Verónica Tabárez, de 33 años y con un embarazo a
término, en las primeras horas del domingo, concurrió al hospital
Materno Neonatal con fuertes contracciones y, después de esperar casi
una hora en la guardia sin ser atendida por ningún médico, a pesar de
sus súplicas por los intensos dolores, tuvo a su bebé en el inodoro del
baño de la guardia del centro de salud provincial.
El sábado a la noche empezó con contracciones y le avisó a Margarita González encargada del hogar Portal de Belén donde está alojada, para que la acompañara al Neonatal, adonde fueron en forma inmediata en un remise alrededor de la una de la madrugada.
En la guardia, informaron en mesa de entrada la situación, les tomaron los datos y les dijeron que tenían que esperar.
Allí no se veían médicos, aseguraron las mujeres, que ante la intensificación de las contracciones insistieron en varias oportunidades en mesa de entrada para que Verónica fuera atendida, lo que nunca ocurrió.
“Nadie debería tener un parto en estas condiciones. En una camilla, ponele que sea, pero nunca en un inodoro. Yo no quiero que lo que me pasó a mí le pase a nadie más. Fue un riesgo enorme, sobre todo para la bebé. Gracias a Dios que la pude agarrar”, dijo Verónica.
Fuente: La Voz 22.07.15
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