahora culpa de todos los males económicos de Córdoba, al gobierno nacional y la falta de cumplimiento para con la provincia. Ojo! Las virtudes de los K son bien conocidas, pero no explican todos los males financieros que nos aquejan por aquí. Entonces reaparecen aquellas viejas recetas: presentan el proyecto de Ley de Emergencia Previsional provisoria que aunque afecte a una minoría de jubilados, NO CORRESPONDE .
Señores gobernantes, basta de hacernos creer que vivimos en un paraíso envidiable porque cíclicamente caemos en estas situaciones bochornosas, que hacen que cada vez tengamos menos confianza en quienes acceden a representarnos, y más como Schiaretti en una elección plagada de sospechas.
Cuando se disponen a administrar el Estado, tienen que rendir cuentas a los que pagamos cada uno de los gastos que ustedes generan, somos los directos perjudicados en esta situación y alguna vez tendrán que aceptar que nos merecemos conocer la VERDAD, porque no nos entusiasma ver sus nuevos looks y votarlos por eso.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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