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12 jul 2008

Locura y política

Los Kirchner están locos”, repiten cada vez más políticos opositores, a los que se suman ya varios funcionarios y legisladores oficialistas que no entienden algunos comportamientos del matrimonio presidencial. Por el contrario, médicos y familiares de pacientes se quejan de que los periodistas aplicamos a la política palabras que clínicamente tienen un significado preciso y profundo con liviandad y superficialidad, como llamar “autista” al líder que no quiere registrar la realidad, y que abusamos de la psicología cuando explicamos complejas situaciones políticas en función de las interrelaciones del matrimonio que concentra el poder como si todo terminara en ese vínculo. Para que el lector pueda construir su propia opinión sobre la correcta o incorrecta interpretación de los síntomas públicos de Néstor y Cristina Kirchner, lo más objetivo que el periodismo puede hacer es reproducir cómo describe el más difundido Manual de diagnóstico y estadístico de desórdenes mentales (DSM4), elaborado por la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos, los diferentes trastornos de la personalidad. Criterios para el diagnóstico general de Trastorno de la personalidad Un patrón permanente de comportamiento que se aparta de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos o más de las siguientes áreas: 1. Cognición; por ejemplo, las formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos. 2. Afectividad; por ejemplo, la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional. 3. Actividad interpersonal. 4. Control de los impulsos. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales. Además provoca malestar significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Criterios para el diagnóstico de Trastorno paranoide de la personalidad Desconfianza y suspicacia general de forma que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos contextos, como lo indican cuatro o más de los siguientes puntos: 1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o los van a engañar. 2. Preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de los amigos y socios. 3. Reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra. 4. En las observaciones o los hechos más inocentes vislumbra significados ocultos que son degradantes o amenaza-dores. 5. Alberga rencores durante mucho tiempo; por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o desprecios. 6. Percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar. Criterios para el diagnóstico de Trastorno esquizoide de la personalidad Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro o más de los siguientes puntos: 1. Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia. 2. Escoge casi siempre actividades solitarias. 3. Tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona. 4. Disfruta con pocas o ninguna actividad. 5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado. 6. Se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás. 7. Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplana-miento de la afectividad. Criterios para el diagnóstico de Trastorno esquizotípico de la personalidad Un patrón general de déficits sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco o más de los siguientes puntos: 1. Ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia). 2. Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales; por ejemplo, superstición, creer en la clarividencia, telepatía o “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas. 3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales. 4. Pensamiento y lenguaje raros; por ejemplo, vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o estereotipado. 5. Suspicacia o ideación paranoide. 6. Afectividad inapropiada o restringida. 7. Comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares. 8. Falta de amigos íntimos, aparte de los familiares de primer grado, o desconfianza. 9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo. Criterios para el diagnóstico de Trastorno antisocial de la personalidad Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, como lo indican tres o más de los siguientes ítems: 1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención. 2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer. 3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro. 4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones. 5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás. 6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas. 7. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros. Criterios para el diagnóstico de Trastorno límite de la personalidad Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco o más de los siguientes ítems: 1. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. 2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación. 3. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable. 4. Impulsividad en, al me-nos, dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo; por ejemplo, gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida. 5. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación. 6. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo; por ejem-plo, episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad que suelen durar unas horas y rara vez unos días. 7. Sentimientos crónicos de vacío. 8. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira; por ejemplo, muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes. 9. Ideación paranoide transitoria, relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves. Criterios para el diagnóstico de Trastorno histriónico de la personalidad Un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de atención, que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco de los siguientes ítems: 1. No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de la atención. 2. La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento sexualmente seductor o provocador. 3. Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante. 4. Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí mismo. 5. Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices. 6. Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional. 7. Es sugestionable; por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias. 8. Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad. Criterios para el diagnóstico de Trastorno narcisista de la personalidad Un patrón general de grandiosidad, en la imaginación o en el comportamiento, una necesidad de admiración y una falta de empatía, que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco o más de los siguientes ítems: 1. Tiene un grandioso sentido de autoimportancia; por ejemplo, exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados. 2. Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. 3. Cree que es “especial” y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto estatus. 4. Exige una admiración excesiva. 5. Es muy pretencioso; por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas. 6. Es interpersonalmente explotador; por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas. 7. Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás. 8. Frecuentemente envidia a los demás o cree que los de-más lo envidian a él. 9. Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios. Criterios para el diagnóstico de Trastorno de la personalidad por evitación Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro o más de los siguientes ítems: 1. Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo. 2. Es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar. 3. Demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado. 4. Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales. 5. Está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de inferioridad. 6. Se ve a sí mismo social-mente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás. 7. Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras. Criterios para el diagnóstico de Trastorno de la personalidad por dependencia Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión y temores de separación, que empieza al inicio de la edad adulta y se da en varios contextos, como lo indican cinco o más de los siguientes ítems: 1. Tiene dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás. 2. Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida. 3. Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación. Nota: no se incluyen los temores o la retribución rea-listas. 4. Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera debido a la falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de motivación o de energía. 5. Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables. 6. Se siente incómodo o des-amparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo. 7. Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación que le proporcione el cuidado y el apoyo que necesita. 8. Está preocupado de forma no realista por el miedo a que lo abandonen y tenga que cuidar de sí mismo. Criterios para el diagnóstico de Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad Un patrón general depreocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro o más de los siguientes ítems: 1. Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad. 2. Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas; por ejemplo, es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas. 3. Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades eco-nómicas evidentes). 4. Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la identificación con la cultura o la religión). 5. Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental. 6. Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que estos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas. 7. Adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras. 8. Muestra rigidez y obstinación.
Fuente: Perfil

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