Parece que fue ayer, cuando después de los años de plomo, las urnas volvieron a funcionar y entonces sí que hubo entusiasmo popular parar recuperar ese bien tan preciado; la democracia.
Alfonsín nos dijo que con la democracia se come, se cura, se educa.... pero después aprendimos que con la democracia sola no basta. Que a ese sistema hay que hacerlo andar, ponerlo en marcha de forma eficiente para que derrame sus bondades sobre ese pueblo que concurre a sufragar esperanzado, y que para lograr ese anhelado fin hace falta nada más ni nada menos que la clase dirigente que accede a los cargos de conducción asumiendo responsabilidades.
Y hoy después de repasar estos 25 años, que vivimos desde un comienzo con mucha ilusión y en no pocas oportunidades con gran desazón, podemos concluir desde el simple razonamiento de gente común que lo que le faltó a nuestra democracia fueron políticos que estuvieran a la altura de las circunstancias que el país requirió y requiere.
La pobreza intelectual apabullante de este sector que corporativamente se encaramó a los cargos del Estado, desparramando privilegios y beneficios para con sus allegados, pero eso sí repartiendo pesares y pobreza para el resto de la población, hace que hoy escépticamente los argentinos participemos cada vez menos de “la fiesta cívica” que significa ir a votar, por más que nos entusiasmen con todas las astucias desde los medios de difusión los glamorosos y acicalados candidatos o candidatas.
¿Cómo creer que algo puede cambiar cuando el clamor popular les reclama a los hombres y mujeres de la vida política especialmente desde la crisis del 2001, honestidad y transparencia, es decir valores morales para desempeñarse en sus cargos y nos salen por ejemplo, en nuestra ciudad con una Mesa Política donde están los mismos personajes repudiados en ese momento?
¿Podemos creer que aquellos que todos sabemos responden a los jerarcas partidarios de ayer que con su oscura conducta han sembrado el descreímiento en la gente, haciendo escuela de corrupción e ineptitud hoy sean los mismos que van a sentarse a resolver nuestros problemas?
¿Esa es la posibilidad de hacer política que nos ofrecen en un claro movimiento gatopardista en el cual algo tiene que cambiar para que todo siga igual?
Ni siquiera el partido que llevó a su candidato a Intendente Municipal ha podido hacer una presentación de sus gastos de campaña para la última elección local, como lo estipula su débil pero bien publicitada reforma política por ejemplo...?
Las huestes del diputado jefe de la bancada justicialista durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, en nuestra región siguieron haciendo de las suyas, como lo demostró el Dr. Luchessi en Las Higueras y ahora los imputados intendentes de Suco, Sampacho y Chaján con Miriam Sánchez a la cabeza en el sonado caso de la expropiación de tierras.
La ciudad de Río Cuarto se inundó con reparticiones del Gobierno provincial, desde donde ojo.... nos van a arreglar la vida, no piense vecino que servirá solo para instalar más burocracia o como bunker desde donde pelearán por un espacio político de vista a las próximas y próximas elecciones.
Un damero confuso nos maneja el cotidiano vivir, y así entre incrédulos y perplejos los menos advertidos despotrican contra la democracia cuando en realidad lo que tendríamos que hacer desde el llano, es aunar nuestros reclamos para lograr tener mejores dirigentes y así sí hacer posible que el sistema funcione.
Joven democracia de 25 años, te agradecemos que hayas vuelto para quedarte y prometemos no bajar los brazos para lograr que un día aquellos que te conduzcan sean digno de tan alto honor.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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