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31 jul 2011
28 jul 2011
Pasa en Tucumán: Investigación judicial sobre la expulsión de los mendigos en 1977
Un
libro fue el disparador de la investigación judicial que se da después de 34
años del hecho. El libro en cuestión es Los
mendigos y el tirano, de Pablo Calvo quien refiere allí que
“Policías de Tucumán cazaron mendigos durante tres días, los encerraron en la
comisaría 11 y los metieron en un camión que los llevó hasta Catamarca, donde
los tiraron. Fue una historia mínima, pero emblemática de lo que fue la
brutalidad de la dictadura. El destierro de 25 vagabundos se produjo el 14 de
julio de 1977 y fue un crimen sin castigo. La novedad es que hoy comienza a ser
investigado. La Unidad de Coordinación y Seguimiento de las Causas por
Violaciones a los Derechos Humanos inició la tarea de mandar oficios a testigos
y medios de comunicación, con la idea de encarar una reconstrucción histórica
del caso, producido cuando Antonio Domingo Bussi era el mandamás de la
provincia.”
Se
basó Calvo en la tarea que llevó adelante
para mantener la vigencia del hecho el escritor tucumano Tomás Eloy
Martinez, quien a raíz de un artículo publicado en La Nación el 10 de enero del
2004, fue enjuiciado por Bussi que se
consideró ofendido por el tratamiento
que allí merece y reclamó 100 mil pesos en concepto de daño moral, así como
exigió que no lo llamaran más “tirano”. Además, desataca Calvo, por primera
vez, el todopoderoso gobernador de facto y jefe del Operativo Independencia
admitió que la expulsión de gente pobre fue “una aberración, aunque no un
delito”.
El
juicio le fue adverso a Bussi, y además…“Nunca pagó las costas” según el abogado Ricardo Monner Sans defensor de Tomás Eloy Martinez.
Cómo la calidad del relato del escritor
tucumano y el valor del documento que
dio pie al juicio lo merece, le invitamos a leer ese artículo publicado en ese
año 2004. No se lo pierda…
La expulsión de los mendigos
Sábado 10 de enero de 2004
HIGHLAND PARK, N. J.
Pocas, entre las incontables tiranías
que padeció América latina durante los últimos cien años, han dejado una estela
tan fértil de leyendas como la de Juan Vicente Gómez, que gobernó Venezuela
desde1908 hasta su muerte, en 1935. Las dictaduras estimulan el miedo, la
desconfianza, el silencio. Y, al clausurar todos los caminos por los que se
expresa la inteligencia, también desatan la imaginación.
Entre
esas leyendas hay una que oí repetir hasta el cansancio cuando viví en Caracas.
Poco antes de morir de vejez -como casi todos los tiranos-, Gómez habría
recibido la noticia de que el papa Pío XI viajaría para conocerlo. Cuando se le
dijo que la llegada del pontífice era inminente, reunió a todos los mendigos y
locos que vagaban por las ciudades, los encerró en un barco mercante y, luego
de dejarles comida y alcohol para una semana, lanzó el barco hacia alta mar,
donde se perdió para siempre.
Mucha
gente creía en esa historia y hasta a mí me pareció probable. Con el tiempo,
sin embargo, supe que Gómez era avaro, y que jamás hubiera dilapidado dinero en
seres humanos a los que, si se le daba la gana, podía sacrificar con tanta
desaprensión como a sus adversarios. La realidad termina siempre, de todos
modos, copiando la imaginación. Cuando Pablo VI llegó a Bogotá, el 22 de agosto
de 1968, no vio las bandadas de gamines huérfanos que formaban entonces (tanto
como ahora) parte del paisaje de la ciudad, ni tampoco mendigos y prostitutas.
No los vio, porque una orden imprecisa que, al parecer, provenía del alcalde,
acabó con todos ellos encerrados en una escuela pública por tres días, hasta
que el Papa se marchó.
Más
inverosímil es todavía lo que les sucedió el 14 de julio de 1977 a los mendigos
de mi ciudad natal, San Miguel de Tucumán. Hace mucho oí unos pocos detalles
del episodio pero no encontré a nadie que supiera contarlo, hasta que a fines
de 2003 el historiador Eduardo Rosenzvaig me hizo llegar precisiones tan
delirantes que estarían fuera de lugar en las novelas.
