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19 nov 2008

Sociedad de consumo

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El desequilibrio de una sociedad es una fuente permanente de conflictos, tal como se da situación en el país , a pesar de los indicadores macroeconómicos. Según los datos aportados por la consultora de Ernesto Kritz luego de 5 años de crecimiento económico que incrementó la riqueza nacional en un 40%, más del 32 % de la población argentina sobrevive y consume por debajo de la línea de la pobreza.

Sin embargo la realidad se ve muy distinta desde los círculos oficiales y ya citamos la posición de una funcionaria del ministerio de Acción Social que llegara a nuestra ciudad en compañía del diputado Cantero. Ahora Hugo Moyano está despabilándose y dando señalas de alarma ante las demandas gremiales crecientes que como el árbol vienen desde la raíz, o sea los bolsillos de los asalariados que nutren el sistema.

La crisis del campo generada por las retenciones móviles, perseguía de acuerdo a la óptica oficial el fin de equilibrar los ingresos en nuestra sociedad. Las razones esgrimidas por los productores ahondando en el tema demostraban que no era esa la solución por que se reclamaron políticas integrales para el sector que generando trabajo establecieran remuneraciones a los rubros más desfavorecidos de la producción agropecuaria.

Bien, pasó el tiempo y la verdad que luego del voto del Senado nunca más se volvió a hablar seriamente del conflicto agropecuario. Hoy reconocen la gravedad de la crisis en la industria frigorífica y ni que hablar del sector lechero . Antes de tanto circo, se debió solucionar responsablemente esta situación hoy agravada por la crisis internacional.

Kristina está en África y ojalá le vaya bien, por que los mercados hacen falta para colocar la producción argentina en el exterior.

Este mundo de lujo, el primer mundo de Carlos Menem, que nos deslumbró con el consumo más descarado por minorías que permanecen en la cúspide de la pirámide social a pesar de las políticas kirchneristas y acentuó las diferencias sociales del país hoy se resquebraja.

Sus consecuencias en lo económico están tímidamente asomándose a pesar de que las versiones oficiales pretenden tapar con un dedo la luz del sol, manejando el INDEC y hasta el precio del dólar de manera muy poco convencional.

Esta realidad social que nos brinda los espeluznantes datos de la seguridad al rojo vivo, le demuestra al gobierno nacional desde nuestra región la deuda pendiente con una zona que aporta tanto a la economía del país. La estadística que señala la presencia de un policía cada 1000 habitantes, en la zona rural donde deben cumplir con múltiples funciones, es tragicómico y aporta un dato concluyente que demuestra que los impuestos no vuelven en servicios como pretenden hacernos creer desde la dirigencia.

Y para aquellos que reverencian al consumo como cenit de su existencia, especialmente esa clase dirigente que no tiene el más mínimo pudor a la hora de hacer ostentación de sus bienes, es muy interesante leer el informe Cosacov, citado por Jorge Lanata para que vean hasta que punto, las injusticias distributivas y el afán de lucro que los señores de los countries exhiben repercute en la sociedad , baste de muestra la conducta de los menores que delinquen, los pobres del sistema que quieren tener cosas como los de las minorías elegidas, a cualquier costo.

Por favor, léalo:

EL INFORME COSACOV.

El perito del Equipo Técnico de Menores del Poder Judicial y docente de la Universidad de Córdoba Norberto Cosacov realizó un pormenorizado estudio sobre los menores que pasaron por los juzgados correccionales de su provincia entre 2006 y 2007.

Según Cosacov “las variantes arrojadas en la encuesta de Córdoba se corresponden a las obtenidas en todas las grandes ciudades del país”. El estudio muestra que la mayoría de los jóvenes que delinquen no provienen de hogares indigentes (esto es con ingresos inferiores a $570 mensuales para cuatro personas), sino de hogares pobres y de clase media baja, con ingresos por hogar entre 500 y 2.500 pesos mensuales.

Siete de cada diez afirman que no roban para comprar drogas sino ropa y calzado de lujo, financiar salidas y entretenimientos; la mayor parte de los encuestados sostiene que querría irse del barrio que habita, y su sueño más reiterado es el de “poner un maxikiosco”.

El 34% admite consumir regularmente alcohol, el 21% marihuana, el 18% pastillas mezcladas con alcohol, el 14% pegamento y el 7% cocaína. El 51% dijo que no salió a robar drogado. El 33% dijo haber sufrido maltrato infantil y el 40% no quiso responder a esa pregunta.

La mitad de los jóvenes entrevistados no supo qué contestar cuando se le preguntó qué harían, de ser jueces, con un caso como el suyo. El 16% dijo que “lo dejaría libre” y el 19% optó por “darle otra oportunidad”. Ninguno de ellos usaba piercing o se teñía el pelo, pero la gran mayoría exhibía sus tatuajes como símbolo de pertenencia y expresaban, tanto en su vocabulario como en los comentarios, un fuerte nivel de racismo”.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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