Siempre se entrelazan estos temas tan candentes de nuestra realidad, por eso hoy esta noticia de último momento de la crónica policial en la región sur de la Provincia de Córdoba da cuentas de la inseguridad que la ciudadanía siente en todos los ámbitos de la República, porque los hechos pasan no sólo en el conurbano bonaerense. El medio rural ha dejado de ser un lugar de trabajo, producción y descanso. Los asaltos con no poca violencia llegaron para quedarse, y así en la crónica diaria vemos a los pobladores de los campos y pequeñas poblaciones organizarse en busca de su propio resguardo.
Por eso la noticia de un intento de asalto en la madrugada de hoy en las proximidades de Washington , con el saldo del agente Carlos Alberto Miranda muerto pasa a engrosar esa lista de casos que revelan la deuda pendiente en materia de seguridad para con el interior del interior. Con pocos recursos materiales y humanos son un bocado muy apetecible para los delincuentes que encontraron ahora otro botín como lo constituye en este caso los granos de ese “yuyo” que es la soja. De acá se llevan demasiados recursos para que no vuelvan ni siquiera los fondos para los servicios mínimos, ese tema también merece estar en la agenda de los problemas del campo a resolver.
De esta crónica se debe hacer una doble lectura porque el establecimiento adonde este hecho ocurrió, de acuerdo a lo referido por el Servicio Informativo de LV 16, Radio Río Cuarto sería de propiedad del sindicalista Hugo Moyano. Ud. lo ubica ¿no? Ese líder sindical que se rasga las vestiduras defendiendo los derechos de los laburantes de su gremio: camioneros; y alcanzó la máxima conducción en la cúpula de la CGT. Al lado del matrimonio presidencial, jugó su rol en el conflicto con el campo pero, como el empresario Roberto Urquía, tenía un pié en cada orilla en esa jugada, con intereses contrapuestos dando una cara a la opinión pública y cuidando sus intereses por debajo de la mesa. Partimos de suposiciones, sabemos lo difícil que es probar esta corrupción pero lo dijimos y sostenemos: la inversión que más tienta a nuestra clase dirigente es tener el “campito propio”. Históricamente esta situación se repite y la tierra sigue siendo el bien más preciado. Según la versión de LV16 la propiedad en cuestión “El Chara perteneció a la firma Ellerstina S.A, del polista Adolfo Cambiasso y tras la venta el año pasado, es un misterio quién la compró, pero el rumor más fuerte en la zona es que la compró el titular de la CGT”.
Eso sí, que los trabajadores estuvieron en el reparto no quedan dudas, y como siempre se quedaron con la peor parte, dado que perdieron sus puestos de trabajo en este tambo porque la producción se encaminó al cultivo de soja. A la hora de los discursos los laburantes están siempre presentes, pero cuando se defiende el bolsillo de bienes tan “duramente conseguidos” van a parar con sus petates a otro lado.
Como siempre sigue teniendo vigencia don Ata hoy como ayer: “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas...”
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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