Sucedió
poco antes o poco después de una visita protocolar a Tucumán del presidente de
facto Jorge Rafael Videla. El gobernador militar de la provincia era Antonio
Domingo Bussi, un maniático de la limpieza y un feroz exterminador de
disidentes que en 1995 recuperaría la gobernación gracias a una campaña
electoral basada en su habilidad para barrer las calles. A fines de 2003 debía
asumir la intendencia de la capital provincial, ganada por diecisiete votos en
una puja contra el hijo de una de sus víctimas, pero la justicia no se lo
permitió, porque es sospechoso de la desaparición de personas y de ocultar una
cuenta en Suiza. Le dictaron prisión preventiva y lo confinaron -por su edad y
por salud- en la casa de una hija.
Fuese
o no para impresionar a Videla, el pequeño tirano Bussi impartió aquel invierno
de 1977 la orden de recoger a todos los mendigos de Tucumán en un camión
militar y arrojarlos en los descampados de Catamarca. A cualquiera que conozca
la desolación de esos parajes le asombrará la crueldad de la idea. En la región
limítrofe entre las dos provincias hay sólo unos pocos árboles espinosos y
enclenques. Los animales no se aventuran. Apenas oscurece, el aire se torna
duro y helado -sobre todo en julio-, y durante el día cae un sol de muerte del
que no hay cómo protegerse. Se puede andar veinte, treinta kilómetros por ese
páramo sin encontrar un alma.
Fue
allí, en medio del desierto, donde los esbirros de Bussi desembarcaron a los
mendigos. Eran quince o veinte, ya nadie lo sabe. Conocí a algunos de ellos
durante la adolescencia, y pasé horas hablando con dos, al menos -el Loco Vera
y Pachequito-, porque uno sabía canciones de las que ya nadie se acordaba, y el
otro decía haber asistido al Juicio Universal, como el místico sueco Emanuel
Swedenborg. Allí había aprendido quiénes eran los buenos y los malos de este
mundo.
Todos
eran inofensivos y, aunque vivían de la mendicidad, pagaban lo poco que
recibían con una moneda más valiosa que la de los bancos. El Loco Vera acompañaba
sus canciones con una escoba que hacía las veces de guitarra. Jeff usaba un
antifaz de papel de diario, detrás del cual se ocultaba la Poesía -tal era su
explicación-, mientras escribía en las paredes poemas de los que uno, al menos,
ha sobrevivido: "¿Qué se gasta más, las ruedas de los autos o el
pavimento?". El Loco Aplauso celebraba las dádivas batiendo palmas
alrededor de la plaza principal. El Loco Margarito llamaba
"ingeniero" a todos los que pasaban, iluminando las tardes de los
pobres empleaditos que habían querido ser doctores, o arquitectos. El Loco
Perón arrojaba baldosas al aire y las recibía con la cabeza, partiéndolas, al
grito de "¡Perón, Perón!". Pachequito se paseaba por los bares
arrastrando una pierna infectada, que se negaba a curar porque allí vivían,
según él, los ángeles que podían confirmar su asistencia al Juicio Universal.
A
casi todos ellos se los tragó el infierno del desierto. Uno de los seis o siete
que sobrevivieron contó que Pachequito enloqueció de sed y murió al internarse
en el Salar de Pipanaco, veinte kilómetros al sur de donde lo habían
abandonado, confundiendo la blancura candente de la sal con las aguas del
paraíso terrestre. Otros aparecieron un día cerca de Los Varela, en una ruta de
camiones, tan desarrapados y agonizantes que, cuando los llevaron a un
hospital, nadie pensó que tuvieran aliento para contar lo que les había pasado.
Una
versión más compasiva supone que el gobernador militar de Catamarca, indignado
por la basura que el tiranuelo de Tucumán había vertido en su territorio, le
envió una protesta oficial, a la que Bussi correspondió ordenando que los
mendigos fueran llevados de vuelta por el mismo camión donde habían empezado
sus martirios.
