Las vacaciones y nuestro río

Nuestro río siempre es convocante en cuanto empiezan los primeros calores. Entonces luce sus mejores colores y se convierte en un lugar visitado por muchos y distintos pobladores en pos de un solo objetivo: recrearse y pasarla bien. El paisaje cambió desde que luego de muchas polémicas y disputas se construyeran los azudes, y así junto al espejo de agua que se embalsa día a día, aparecieron los sucesos desgraciados que costaron  la vida de cinco conciudadanos, especialmente niños, con el agravante que tres de ellos se produjeron en esta temporada.

Hay un operativo de seguridad en marcha con importante cantidad de personal abocado al mismo, pero los casos fatales se dan a pesar de los cuidados. El tema del riesgo que generan los azudes no podía estar ajeno de las disputas políticas y la solución lejos de avizorarse es motivo de planteos encontrados entre oficialismo y oposición, o si Ud prefiere: entre municipio y provincia. La concurrencia a los azudes es importante y entre la gente en general, la propuesta del intendente Jure de desinflar los gomones que posibilitan acumular agua, no es aceptada de buen grado y convierten a este en otro tema más para el pase de facturas al que nos tiene acostumbrados permanentemente nuestros dirigentes. Mientras tanto, se ha instalado un nuevo factor de riesgo en la ciudad y los accidentes fatales en las oscuras  aguas suman un punto más en la larga lista de contras que en su momento se le advirtieron a la cuestionada obra 

Pero supongamos que Ud dispuso ir al río y se decidió por ubicarse entre la Playa Bonita y el Puente Carretero, sobre la margen sur.  Si por unos días disfrutó de la tranquilidad de no tener que soportar motos ruidosas a su lado o estar lidiando con la polvareda que levantan los autos, eso duró poco por que la demanda de los vendedores ambulantes hizo que se levantaran las restricciones, por lo menos los días de semana. Y ya todo está como era entonces, autos con parlantes que braman, motos que se hacen oír, regadores que pasan poco y controles policiales más espaciados. La buena organización de hace una semana parece que ya  quedó atrás. Sería interesante encontrar formas de convivencia que respetando la posibilidad de trabajo de los que ofrecen sus productos, permitieran el esparcimiento más seguro y relajado de todos, y que pareció perfilarse días pasados haciendo de la costa un lugar atractivo por la tranquilidad.

Mucha gente concurre al río, familias con niños, adolescentes, gente mayor. Todos nos merecemos que así como el lugar está limpio y cuidado también ofrezca las condiciones para que la distención sea posible, más aún en estos tiempos en que quizás esta sea la única alternativa posible de poder aprovechar las vacaciones.

 CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO