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25 ene 2013

El suelo y las consecuencias del modelo de explotación agrícola




Tormenta de tierra q encontramos volando a Río Cuarto 
#LaMomia #tormenta http://instagr.am/p/TRCrbkxDf5/
Cuando disfrute de nuestro río sepa también que al caminar por su suelo arenoso con fango este tiene una procedencia que conviene conocer, al igual que la turbidez del cielo de algunos días y las tormentas de tierra que regularmente padecemos. Es muy interesante leer la entrevista periodística  realizada al ingeniero agrónomo José Marcelino, jefe del INTA Río Cuarto, que  se publicó en el suplemento Tranquera Abierta de Puntal donde analiza los factores del modelo productivo agrícola que afectan y mucho la calidad del suelo.

La cosecha viene bien, pero los campos del sur de Córdoba están pidiendo un respiro
El asunto es así: en prácticamente toda la zona agrícola del país llovió muy bien desde finales del otoño hasta mediados de diciembre. Tan bien que parte de la zona núcleo se vio afectada por inundaciones, algo hubo en el sur de nuestra provincia -pero mucho menos que otros años porque funcionaron los canales- y en algunas áreas puntuales como al norte de Bengolea -Ucacha, el agua que baja de los campos se llevó algunos caminos rurales. Pero el saldo en cuanto a humedad en el suelo, al menos en profundidad, es bueno. Y eso permite pronosticar una buena campaña.

El problema es que desde mediados de diciembre las lluvias se tornaron mezquinas, se registraron altas temperaturas y en esta parte del país, cuando no, los vientos estuvieron a la orden del día. El resultado, falta de humedad en superficie y plantitas mirando al cielo en espera de un poco de alivio.

Palabras más, palabras menos, así describen la actual situación los especialistas, que dicen que de aquí en más se irían normalizando las lluvias -sobre todo en febrero- y el panorama coincide con lo que expresó a este medio el ingeniero agrónomo José Marcelino, jefe del INTA Río Cuarto.

Docente universitario y extensionista por naturaleza, el ingeniero Marcelino -quien también ejerce el periodismo desde la FM de la UNRC- insiste con la necesidad de rever el sistema agrícola predominante en la región, a fin de recuperar la productividad de los suelos que -no se cansa de advertir- está en franca decadencia.

Para Marcelino, la situación de los campos de la región mejoró un poco luego de las lluvias de esta semana, que en Río Cuarto apenas pasaron los 21 mm, “porque veníamos de una situación de déficit temporario –por lo menos en la parte superficial del suelo- por los fuertes vientos que hemos tenido, casi todos por encima de los 35-40 Km/h, y con una altísima frecuencia, porque prácticamente no tuvimos días sin viento, y esto complicó un poco a los cultivos”.

Explicó entonces que en la región coexisten hoy lotes en dos estadíos de maíz. “Uno avanzado, que es el maíz de primera y que está casi en el grado de madurez fisiológica, que podríamos llamar también de choclo de grano duro, y el maíz de segunda al que todavía la hace falta una buena cantidad de agua superficial porque su estructura radicular no tiene la suficiente profundidad como para abastecerse de la buena humedad que hay más abajo”.

-Esos maíces tardíos o de segunda, estarían más perjudicados que los de primavera.
-Yo los definiría como “levemente perjudicados”, por ahora, porque no se nota una marchitez temporaria prolongada, como ocurriera otras veces, porque a la tarde –noche el maíz tiene la capacidad de recuperarse en parte. En esto ayudaron las buenas condiciones nocturnas que hubo para el maíz –independientemente de la temperatura diurna-. Las noches frescas acompañan mucho al maíz.

-¿Y con la soja, que pasó?

-Bueno, esas noches frescas no fueron muy buenas, precisamente, para la soja, en muchos casos ya están en un estado reproductivo (R1, R2 o R3), lo mismo que el maní, porque son dos cultivos que tienen más requerimientos de temperatura durante la noche.

-Está mejor el maíz, entonces.

-Y, si. Yo diría que para el maíz, la situación es buena en general, aunque no la consideraría que es óptima porque estas lluvias de alrededor de 20 mm apenas alivian la situación por dos días, ya que la evapotranspiración de la planta se lleva unos 10 mm diarios. Tendría que llover cada dos días para satisfacer esta demanda. En la soja, por otra parte, en los lotes sembrados a más de 42 cm, a 55 cm que es la gran mayoría, está complicada porque vienen rebrotes de gramíneas y además, al ser plantas que no reponen las hojas con facilidad, también se vuelven susceptibles a ataques de insectos y probablemente haya que aplicarles algún producto, cuando el productor trata de reducir en lo posible la utilización de insecticidas u otros agroquímicos, no sólo por problemas económicos sino también para conservar la calidad del ambiente. Claro que hay zonas donde las condiciones del tiempo acompañaron más y hay sojas en floración o empezando a fructificar.

-Al lector no tan informado en temas agropecuarios le sorprende un poco que se estén esperando o deseando más lluvias que las que hemos tenido en los últimos meses o hasta hace dos o tres semanas, nomás. Y además algo sigue lloviendo.

-En esto hay que hacer dos consideraciones. Una es la que mencionaba en primer lugar, que es la pérdida de humedad por el viento y las altas temperaturas, que yo creo que es lo menos importante. Lo que a mí más me preocupa es que el coeficiente de escorrentías es muy alto. Un lote de maíz requiere de unos 600 mm por campaña para tener un rendimiento de mediano a bueno. Pero el grado de infiltración de una lluvia abundante no es más del 40%, lo que significa si caen esos 600 mm, la absorción real es de apenas 240 mm. El resto es lo que vemos que escurre por los campos y después lo notamos en las crecidas de los arroyos y los ríos de la zona, y también vemos mucho barro, mucha agua con tierra en suspensión, que no es otra cosa que el suelo fértil que se nos está yendo de los campos.