Rosenzvaig
me dijo que en un libro fotográfico titulado Tucumán-Argentina. Cuna de la
Independencia. Sepulcro de la subversión 1975-1977 , publicado poco después
de la expulsión de los mendigos, hay un capítulo identificando a los locos con
los guerrilleros e indicando que, como en la Edad Media, ni a los unos ni a los
otros debía concedérseles la gracia de enterrarlos en lugares santos. Poco
antes, un grupo de madres desesperadas había comenzado a dar vueltas, los
jueves, en torno de la pirámide de Mayo, llevando carteles que preguntaban por
sus hijos desaparecidos. La propaganda oficial, se sabe, las llamó
"locas".
Más
atinado es ver en esos gestos de los dictadores una insensata envidia del poder
de Dios. Juan Vicente Gómez puso esa situación muy en claro cuando escribió, en
1911, "De mí cuida Dios. Yo cuido de la patria y de Dios". Bussi
debió de sentir algo semejante en sus exterminios de 1977. Más modesto,
Pachequito, que había tenido el privilegio de asistir al Juicio Universal,
guardó absoluto silencio cuando se internó en el Salar de Pipanaco para beber
las aguas del paraíso.
Por Tomás Eloy Martínez
27 jul 2011
Las cuentas pendientes con la infancia
Se conocieron cifras que estremecen, y nos hacen preguntarles a
los afanosos políticos que tienen para mostrar en esta etapa de propaganda
preelectoral camino a las elecciones.
Los datos fueron presentados por
el IERAL (Instituto de Estudios
sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) y están así ligados a la Fundación Mediterránea, fueron
presentados ayer por la economista Gabriela
Galassi en un almuerzo de trabajo en el que también expuso Abel Albino, pediatra especialista en
desnutrición infantil, y de acuerdo a los mismos, estas cifras se refieren a la
situación de la infancia, o sea el futuro del país, y dan cuenta que:
En el país: el 34,8%
de los niños son pobres, o sea 4.000.000
En Córdoba,
nuestra provincia, las estadística refieren que estamos mejor (?), por que los
porcentajes refieren 4 puntos por debajo del promedio nacional. Así tenemos:
30,8 % de los niños
habitan en hogares bajo la línea de pobreza, con lo cual
288.000 menores de 18
años viven en hogares que no logran llegar a la canasta básica.
Si Ud. lo quiere leer
de otra forma: en nuestra querida provincia de Córdoba, 1 de cada 3 niños es
pobre.
El Ieral utilizó los mismos criterios del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) para medir pobreza e
indigencia pero tomó una canasta básica de diferente valor, basada en un
promedio de estimaciones privadas.
Así,
la canasta básica alimentaria empleada por Ieral para medir la indigencia de un
hogar tipo (cuatro miembros) fue de 1.225 pesos, comparado con los 600 pesos
del Indec. Y tomó una canasta de 2.250 pesos para medir la pobreza, a
diferencia de los 1.311 del organismo oficial.
Criterios.
Para medir la indigencia se toma en cuenta si los ingresos de los hogares
tienen capacidad para satisfacer sus necesidades básicas alimentarias, es
decir, la canasta básica de alimentos. Para medir la pobreza se agrega a esa
canasta bienes y servicios considerados esenciales, como vestimenta,
transporte, educación y salud.
Asignación. Según el Ieral, la Asignación Universal por Hijo ayudó a subir la escolarización de
los chicos del secundario y a disminuir la indigencia pero no bajó
considerablemente la pobreza ni aumentó
la escolarización de los chicos del primario.
Por otro lado, es una buena noticia el hecho de que la tasa
del total de la población haya bajado considerablemente desde el peor momento
de Argentina: en octubre de 2002 más de la mitad de los argentinos eran pobre
(57 por ciento). Sin embargo, en realidad estamos casi en la misma situación
que en los primeros años de la década de 1990.
O sea que en veinte años volvemos al punto de partida, estamos
con cifras equivalentes de pobreza y así en los vaivenes de las crisis generadas por unos y otros gobernantes
de turno las generaciones de argentinos que crecen en las condiciones más
adversas hipotecaron su futuro, y la prosperidad de un crecimiento sostenido
del país no llegó a salvar a los que irremediablemente no tendrán otra
oportunidad de salvarse y crecer en medios más favorables.
La infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan de alguna manera, determinadas durante los primeros años de vida. Como leemos en la página de la fundación neonatológica (www.funlarguia.org.ar) bajo el título de infancia y pobreza.
"La infancia es por lo tanto la gran oportunidad de la sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en lo cultural, en lo económico e incluso en lo político. La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, la cultura del trabajo, la creatividad, la justicia y la democracia.
El niño es el ser vivo con mayor capacidad de aprendizaje, de ahí que todo aquello que una sociedad haga por el bienestar de sus niños puede ser considerado como una verdadera inversión, en términos de condición humana y de país.
La infancia no espera y la infancia perdida es una de las pocas cosas que una sociedad no puede reponer ni material, ni psicológica, ni culturalmente.
Y la infancia comienza en cada persona recién nacida, la mayoría silenciosa. Una vida para toda la vida. Cada oportunidad perdida es una hipoteca ejecutada."
La infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan de alguna manera, determinadas durante los primeros años de vida. Como leemos en la página de la fundación neonatológica (www.funlarguia.org.ar) bajo el título de infancia y pobreza.
"La infancia es por lo tanto la gran oportunidad de la sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en lo cultural, en lo económico e incluso en lo político. La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, la cultura del trabajo, la creatividad, la justicia y la democracia.
El niño es el ser vivo con mayor capacidad de aprendizaje, de ahí que todo aquello que una sociedad haga por el bienestar de sus niños puede ser considerado como una verdadera inversión, en términos de condición humana y de país.
La infancia no espera y la infancia perdida es una de las pocas cosas que una sociedad no puede reponer ni material, ni psicológica, ni culturalmente.
Y la infancia comienza en cada persona recién nacida, la mayoría silenciosa. Una vida para toda la vida. Cada oportunidad perdida es una hipoteca ejecutada."
Pueden cuestionar lo que quieran de estas estadísticas, lo
que no pueden es negar los números
realistas que esgrimen y los datos que aportan deberían ser los convocantes a
una unión que logre políticas de estado para la infancia, porque así en este
como en otros temas hay una población que está esperando seriedad y tratamiento
responsable de los problemas y sus
soluciones y a cambio recibe de las distintas fuerzas políticas un desfile de
imágenes publicitarias finamente elaboradas que pretenden vendernos candidatos
cómo cualquier producto de consumo.
Es en estos momentos cuando empezamos a rebobinar que a los
ciudadanos nos siguen tratando de llevar a las urnas con las mismas artimañas
de siempre.Y es lamentable participar de la mediocridad de una campaña así elaborada.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
26 jul 2011
Elecciones en Santa Fe del 24 de Julio 2011
Las elecciones
en la provincia de Santa Fe tuvieron mucho para destacar y una lectura política
que será el tema de todos los comentarios políticos de estos próximos días con
vista a los nuevos eventos electorales del país que culmina en este trascedente año con la elección
presidencial.
Lo sucedido en
Santa Fe no es un dato menor, destacan la trascendencia de la elección el
número importante de sufragantes que ubican a esta provincia en el cuarto lugar
dentro del espectro nacional. Además mostró el reagrupamiento de las fuerzas
políticas, con sociedades que se
mantienen en la provincia cuando claudican en el orden nacional y en una provincia con fuertes referentes
justicialistas el magro tercer lugar que le otorgaron los votos al referente
kirchnerista Agustín Rossi (22,3%) nos hacen reflexionar acerca de las secuelas que dejó “la guerra gaucha” o sea
el conflicto con el campo, del 2008.
Una lectura
aparte merece el final de “bandera verde” que mantuvo en vilo a la ciudadanía
en un escrutinio que se definió concretamente al filo de la medianoche, cuando
el candidato del Frente Progresista Cívico y Social Antonio Bonfatti logró adelantarse
en los guarismo (38,5%) al candidato del
Pro Miguel Torres Del Sel (35,4%). La irrupción en el ámbito político del ex
Midachi, mueve a la reflexión en base a los resultados. ¿Lo votaron los
peronistas no kirchneristas, o también recibió la adhesión de los incrédulos en
la posibilidad de que los políticos “de carrera” resuelvan los problemas
cotidianos de la gente? ¿Fue un producto de su indiscutida popularidad y carisma,
que supo llegar adonde no llegan los que prometen desde las tribunas y fallan a la hora de concretar? Independiente
de los que cuestionan su posición ideológica, la descalificación no cabe ante
los resultados, porque cuando la gente así se expresa el análisis debe ser el
camino a seguir para encontrar respuestas a estas inclinaciones de un electorado.
Otro tema
interesante es el resultado obtenido en estos comicios con la boleta única, que
por lo visto debutó con éxito en esta provincia. Y brindó la posibilidad de que
el oficialismo tengan minoría en ambas cámaras legislativas ya que 28 de las 50
bancas son para la oposición encabezada por María Eugenia Bielsa del Frente
Santa Fe para Todos. O sea que veremos cómo se da la gobernabilidad entre
un Ejecutivo de un signo político y un Legislativo mayoritariamente opositor. Ah!
y los votos en blanco fueron la cuarta fuerza en este ítem.
En nuestra provincia
vamos a votar próximamente con boleta única y veremos cómo se reparten los
cargos. Y este detalle es una lectura interesante para los dirigentes locales
que prometieron una reforma política en nuestra ciudad que hasta acá no
apreciamos en los reclamos fundamentales, uno de los cuales fue la separación de boleta
que permita elegir en forma independiente al intendente y los concejales. En
Santa Fe demostró que si se pudo optar entre candidatos del
Ejecutivo y Legislativo, es otro aspecto a destacar.
Los dirigentes
que afrontan compromisos electorales estuvieron presentes para destacar los
logros de sus candidatos, demás está
decir que en este marco faltaron los referentes del Frente para la Victoria.
Y en la
provincia de dorados trigales, fuerte
producción láctea, campos de soja, creciente agroindustria y grandes ciudades portuarias el actual gobernador Hermes Binner, levantó la mano de
su amigo Antonio Bonfatti gobernador electo y aprovechó la tribuna para dar a conocer los lineamientos de su discurso de candidato presidencial.
CIUDADANOS
AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
25 jul 2011
Alejandro Sorondo, un trágico final
A
medida que pasaban los días se iba diluyendo la posibilidad de recuperar vivo al andinista Alejandro Sorondo, de 32 años nativo de
esta ciudad de Río Cuarto, quien estuvo 21 días desaparecido en las
cumbres de los Nevados del Aconquija,
desde el sábado 2 de julio pasado,
cuando se encontraba junto al guía Zelaya a unos 5.000 metros de altura, un
viento tremebundo se llevó la carpa de los montañistas mientras dormían. Zelaya
alcanzó a sujetarse al suelo con una piqueta (herramienta de montaña), y perdió
el conocimiento. Cuando despertó, dijo que no había rastros de su compañero.
El guía fue encontrado algunos días más tarde
(el tiempo que le costó bajar del cerro) y comenzó la búsqueda de Sorondo, que
se prolongó hasta el pasado sábado 23, cuando divisaron el cuerpo sin vida del
infortunado joven desde un helicóptero
de Gendarmería Nacional en una profunda ladera del cerro de "Las Dos Lagunas" . Ahora el
rescate desde los 5000 metros de altura se torna dificultoso dependerá
del buen tiempo y de la posibilidad de contar con un helicóptero que pueda
operar a esa altura.
La aventura de
acceder a la cumbre se tornó en un capítulo fatal para Alejandro, sumió en profundo dolor a sus familiares y de expectativa
a toda una sociedad, que siguió el caso por los medios. Lamentablemente este
final no era el esperado, pero el paso del tiempo iba anticipando este
desenlace. Desde La Gaceta de Tucumán leemos algunos comentarios que refieren
antecedentes y posible desarrollo de los
hechos que se dieron en esta trágica escalada.
