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22 jul 2008
La corrupción de ayer y la Korrupción de hoy
Para el mundo actual que vive intensamente el presente, y revisa muy poquito el pasado convengamos que hablar de Argentina hoy, es verlo como emergente de la enorme crisis del 2001, que nos mostró en forma tan lastimosa recibiendo la ayuda de otros países que se preguntaban como en éste gigantesco granero, los niños se morían de hambre y las muchedumbres deambulaban sin pan y sin trabajo.
Duramente salimos de esa situación, con el enorme esfuerzo del pueblo argentino. Unos y otros políticos del partido en el poder se adjudican este logro, y el presidente Kirchner encabeza el rating. Las circunstancias fueron favorables y remontamos esa difícil cuesta, entonces hoy volvemos a asombrar a la opinión pública internacional porque en el momento en que estamos recuperándonos volvemos a caer, cuando parece ser que deberíamos vender nuestra producción en condiciones harto ventajosas y lograr así mejorar el nivel de vida de la población.
Pero... los problemas son recurrentes, y es difícil de sanear una economía y entender el funcionamiento de una república con tantos vicios estructurales que reconocen un común denominador: la corrupción. Si repasamos las aberraciones vividas recientemente por nuestra sociedad, no nos puede sorprender que se presente como un logro un negocio espeluznante como la venta primero y la compra actual de Aerolíneas Argentinas, y en ambas oportunidades haciéndonos cargo de la deuda de la empresa; en el país en el que se maneja la política oficial con chequeras a discreción de los funcionarios que disponen de los ATN; adonde por ejemplo se le atribuye a Parrilli, Secretario de la Presidencia, la disponibilidad de recursos para financiar entre otros, los gastos generados por el circo de carpas en el Congreso en el reciente conflicto en el campo; y adentro de ese honorable recinto fundamentalmente se logró una concertación política en base a la claudicación ideológica versus recursos, mientras afuera se subsidian a las grandes empresas de las fabulosas ganancias, pero faltan créditos para las pequeñas empresas ... qué nos puede asombrar.
La crisis del 2001 y los hechos posteriores develaron que sin saneamiento moral, los problemas del país no se solucionan . Es la sociedad la que tiene que tener presente estas situaciones para no dejar de reclamar honestidad y transparencia en las gestiones de gobierno de todo orden.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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