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25 jun 2012
RECORDANDO AL 25 DE JUNIO - "EL GRITO DE ALCORTA"
Por Susana Dillon
Los agricultores tienen en su memoria una lucha que se prolongó por años dando sus frutos tras persecuciones y represión implacable. Fueron tiempos no solo de levantar la voz y hacerse oír por las autoridades, contra un sistema de trabajo realmente inhumano.
La gran mayoría fueron inmigrantes venidos de una Europa ensangrentada por las guerras y sumida en la miseria. Llegados a nuestra patria, se encontraron con un sistema esclavista que los mandó a vivir precariamente, con contratos de trabajo míseros, albergados en ranchos donde la familia se debía avenir precariamente en algo así como un reparo: pieza y cocina, con suerte agua dulce, pero si no irla a buscar al próximo arroyo, sin árbol para sombra, apenas una letrina, lo demás: campo abierto.
El contrato no superaba los cuatro años, pero habia que cambiar de lote para rotar los cultivos. El chacarero debía aportar sus herramientas , comprar caballos con lo que le sacaba a su comida, atándolos al arado y a las herramientas de siembra y cultivo. No podía tener mas de dos vacas y algunas gallinas, alejado de los pueblos, de los médicos, de las escuelas, de los vecinos compañeros de trabajo, luchando permanentemente con las sequías, las tormentas, las mangas de langosta, las cosechas fallidas. Algunos se volvían ante los primeros fracasos, otros no tuvieron otra suerte que ser "linyeras": especie de peones transitorios que vinieron encandilados por las promesas de "hacerse la América" que ofrecieron los terratenientes, que proponían "tierras vírgenes, libre de indios", que nunca se cumplieron.
Llegaron verdaderas muchedumbres de pobres de solemnidad, pero con la esperanza de dar con las 8 horas de trabajo diario que ya se estilaba en los países progresistas, pero se encontraron que aquí el horario era "de sol a sol".
Por lo general aquellos que trajeron la novedad, eran alfabetizados y no faltó el que comentaron esas ideas que fueron calificadas de anarquistas y combatidas por no avenirse a lo que mandaban los terratenientes entablándose una sangrienta persecución hacia los que recién llegaban.
Todo aquel clima de miseria para los recién llegados que contrastara con la vida palaciega de los grandes fundos de los estancieros, desencadenaron huelgas que se hicieron cada vez mas sangrientas ,sofocadas por el ejército mandado por la casta gobernante que pretendía dirigir con mano dura un país donde se había entronizado el fraude y la represión.
Este fue el caldo de cultivo que provocó "el grito de Alcorta" en el sur de la provincia de Santa Fe, donde el movimiento agrario cobró importancia y se fue multiplicando donde hubiese chacras.
Chacareros indignados gritaron sus protestas se comunicaron con legisladores consientes de lo que estaba pasando, tuvieron eco en el Congreso de la Nación y figuras representativas de los agrarios consiguieron el comienzo de una legislación que los amparara. En este sentido fueron los socialistas los primeros en diseñar una salida al problema que ya se extendía por las grandes zonas agrarias.
Y fue en Rosario donde nació la Federación Agraria, que no solamente produjo militantes activos e inspirados como don Antonio Noguera , sino que la figura de don Esteban Piacenza, con un grupo de agricultores concientizados se hicieron oir por todo el país, llevando nuevas formas de agruparse para defender los derechos que desde entonces comenzaron a gozar.
El cooperativismo fue el comienzo de otra manera de administrar y colocar la producción en forma mas ventajosa que estar bajo el arbitrio de una patronal abusiva y los cerealistas implacables que se quedaban con la parte del león, junto al dueño del campo.
Este sistema solidario que consolidó un vuelco en la vida del chacarero que recuperó su dignidad de hombre de trabajo honrado, sin el agobio de la ciega explotación a la que por centurias fue sometido.
Pero aquella patriada, costó también vidas, una muy importante fue la de don Francisco Netri , asesinado por un socio de la Sociedad Rural.
El grito de Alcorta sonó en todo el país y sus frutos se cosecharon cuando el productor pudo controlar de cerca el valor de su trabajo y su dignidad rescatada. De aquellos tiempos viene la consigna de "la tierra para el que la trabaja, sueño de centurias que aún no ha llegado a cristalizarse, pese a que hubo gobiernos que lo ensayaron y que quedaron en veremos, pero que hoy pareciera que se cumple en los políticos que como primera norma de trabajo, se fijan, cuando bajan de sus cargos públicos convertidos en estancieros , algunos hasta con aeropuerto, al estilo Menem, otros con helipuerto, como al que nos atañe acá cerquita a pocos kilómetros del imperio , pero hubo otro que partió para Italia con mas de ochenta millones de dólares y que muy disimuladamente, viaja hasta estas playas en forma clandestina, para calmar su nostalgia de afortunado ex-hombre fuerte de la región, el nunca bien ponderado Humberto Jesús.
El grito de Alcorta, todavía tiene su importancia, porque sigue siendo el sueño de aquellos que vinieron a regar la tierra con sus sudores y sus lágrimas, todavía existe la utopía "la tierra para el que la trabaja"
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