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17 sept 2008

Una conducta que hizo escuela

Septiembre de 1973. Hace 35 años caía el gobierno de Salvador Allende en Chile y se iniciaba en Sudamérica un desmoronamiento de las democracias con las funestas consecuencias que hoy merecen la condena del mundo gracias a que el telón de la historia abriéndose lentamente nos ayudó y ayuda a conocer y comprender. El plan Cóndor, de largo arraigo en el continente se generó para “combatir el marxismo en todo el mundo”, en Chile fue ejecutado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) e incluyó en nuestro país a la Triple A y a la SIDE, entre otras estructuras latinoamericanas, que generó una coordinación represiva entre fuerzas armadas de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay Perú y Uruguay. Las consecuencias de las dictaduras se verifican en muchos aspectos, pero hoy nos interesa someramente analizar las que se refieren al arraigo de una forma de actuar de las fuerza públicas basadas en el terrorismo de estado bajo la protección de la impunidad. ¿Por qué este aspecto? Porque aquí, en este Río Cuarto que periódicamente nos sacude con alguna espeluznante noticia de interés público, la Justicia definió después de 17 años haber encontrado los restos óseos de Víc­tor Ale­jan­dro Flo­res que de­sa­pa­re­ció a los cinco años de edad en me­dio de una tor­men­ta, cuan­do es­ta­ba cer­ca de la ca­sa de unos pa­rien­tes en la zo­na del ex hospital San An­to­nio de Pa­dua, el 16 de mar­zo de 1991. Siem­pre se es­pe­cu­ló con que pu­do ha­ber si­do em­bes­ti­do por un pa­tru­lle­ro po­li­cial. La búsqueda del menor fue permanente así como las idas y vueltas que generó tal situación, los comentarios acerca de un accidente en el que tenía participación un móvil policial con el que se habría arrollado a la criatura y a consecuencia del cual perdió la vida y que los agen­tes que con­du­cían el ve­hí­cu­lo hi­cie­ron de­sa­pa­re­cer su cuer­po, fue cobrando importancia en la sociedad. No hay dudas, se comprobó fehacientemente que los restos hallados por azar correspondían a Ale Flores. Claro, se llega a esta certeza después de 17 años. La principal sospecha compromete a la policía, ésa que tiene por función elemental en la sociedad, la protección del ciudadano. Qué mal parada deja a esta Fuerza este hecho dado la presunción de culpabilidad que recae sobre ella. Pero no solamente son los policías de esta historia, los que pudieron consumar este delito, hay más para analizar y es la larga secuencia de hechos ocurridos desde el momento del accidente hasta consumada la desaparición del pibe y posterior búsqueda incesante, con ocultamiento de datos y amenazas a testigos en el transcurso de estos años. Es necesario atender las declaraciones a la prensa de Víc­tor Flo­res, el pa­dre de Ale quién según el diario local Puntal ase­gu­ró que “to­do in­di­ca que fue­ron 3 po­li­cías los que atro­pe­lla­ron a Ale y al ver que es­ta­ba muer­to lo en­te­rra­ron, pe­ro ade­más con­ta­ron con la ayu­da de al­gu­nos en­cu­bri­do­res, co­mo la en­fer­me­ra que lo vio, la cú­pu­la po­li­cial de ese mo­men­to y has­ta el fis­cal que in­ves­ti­gó el ca­so al prin­ci­pio”. Flo­res di­jo que “hu­bo dis­tin­tas ver­sio­nes pe­ro la más cer­te­ra es que un mó­vil po­li­cial, que ha­bría es­ta­do con­du­ci­do por Jor­ge Avi­la (her­ma­no del sub­je­fe de la Po­li­cía de Río Cuar­to en ese en­ton­ces, Mau­ro Avi­la), jun­to a Gau­met y Fu­nes, atro­pe­lla­ron a mi hi­jo”.“Avi­la y Gau­met, que ten­drían ac­tua­lmente unos 46 años, se re­ti­ra­ron de la fuer­za po­li­cial, pe­ro Fu­nes to­da­vía es­tá en el gru­po Eter en Cór­do­ba ca­pi­tal” des­ta­có.Pa­ra Víc­tor Flo­res “ellos con­ta­ron con el apo­yo del je­fe de la po­li­cía lo­cal de esa épo­ca, To­ba­res, por­que a los 2 días de la de­sa­pa­ri­ción ya sa­bían lo que ha­bía pa­sa­do en de­ta­lle y lo ta­pa­ron. Por su par­te el fis­cal Jo­sé Luis Ce­rio­ni, siem­pre los de­fen­dió y has­ta di­la­tó la in­ves­ti­ga­ción”. Hace 35 años nos encontramos con una figura desconocida para el común de la gente : la de los desaparecidos. La totalidad de las fuerzas de seguridad del país no sólo las cúpulas de las Fuerzas Armadas, si no participaron tenían conocimiento de estos hechos aberrantes, con la complacencia de la Justicia funcional al sistema. Cuando se dan casos que comprometen la vida de ciudadanos, como el relatado de Ale Flores, tenemos todo el derecho de pensar que una metodología de acción se filtró en la intimidad de estas fuerzas de seguridad para que a pesar del tiempo transcurrido desde los años de plomo, periódicamente desaparezcan personas. Otro septiembre y otro ejemplo irresuelto: es el Jorge Julio López que desapareció sin dejar rastros la mañana del 18 de septiembre de 2006, justo el día que comenzaba a definirse el juicio contra Etchecolatz, donde el albañil de 77 años fue unos de los testigos más importantes. Las lecciones de abuso de autoridad y una buena dosis de impunidad dejaron su marca. Desde nuestra posición de ciudadanos que anhelamos un país mejor, acompañamos a la familia de Alejandro Flores en su dolor y en el reclamo de Justicia. No sólo ellos, sino el país la necesitan.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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