“Yo no soy un candidato, soy el futuro
intendente de Tigre”, alardeó esta semana el empresario de medios ultra K
Sergio Szpolski, en el acto de lanzamiento de su candidatura. Lo
acompañaba el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” De
Pedro. El funcionario debería saber que Szpolski es dueño del grupo de
medios que recibe más publicidad oficial, pero tiene todas sus empresas a
nombre de terceros y no paga los aportes de la seguridad social de la
mayoría de sus empleados. Además, debería estar informado de que sus
empresas entregaron a sus proveedores, clientes y empleados 564 cheques
sin fondos, hasta noviembre de 2014, por $ 15,7 millones, según la
Central de Deudores del Banco Central. Y siguen usando esa metodología.
También se lanzó a la arena partidaria Hernán Brienza, conductor en
Radio Nacional (ver “Declaran personas no gratas...”) y columnista
político de los domingos en uno de los diarios de Szpolski, Tiempo
Argentino. Brienza es considerado otro talibán del periodismo militante,
va como candidato en la boleta K al Parlasur y le gusta participar de
cuanto encuentro de intelectuales alineados con el Gobierno se realice,
como el Foro Nacional por una Nueva Independencia, que esta semana se
hizo en Tucumán.
Otro periodista militante, Diego Brancatelli, quiere pegar el salto a la política partidaria como cabeza de una de las listas de candidatos a concejales K de Ituzaingó. “El tránsito en nuestra ciudad es muy complicado, necesitamos más orden y cumplimiento de las reglas”, tuiteó Brancatelli, famoso por su polémico rol en el programa Intratables y en los partidos de TV del Fútbol Para Todos.
Brancatelli se lanzó por la lista de Nuevo Encuentro, que encabeza un funcionario de AFSCA y hombre de confianza del candidato a vicegobernador Martín Sabbatella, Daniel Larrache, que busca desplazar al actual intendente Alberto Descalzo, hombre fuerte del peronismo bonaerense, que gobierna Ituzaingó desde hace 20 años.
La candidatura de Brancatelli sufrió un traspié. Es analizada en la Justicia Electoral, por una denuncia del intendente Descalzo, que respalda la Junta Electoral del Frente Para la Victoria, ya que pese a su insistencia en cumplir con “las reglas de tránsito”, no cumple con otras reglas: no tiene un año de antigüedad en su domicilio electoral y votó en abril en las PASO porteñas.
Los casos de Szpolski, Brienza y Brancatelli son tres pinceladas del perfil de periodistas y empresarios de medios “militantes” que buscó el Gobierno en estas elecciones, para que peguen el salto a la dirigencia partidaria.
Fuente: Clarín 10.07.15
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