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27 mar 2013

Asesinatos de adolescentes en nuestra ciudad



La de anoche fue otra noticia terrible, un adolescente fue asesinado en las proximidades de su casa. Se trata de Uber David Salas, de 17 años, quien vivía en el pasaje  La Forge al 3000 de barrio San Eduardo y lo asesinaron en Drago al 3.200, en el ingreso del barrio Ciudad Nueva del sur de  la ciudad conocido como 400 Viviendas a cinco cuadras de su domicilio. Este hecho desgraciado se suma a los que vinieron pasando durante el fin de semana cuando Lucio Rosales también  de 17 años encontró la muerte cuando participaba de una fiesta privada,  quedando heridos tres jóvenes más.

Estos como hechos luctuosos más recientes por que la escalada de violencia se inició hace tiempo y en este 2013 sumó las primeras víctimas el pasado 21 de enero,  cuando  en un  hecho con saldo trágico entre adolescentes perdió la vida Matías Bustos de 14 años quien en confusas circunstancias fue baleado. Matías Bustos recibió un disparo de arma de fuego mientras se encontraban varios jóvenes reunidos en barrio Alberdi. Luego, durante los días del carnaval cuando fue herido mortalmente un pibe. Matías Agüero otro menor también de 14 años,  que falleció el miércoles 13 de febrero, había sido apuñalado en la madrugada del  pasado martes 12 luego de los festejos de carnaval.  Matías fue atacado y herido  por otros tres jóvenes provocándole lesiones por arma blanca que lo llevaron al trágico final.

Los datos oficiales de las instituciones de atención médica  al respecto son elocuentes, respecto a la cantidad no sólo de muertes sino de heridos en esta franja de edad durante los fines de semana especialmente.

Los sucesos de este tenor son los que trascienden pero en la vida cotidiana de la ciudad, al igual que en otras del país las manifestaciones de violencia y agresión que parten desde los pibes entre sus grupos y hacia la sociedad se han convertido en una forma de vivir. Fuera de  control y sin respeto por las reglas, se da la convivencia de los adolescentes que transitan estos particulares años de su vida entre el fragor encendido de sus pasiones sin límites razonables. Se expresan tal cual sienten y no hay moderación que valga para manifestar sus deseos o disgustos, la violencia muestra su cara más oscura y la agresión pasa de la palabra brutal al hecho más brutal aún. Sin medir  las consecuencias y con una total desvalorización de la vida, se atacan ferozmente llegando a matarse entre sí o matan a terceros sin piedad, en estos casos   aparentemente por ajustes de cuentas que no trascienden motivos.
Lo que antes se dirimía a golpe de puño, ahora tomó otro matiz con el uso de armas y así un arsenal que va desde los simples elementos domésticos a las armas de fuego son esgrimidos como en las imágenes de TV o en los juegos que PC mediante desde niños nuestros chicos conocen y de los que hacen uso y abuso. La muerte, esa señora de la guadaña que se nutre en muchos casos de la insensatez humana le está agradecida por el aporte que hacen a su cosecha, porque la mente adolescente no puede valorar en toda su dimensión las tragedias que desatan estos ataques a la vida. No sólo se ve afectada una familia, la de la víctima, que pierde a uno de sus miembros cuando tiene todo un futuro por delante. También la familia del victimario empieza un largo calvario por que el camino de la Justicia necesariamente tiene que llegar para el que cometió un asesinato.

Así de simple, la sociedad reclama la vigencia de la ley y de acuerdo a ella que los asesinos estén en la cárcel, las razones de los crímenes no pueden atenuar un hecho sangriento de esta naturaleza por que corremos el riesgo de convertirnos en tierra de nadie en la que cada uno busque hacer justicia por su propia mano, sembrando más incertidumbre y dolor a una situación desde ya delicada.

Las causas de esta forma de proceder de los adolescentes es motivo de análisis en distintas esferas de especialistas. Mucho tiene que ver en este estado de cosas ese país que nos perdemos por desidia y corrupción en donde falta inclusión social en serio a través de una educación de calidad y posibilidades de trabajo para todos, que le posibilite a los pibes tener proyectos de futuro y los aleje de los malos caminos en la vida, en una sociedad donde las adicciones ganan lugar a pasos agigantados. Y la inclusión también reclama superar la discriminación que después de tanto discurso sigue vigente y si no, pregúnteles a los pibes  de todos los estratos sociales en nuestra ciudad a dónde y cómo pueden acceder para divertirse. Así la conexión que se da a través de las redes sociales posibilita el hacer estas fiestas privadas con fines de lucro, por que se cobra para participar y consumir alcohol, y aquí necesariamente hay adultos responsables que a la hora de evaluar estos sucesos desgraciados deben dar respuesta como responsables.

Las autoridades municipales y policiales no puede seguir ignorando esta situación y ampararse en que no se puede actuar, porque el matiz que tomó este estado de cosas exige acciones más concretas de control, también la sociedad toda debe participar en la búsqueda inmediata de soluciones que empiezan en cada casa por cuidar, acompañar y proteger a nuestros adolescentes. La vida debe respetarse como valor supremo y eso se debe enseñar y recordar en cada casa, de la mano del ejemplo de los padres, es el primer paso para prevenir estos desgraciados sucesos.

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