-Es desertificación, en definitiva.

-Claro, hacia eso vamos. Esto nos está diciendo que nuestros suelos no soportan el nivel de producción que están teniendo. Tenemos un agro ecosistema muy frágil que hace disminuir la porosidad y la capacidad de infiltración, aumentan las escorrentías y eso hace que la planta aguante menos en el suelo. O sea , llueve mucho pero esa agua no puede ser aprovechada por la planta y se va a los cursos naturales o a los caminos, como ustedes mismos lo mostraron en el Tranquera pasado con lo que pasa al norte de Bengolea y Ucacha.

-¿Esto pasa por el monocultivo?

-Y, tenemos una gran predominancia, casi un monopolio de un cultivo como la soja que no deja rastrojo. Y un cultivo sin rastrojo es como si uno anduviera en verano a pleno sol sin protector solar ni una remera. Un suelo sin protección es un suelo muy expuesto.

Imágenes impactantes


Las entrevistas en la oficina de Marcelino nunca transcurren linealmente. Siempre hay espacio para el mate o para ver algunas de las fotografías de alta calidad que siempre tiene a mano. Tomadas a campo o aéreas, revelan detalles que a un observador distraído se le podrían escapar.

Las que nos muestra en esta pausa permiten observar que con los vientos no sólo hay evapotranspiración sino que en los lotes más sufridos o agrícolamente exigidos, el cultivo sufre mucho más.

“Indudablemente -expresa- en los últimos días hemos visto mucha voladura de campos. El año pasado, por ejemplo, hubo varios cortes de la autopista entre Villa María y Córdoba, a la altura de Oncativo, Oliva, James Craik y Tío Pujio, por el viento y la tierra. También se ha visto mucha tierra arrastrada por el viento en campos de la zona e incluso hemos tenido varios días con el cielo turbio, lo que hace que el Sol se vea medio pálido, precisamente por la tierra en suspensión que se genera con la voladura de los campos. Y esto se debe también a que los médanos, que eran algo natural en la zona, han sido pasados por encima por la siembra directa y en años buenos, con lluvias normales y poco viento, el comportamiento del cultivo ha sido bueno. Pero en años con tanto viento, el suelo no aguanta”.

Y reitera que si se continúa con esta agricultura intensiva, sin dar cobertura a los suelos, “es probable que en unos años volvamos a tener los médanos vivos que en su momento se contuvieron con forestación”.

-Y la voladura del suelo afecta también a las plantas del mismo lote.

-Si, claro. Son suelos muy arenosos y la arena que es arrastrada por el viento, destruye a las plantas. Y además, las hojas que están abajo se ven afectadas también por altas temperaturas, ya que el suelo sin cobertura actúa como una especie de loza radiante que hace que a unos centímetros del suelo haya temperaturas de 50ºC o más. Cuando uno camina por el lote en zapatillas siente el gran calor que libera el suelo. Esto hace que las primeras hojitas se sequen y se provoca una demora en el cultivo que si llega a ser de una o dos semanas, como suele ocurrir, y la floración puede caer en una época inadecuada o bien puede caer alguna helada temprana que afecte a la fase final del llenado de granos. Además, una planta muy estresada puede estar mucho más expuesta a alguna patología como virus o molicutes, que si bien no son virus pueden afectar a la planta de maíz.

-De todas maneras, con las últimas lluvias y la posibilidad que brindan los pronosticadores de que en los próximos días haya más precipitaciones, la campaña sería bastante mejor que la 2011/12.

-Sin lugar a dudas, la superficie de las zonas más afectadas es mucho menor que la del año pasado. Y si bien hubo varias tormentas de granizo, éstas siempre son puntuales y bien generan mucha pérdida en los campos más castigados, el área con pérdidas no es muy grande frente a la totalidad de la superficie agrícola. No hace variar en más de un punto porcentual en un departamento.

-Claro, es una pérdida muy grande para el campo que lo agarró la piedra, pero no como para bajar muchos los rendimientos promedio.

-Seguro, en el caso de campos afectados en la zona de Bengolea o Ucacha hubo hasta tres y cuatro resiembras, con las pérdidas que eso conlleva. Se pierde en rendimiento y en oportunidad de siembra, porque la soja llega a perder un quintal de rendimiento por cada semana que se demore la siembra desde mediados de noviembre. Para compensar esto habría que cambiar la tecnología para acercar más las hileras de siembra, por ejemplo, que es algo que por ahora no se puede hacer. Pero a diferencia del año pasado ahora hay muchos maíces de primera ya logrados y se espera que el maíz tardío pueda recuperar algo de los que se está perdiendo en estos días. Y esto es muy importante porque en la zona se da la posibilidad de darle valor agregado al maíz. Y la soja tiene una gran capacidad de recuperación, a partir de ahora la planta puede ir renovando sus hojas y eso nos permite prescindir de controles de orugas desfoliadoras, por ejemplo, al tiempo que en el campo quedan más predadores naturales de esos insectos. Y esto es bueno para el bolsillo del productor, para el futuro del campo y para el medio ambiente.
Jorge Vicario
jvicario@puntal.com.ar
Suplemento Tranquera Abierta de Puntal 19 al 24.01.13

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