En estos días rememoramos los 25 años de vida democrática, esa situación que tanto le costó recuperar al país. Entonces se sucedieron los recuerdos y las entrevistas a los personajes que de una u otra forma nos representaron desde entonces. Los medios recuperaron anécdotas, revisaron la historia y hablaron mucho sobre el tema.
En lo que quizás no hicieron suficiente énfasis es en las zancadillas que se le hacen al sistema que buscamos consolidar. Si recordamos lo más inmediato, durante el gobierno de Néstor Kirschner, el aluvión de decretos de necesidad y urgencia, nos hizo creer que era una forma habitual de establecer la legislación .Y así dejamos de lado la función primordial del Parlamento, ese otro poder indispensable para la vigencia plena del sistema. Y desde el pueblo se toleran estas y otras tantas maniobras, por que las variables económicas mejoraron y entonces si el bolisillo anda bien para que vamos a ponernos a mirar pequeñeces.
“Sea idiota, vote por la cuota” nos advertían desde los grafittis durante el gobierno menemista... y sí, fuimos idiotas y votamos por la cuota, avalando la reelección de un gobierno desvergozadamente corrupto que aún hoy no respondió de sus más siniestras maniobras en perjuicio de la población tal la causa de las armas y la explosión de Río Tercero.
Nosotros los ciudadanos comunes, como rehenes que convalidamos con nuestro voto la permanencia en los cargos de estos personajes tenemos mucho que replantearnos en cuanto a por que la democracia no es todo lo que anhelamos que sea como sistema de gobierno.
Ahora las cosas están cambiando en el plano económico, y la crisis internacional nos va sumergiendo lenta pero inexorablemente en una meseta que puede llegar a ser pendiente en cualquier momento si se acentúa la desaceleración del crecimiento que tanto promocionaron de este modelo económico. La ventaja que tenemos con respecto al resto del mundo es que estamos “vacunados” frente a estos cimbronazos a nuestro bolsillo, de eso se ocuparon nuestros gobiernos que al respecto fueron bien previsores de crearnos anticuerpos, con tanto desacierto y cinismo.
Pero en estos días hay un dato preocupante en demasía con respecto a la salud del sistema y es el que nos brindó Manuel Garrido, el titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, quién advirtió que desde la Procuración General de la Nación se tomó la decisión de limitar las investigaciones de corrupción que entre otros involucra a funcionarios públicos nacionales. El fiscal sabe de que habla, intervino en sonados casos como en las presuntas coimas del caso Skanska, la bolsa con dinero encontrada en el baño del despacho de la ministra Micelli, la denuncia sobre la manipulación de los datos del INDEC, el supuesto enriquecimiento ilícito del ex presidente Néstor Kirschner, y los que comprometen al Secretario de Transporte comprovinciano Jaime.
El fiscal Garrido nos advierte : “ Evidentemente hay problemas, hay impunidad, no hay sentencias y la cuestión sobre las facultades de la fiscalía pasa a sumarse a una serie de problemas que evidencia que la Argentina no está cumpliendo con las obligaciones que tiene en materia de investigación de la corrupción”.
¿No estamos así hoy igual o peor que ayer? Por lo menos tomémonos la molestia como ciudadanos de estar advertidos que por este atajo y con estas maniobras no perdemos cada uno de nosotros, pierde la democracia ese bien que tanto nos costó recuperar, el que establece un modelo de país que es el que queremos que habiten las generaciones futuras.
Sería interesante que por un rato nos detuviéramos a pensar en estos eslabones que pueden encadenarnos a un final no muy feliz.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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