ALPACHIRI | TRÁGICO FINAL
"Alejandro no sabía escalar en hielo, pero el guía de montaña tenía 17 años de experiencia"
Partieron desde Santa María, en la provincia de Catamarca, en una camioneta Kangoo verde. El destino final era el cerro "Las Dos Lagunas". Alejandro Sorondo se había sentido atraído por esas cumbres nevadas desde que llegó a Concepción, en 2009. El ingeniero agrónomo, de 29 años, decidió que no iba a ser una cuestión pendiente en su vida.
Oriundo de Río Cuarto, vivió unos años en la provincia de San Luis. Allí comenzó a realizar excursiones hacia algunos cerros. Pero nunca había demostrado una atracción especial hacia el montañismo de altura, según cuentan sus amigos cordobeses.
Ya en Tucumán, adonde se trasladó cuando consiguió un trabajo en la firma Bunge, Sorondo contrató en varias oportunidades los servicios del guía de montaña Pablo Zelaya. De a poco, fueron forjando una relación, y Sorondo le confió al especialista su sueño de llegar a "Las Dos Lagunas". Juntos planearon el viaje, pero ya no como cliente, sino como compañero de aventuras.
Mariela Manilli, una riocuartense amiga de Sorondo, contó cuál fue el trayecto que realizaron. "Salieron de un lugar ubicado a unos 70 kilómetros de Santa María. Viajaban junto a un chico que nos dijeron que se llama Juan José. Tomaron por la ruta 40 hasta un camino conocido como Mina Capillitas, hasta un punto en el que hay un desvío, que no está bien señalizado", comentó Manilli, que estuvo 12 días en Tucumán y Catamarca colaborando con la búsqueda de Sorondo.
Luego, los andinistas llegaron hasta un puesto que se encuentra deshabitado. Hasta allí llegó la camioneta. Sorondo y Zelaya comenzaron a caminar desde allí. La camioneta regresó, a la espera de que los muchachos los hablaran cuando descendieran del cerro. Ese recorrido fue realizado por Diego Brero, Jorge Otamendi y otros amigos de Córdoba de Sorondo.
Luego de caminar varios metros, Brero y el resto de los voluntarios se encontraron con una pared de hielo de unos 300 metros de altura, con una inclinación de 45º. "Alejandro no tenía los elementos para subir ese bloque. Incluso, mi marido (Brero), le prestó las botas para esta travesía", relató Manilli.
La idea de Zelaya y Sorondo era llegar hasta el pico "Las Dos Lagunas". "Hasta la pared de hielo, hay rastros del camino que hicieron. Encontramos algunos de los campamentos que armaron, e incluso en una parte del camino se ven cáscaras de mandarinas. Pero después no hay nada. Zelaya dijo que llegaron hasta una de las lagunas, y que Alejandro quiso ir hasta la otra, y en ese camino ocurrió el accidente", comentó la amiga de Sorondo.
"Alejandro no sabía escalar en hielo. Él no sabía de la complejidad del tema porque nunca lo había hecho, pero Pablo tenía 17 años de experiencia", se lamentó la mujer. El último campamento que encontró el grupo de amigos estaba arriba de los 4.500 metros de altura. "Del lado de Catamarca es más alto. Nosotros decidimos buscarlo por ahí, porque nadie estaba rastrillando esa zona. Ni siquiera le habían avisado a los bomberos o a la Policía de Catamarca de que había una persona perdida. Cuando llegó la patrulla de especialistas de Mendoza, no les costó escalar en hielo, porque están preparados. Alejandro no tenía piqueta ni los elementos para el hielo. De hecho, nunca los había usado ni tenía cursos en escalada en hielo. Nos contaron que en esa zona son comunes vientos de 130 kilómetros por hora", manifestó Manilli.
El viernes, otro grupo de riocuartenses había llegado a la base de Alpachiri para colaborar en la búsqueda. El sábado se dieron con la mala noticia de que Sorondo fue encontrado sin vida. Ahora, se sumaron al equipo que traerá el cuerpo del ingeniero agrónomo para su despedida final.
Fuente : La Gaceta de Tucumán
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